Un carrito, un horno plegable, un saco de dormir, una tienda de campaña, varios pares de zapatillas, una sonrisa y su móvil, siempre en la mano. Poco más. El 8 de enero arrancaba otra loca aventura de Santiago Sánchez Cogedor, el madrileño al que todos buscan. Lo había hecho antes, pero en bici; en 2019 viajó hasta (Yeda) Arabia Saudí, para ver la Supercopa de España, que finalmente acabó conquistando el club de sus amores, el Real Madrid. Ahora llegaría a la máxima cita con el fútbol a pie. El punto de salida, San Sebastián de los Reyes (Madrid), la meta: Doha, Qatar. El tiempo: un año. ¿Por qué? "¿Y por qué no?", contesta siempre él.  

La excusa era el Mundial de Fútbol, pero el fondo solidario: ayudar, demostrar que se puede, inspirar. Tras diez meses de ruta, su familia, sus amigos y sus miles de seguidores en Instagram contienen la respiración: desde el 2 de octubre no se sabe nada de él. La Embajada de España en Irán trabaja para encontrar respuestas. La Policía Nacional ha emitido un comunicado al consulado de Teheran (Irán) y la alerta está activa. "Es una situación muy complicada, seguimos sin novedad", cuenta Koke, portavoz de la familia y uno de los mejores amigos de Santi. "Sabemos que están trabajando en ello, están buscando, pero hay que esperar…". A Koke, precisamente, fue a la última persona que Santi escribió.

Ucrania en guerra: "Tengo que quedarme"

La ruta arrancó en enero. Se hicieron eco muchos medios de comunicación. Comprende casi 7.000 kilómetros aunque, probablemente, improvisando, surgen algunos más. El ritmo, el que marque Santi; la media de kilómetros, asequible, unos 14 ó 15 por día; tirada normal. Dos continentes, Europa y Asia. Unos 14 ó 15 países. En cada jornada, un gesto. Cada pisada es solidaria.

"Recoger plástico es una manera de agradecer a los lugares tan bonitos que he visto", afirma en cada recogida.

"Todos los viajes que ha hecho siempre tienen ese lado solidario. En este caso consistía en ir caminando, pero al mismo tiempo, a parte de ir recogiendo residuos por todo el camino (comprometido con el medio ambiente, limpiaba cada zona que visitaba a cambio de un plato de comida o un sitio dónde dormir), ayuda a los más desfavorecidos, planta árboles (que luego dan frutos para que puedan comer), iba a orfanatos, a centros de acogida…", explica Koke.

En marzo se detuvo en Polonia, frontera con Ucrania. Estuvo más tiempo de lo previsto. Quería ayudar. "Hay algo dentro de mí que me dice que tengo que quedarme para seguir sacando de allí a familias", posteaba en la red social. "Me pregunto por qué. No tengo la respuesta. Quizá, si pasa algo similar a mi país, amigos o familia, me gustaría que al otro lado de la frontera hubiera una persona con una furgoneta, un bocadillo una manta y una sonrisa". Se quedó. 

Un whatsapp cada día con la ubicación

Aventurero, mucho, pero con cabeza. Le llaman, con cariño, loco, pero no lo es. Su norma: contar por dónde va, dónde está. "Hablamos todos, todos los días", afirma Koke. "No hay uno solo que no hubiera compartido su ubicación. Tenemos un grupo, con cuatro amigos más cercanos, y Santiago compartía donde estaba en directo cada día". El último mensaje, el pasado 2 octubre, se lo escribió a él. Las 12:30 hora española marcaba el reloj.

"La cosa está calentita aquí en Irán"

La ruta estaba perfectamente estudiada: España, Francia, Grecia… La única duda llegaba casi al final: “no sé si entraré por Irán, Irak o Israel”. Eligió lo primero.

"Salió de Irak, rumbo a Irán. Fue cuando nos escribe a mí y a otro amigo", reconstruye Koke. "A mí me pone: ‘está la cosa calentita en Irán’. Yo le contesto que siempre se mete en lo más profundo de los problemas y que, bueno, que tenga mucho cuidado". El móvil de Koke vuelve a sonar: "No, no. Todo bien, te lo digo solo para que lo sepas", cuenta su amigo. "Esa fue la última conversación que he tenido con él".

Santi en las últimas imágenes que compartió con los suyos, en Penjwen (Irak).

En Instagram su publicación, la última que tiene, data del día anterior. Le acogió una familia, todavía estaba en Irak. "Abandona el lugar y cruza a Irán. Cuando llega, no tiene cobertura por los cortes que hay con el gobierno iraní, que han bloqueado Internet y demás, así que ya el día 2 vuelve a la frontera con Irak, sin salir de Irán, y nos escribe el mensaje. Se arrimó a la frontera para coger la cobertura de Irak", cuenta.

El gesto es importante. "Volvió, retrocedió, para escribir. Mi teoría es, con todo esto, que Santiago no ha avanzado demasiado. De hecho, yo le ubicaría en la siguiente ciudad a la frontera, Marivan".

Sin comunicarse no habría continuado

Santiago entra a Irán, último país antes de llegar a Qatar por la frontera del Kurdistán iraquí. "Viene exactamente del pueblo que se llama Penjwen (Irak)", -su última publicación en Instagram- "el siguiente es Marivan (ya en Irán) y ahí es donde yo creo que ya no ha avanzado mucho más", se detiene Koke.  

"Es un tío tan inteligente que, si él hubiera visto que no hay comunicación, sin más, se hubiera salido del país, se hubiera salido otra vez a la frontera de Irak o a cualquier sitio".

Santiago Sánchez a su llegada a Irak.

Familia, amigos, calculan la ruta. Esta etapa podría durar unos 40 días, máximo. "Al principio, teníamos la teoría de que podría haber estado avanzando sin comunicación, pero... Si él pudiera avanzar y no tuviera cobertura, habría desviado el camino".

"Hemos escrito mensajes a contactos en Irán, para ver si tenían cobertura, y cuesta que entren pero los van contestando, Santi no"

Lo descartaron. "Tenemos contactos en Irán porque él ya había estado antes. Cuando termina su viaje en bicicleta, se coge tres semanas de vacaciones, y se va con otro amigo nuestro, Miguel. Allí hacen varios contactos, a los cuales hemos escrito, sobre todo para ver si tenían cobertura y bueno, cuesta que entren los mensajes, pero al final los van contestando. Santi no", explica Koke. "Es decir, él en cualquier punto se hubiera podido conectar e ir dando señales. Si no lo ha hecho es porque no tiene opción".

"Creemos que está retenido"

Koke, insiste, "no está avanzando. Estoy convencido de que él, incomunicado, no iba a continuar. Es un tío que subía 40 historias al día en Instagram".

Dentro del caos, del horror, de la ausencia, calma contenida. "Tenemos la esperanza de que hay mucha gente, extranjeros, que están retenidos o detenidos en estos momentos por el gobierno iraní. Esperemos que no le haya pasado nada, y que esa sea la razón, que entre ellos esté Santiago".

Muy preparado

"Divertido, noble, bueno, muy educado", describe Koke. Atrás queda su paso por el ejército, Brigada Paracaidista; lo dejó. Después se hizo monitor de boxeo, otra gran pasión. Antes de marchar a Qatar pidió una excedencia en la empresa de logística en la que trabajaba. "Vendió su coche para financiar las cosas mínimas que necesita. No se lo pensó. Tiene un gran corazón. Es una persona que se va dejar la piel por ayudar al que tenga al lado".

Afrontó el reto muy preparado, "ha hecho muchísimos viajes. Ha estado en Sudamérica varias veces, en Argelia… Ha recorrido más de 50 países”. La meta, la excusa, era ser recibido por la Selección Española en Doha (Qatar), la verdadera razón, "demostrar que con muy poco se puede llegar lejos, avanzar", describe Koke, "siempre lo dice: lo único que quiero es transmitir que, aunque no conozcas el idioma, con la sonrisa se llega a todos los sitios. Simplemente ayudando a los demás".

Foto de la última aventura -en curso- de Santiago Sánchez, 'De Madrid a Qatar'.

Con la esperanza puesta en la Embajada, en el Consulado de España en Teherán, "están haciendo todo lo posible por encontrarlo", esperan noticias de Santi, el ‘loco’ solidario. Miran constantemente el móvil, revisan sus redes. El mayor deseo es que se rompa el silencio. No solo la Selección Española de Fútbol, todo el país espera recibirlo en Qatar.