El Departamento de Educación del Gobierno de Aragón ha abierto una investigación y ha iniciado un expediente informativo para conocer las circunstancias del posible caso de acoso escolar a Saray, la niña de 10 años del barrio zaragozano de San José que el pasado viernes, tal y como adelantó El Periódico de Aragón, se intentó suicidar saltando por el balcón de su casa.

Según explican fuentes de la consejería, el Servicio Provincial de Educación inició este trabajo el fin de semana "al tener conocimiento de los hecho ocurridos con la menor del colegio Agustín Gericó"

Por otro lado y dentro del protocolo puesto en marcha, el Equipo de Convivencia de Educación va a contactar con el centro a lo largo de la mañana de este lunes "para adoptar las medidas necesarias".

Mientras el proceso y la investigación siguen su curso, la menor, que saltó desde un tercer piso, salió este domingo por la tarde de la unidad de cuidados intensivos del hospital Miguel Servet tras evolucionar positivamente. Después de que salvara milagrosamente la vida pese a la caída de más de diez metros de altura, y se saldara con una fractura de cadera y una fisura en el tobillo izquierdo, además de múltiples contusiones, su recuperación es "muy favorable" y ya se encuentra en planta y al cuidado de sus padres, Katya y Carlos, que no se separan de ella ni un minuto.

Su vida a partir de ahora pasa, remarcan sus progenitores, por una "recuperación de sus heridas que se prevé larga" y también en la parte emocional, ya en manos de los profesionales que la Fundación de Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) va a poner a su disposición tras contactar con ellos a raíz de lo ocurrido.

Ella, explicaron este domingo sus padres a este diario, evita hablar de lo que sucedió en ese intervalo de pocos minutos el pasado viernes cuando aprovechó la ausencia de su madre en el domicilio familiar para despedirse de ellos y de su hermano pequeño con una nota y de su abuela, que vive en Colombia, a través de Whatsapp y lanzarse al vacío desde el balcón porque, según argumentan sus padres, "sufría acoso escolar" en el centro donde estudiaba, el Agustín Gericó.

Una situación que, como ya detallaron a este diario, se remontaba al curso pasado y la vuelta a las aulas solo ha hecho que la pequeña reviviera el calvario que sufrió durante meses, apuntaron, y que provocó incluso que repitiera de curso este año.

Quedarse en 4º de Primaria este año no ha servido para que cesaran los "insultos y agresiones" por parte de los también menores a los que ellos consideran responsables del estado emocional de su hija Saray, que este año ya en 5ª se volvieron a meter con ella "desde el primer día", el pasado jueves, «en el patio del recreo», burlándose además por repetir curso.

Pedir responsabilidades

Ahora que la vida de Saray ya no peligra, esta semana comienza la batalla de los padres para que lo ocurrido sirva para que no vuelva a suceder. «Solo queremos que lo que ha sufrido nuestra hija no le pase a ningún niño más», explicó ayer Carlos a este diario. Por eso mañana mismo tienen intención de interponer denuncia en la Jefatura Superior de Policía contra el colegio y quienes han sido responsables, por acción o por omisión, de lo ocurrido en el centro educativo con Saray.

Los progenitores sostienen que ese acoso comenzó "al mes de entrar en el colegio". Saray llegó a Zaragoza desde Colombia en noviembre de 2021 y obtuvo plaza en el Agustín Gericó de San José, donde empezó a ir a clase "en enero" de 2022. "Al principio creíamos que eran los típicos problemas de adaptación pero fue a más y cada vez eran peores las agresiones e insultos que padecía. Hasta que nos vimos obligados a contactar con la tutora", expusieron Katya y Carlos, muy molestos con cómo se actuó a partir de ponerlo en su conocimiento: "Nos llegaron a decir que eso no era bullying, que eran las típicas rencillas", afirmaron.

Siguieron pasando las semanas e incluso llegaron a actuar por su cuenta amenazando con denunciar a quienes torturaban a su hija, pero llegó el final del curso y lo dejaron pasar. Nada les hacía pensar que el pasado jueves volverían a reproducirse y mucho menos que Saray tomaría una decisión tan drástica: acabar con su vida para poner fin a su infierno.