Anice Khalfouni, más conocido por todos como Anis, un joven de 29 años vecino del valenciano barrio de La Plata, fue encontrado agonizando, en situación ya de muerte cerebral, tirado en una calle de València de madrugada el pasado 28 de julio. Llevaba ya horas en ese estado sin que nadie le hubiera prestado auxilio alguno y a la altura del corazón presentaba una herida por arma blanca, al parecer causada por un destornillador, como posteriormente determinaron las investigaciones. Apenas cuatro días después se confirmaba su fallecimiento en el Hospital La Fe de València, al que fue derivado desde el centro hospitalario del Doctor Peset, dada su gravedad.

Tras medio mes de investigaciones el grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Valencia identificó y arrestó este miércoles al presunto autor del crimen, un preso de 34 años que se encontraba de permiso cuando presuntamente mató a su víctima. Está acusado inicialmente por un delito de homicidio a la espera de una posible ulterior calificación por asesinato, si se demuestra que Anis no tuvo posibilidad de defensa, como así cree la familia del fallecido y apuntan los indicios –no presentaba lesiones defensivas–

."Mataron a mi hijo a traición y lo dejaron tirado en la calle como un perro", llora desconsolada Sara, madre del joven asesinado, que se encontraba en Argelia cuando recibió la llamada de una de sus hijas alertándole de que Anis estaba en coma, en situación de muerte cerebral, tras haber sido acuchillado. La mujer relata que trató enseguida de tomar un avión hacia España para estar con su hijo en esos últimos momentos pero que no había vuelos y por mar tampoco hubiera llegado a tiempo. Así que cogió un avión con escala en Francia y de ahí se trasladó hasta València, para llegar justo antes de que los médicos desconectaran el pasado 2 de agosto al joven de las máquinas que lo mantenían con vida.

"Quería donar sus órganos porque tenía un cuerpo sano, para poder salvar la vida de otras personas, pero no pudo ser porque necesitaban el cuerpo entero para la autopsia al tratarse de un asesinato", argumenta la madre del Anis, de cuyo cadáver finalmente solo pudo donarse las córneas de los ojos.

Las investigaciones sobre las circunstancias en las que fue atacado el joven continúan. Según las fuentes consultadas por este periódico, un día antes el presunto homicida, junto a otras cuatro personas ya habían agredido a la víctima y éste había mostrado una fuerte resistencia. "No podían con él, por eso lo han matado a traición con un destornillador", indicaron familiares del joven.

Pintadas y flores por Anis para mantener vivo su recuerdo

Anis, como así lo conocían todos en el barrio, era el mayor de cinco hermanos. Vino a España con apenas un año junto a sus padres y se había ganado el cariño y respeto de todos los de su entorno. En el parque de la Plaza Doctor Torrens de València, donde se solía reunir con sus amigos dos pintadas en recuerdo de él dan fe de ello: «Anis eterno» y «No se muere quien se va, solo muere quien se olvida». Junto a ellas hasta hace unos días había flores y velas en un improvisado altar en su nombre. «Para tus amigos de verdad que te quieren no te has ido, siempre estarás en nuestros corazones», le decía Ramón, quien reconoce que al principio no se creía que estaba muerto. «Era una bellísima persona con toda la vida por delante», añade Emilio. Anis había jugado como portero de fútbol en el Mislata hasta los 21 años, pero tuvo que dejarlo para ponerse a trabajar en el negocio familiar de pollos asados que tenía su padre, discapacitado, en la calle Sueca. Ahora se ganaba la vida podando palmeras y haciendo chapucillas como pintor, indica su familia.