Cristina, de 32 años, fue asesinada este lunes por la noche en Zaragoza por su vecino de la puerta contigua en el rellano. No sabía que este hombre marroquí que responde al nombre de Adil Lazizi y de 45 años estaba en busca y captura por no reingresar en uno de los permisos que disfrutaba tras ser condenado por cometer otro crimen en Madrid en 2001 y que cumplía en la cárcel de Zuera. En aquella ocasión mató también a una mujer, Siham, una joven francesa de 24 años que se encontraba haciendo turismo en Madrid en compañía de una amiga, según pudo saber EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, diario que pertenece a este mismo grupo, Prensa Ibérica.

En aquel crimen, la víctima, que iba con una amiga, conoció a su asesino, quien iba acompañado por un amigo. Los cuatro decidieron irse a la vivienda de uno de ellos, un piso alquilado situado en la cuarta planta del número 35 de la calle Hierbabuena, en el distrito de Tetuán. Allí las dos parejas se separaron, si bien la amiga de la víctima se alarmó sobre las 08.00 horas cuando oyó unos gritos de dolor a Siham. Al entrar contempló su cuerpo ensangrentado en la cama. Presentaba ocho puñaladas. De Adil Lazizi no había ni rastro, si bien horas más tarde se entregó en dependencias policiales próximas de la calle de Francos Rodríguez. Iba en ropa interior y se negó a declarar ante los agentes. 

Posteriormente la Policía Nacional determinó que el crimen se produjo ante la negativa de la joven a mantener relaciones sexuales. En la entrada del piso, encima de un aparador, los investigadores encontraron el arma homicida: un cuchillo de cocina de 20 centímetros de hoja doblado y con el mango de madera astillado, lo que da idea del violento ataque.

El por qué del asesinato de Cristina, ocurrido este lunes en el número 8 de la calle Alegría en el zaragozano barrio de San José, todavía está siendo investigado por el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que tiene abiertas todas las hipótesis. Los gritos de la víctima sobre las 21.55 horas alarmaron a un vecindario que llamó a la sala del 091 de la Policía Nacional. Cuando llegaron la víctima estaba muerta y Adil Lazizi estaba herido, aunque llevaba consigo el cuchillo. Le reclamaron que lo tirara al suelo antes de arrestarle.

El hombre se encuentra detenido e ingresado en el área de Traumatología del hospital Miguel Servet de Zaragoza a la espera de prestar declaración por estos hechos. Presenta lesiones abdominales. El levantamiento del cadáver se produjo sobre las 01.00 horas, momento que la Hermandad de la Sangre de Cristo hizo el traslado al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses (Imlcfa) para realizarle la pertinente autopsia.

El Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón tiene abiertas todas las hipótesis y trata de analizar si ambos tenían algún tipo de relación sentimental. De ello dependerá, tal y como marca la ley, que el caso pueda circunscribirse en la violencia de género. De confirmarse que es un asesinato de violencia machista serían ya cinco mujeres las asesinadas en los últimos nueve días.

Restos de sangre en la puerta de la casa. Andreea Vornicu

De confirmarse que es un asesinato de violencia machista serían ya cinco mujeres las asesinadas en los últimos nueve días.

"Oímos que decía: 'Me siento culpable, me siento culpable'"

Con los primeros rayos de sol del día, los restos de sangre sobre la acera más próxima al número 8 de la calle Alegría, en el zaragozano barrio de San José, hacía recordar a los vecinos lo que pocas horas antes, de noche, habían vivido. Cristina, la joven de 32 años que vivía en el primer piso había sido asesinada por el hombre que vivía puerta con puerta en el rellano. Seguían conmocionados, tal y como reconoció Mayte, quien destacó que ella lleva residiendo en el inmueble desde febrero, pero que era un lugar tranquilo

De hecho, destacó que entre el hombre y la mujer había buen trato como vecinos. Lo supone porque hubo unas obras en la comunidad y ella le entregó a Adil Lazizi las llaves de su casa para que fueran los operarios a su domicilio porque ella trabajaba de mañanas. Belén, una joven vecina del edificio contiguo fue una de los testigos. Señaló que empezó a escuchar gritos y se asomó a la ventana, pudiendo oír a la Policía Nacional diciéndole: «Tira el cuchillo, tira el cuchillo». También aseveró que él decía: «Me siento culpable, me siento culpable» y «Que me estoy muriendo, que me estoy muriendo» mientras se tocaba el abdomen vendado. 

Condolencias políticas

La delegada del Gobierno de España en Aragón, Rosa Serrano, calificó este asesinato de feminicidio, si bien consideró que es pronto para saber "qué clase de feminicidio es", es decir, si hay vinculación personal entre ambos.

Las condolencias y los mensajes de repulsa también llegaron desde el presidente del Gobierno de Aragón y el alcalde de Zaragoza, Javier Lambán y Jorge Azcón, respectivamente.