«Querida Cayetana, tus papás te quieren muchísimo. Eres y siempre serás nuestro ángel. Cariñosa, amable y muy noble. Sabemos que cuidarás de nosotros y de tu hermano Jaime allí donde estés. Danos muchas fuerzas para soportar tu pérdida. Te queremos». Con estas palabras los padres de la pequeña de ocho años fallecida tras salir despedida contra el suelo desde un castillo hinchable, levantado por una fuerte racha de viento el pasado martes en Mislata, quisieron ayer, en el día de Reyes más triste y doloroso que un padre podría vivir, despedir y recordar a su niña para que su mensaje de amor y las muestras de cariño que han recibido de la gente desde que se conoció la tragedia le lleguen como si fueran esos regalos que se quedaron sin abrir y que ya nunca podrán darle.

«Ningún padre está preparado para este tipo de situaciones, estamos totalmente abatidos», confesaba su madre con las pocas fuerzas de las que disponía, y que quiso aprovechar para agradecer a todos los médicos del Hospital La Fe y al personal sanitario que luchó para que la pequeña Cayetana siguiera con vida, aunque no lograran su objetivo. A los técnicos en emergencias sanitarias y todo el equipo sanitario de las ambulancias que lograron inicialmente estabilizarla tras tres cuartos de hora de maniobras de reanimación, y a los cuerpos y fuerzas de seguridad, así como a los bomberos, «por todo su apoyo» en estos duros momentos. «Sabemos que hicieron todo lo que estuvo en sus manos para poder salvarla», reconoce agradecida Marta.

La carta del padre agradeciendo las muestras de apoyo

«Mis primeras palabras querían que fueran de agradecimiento hacia el SAMU, la policía y los bomberos por su rápida intervención. También a todo el equipo que nos atendió en urgencias de la Fe, por su amabilidad y predisposición en todo momento en hacer todo lo posible para salvar a nuestra pequeña. Desgraciadamente no pudo ser, pero no nos cabe la más mínima duda de que hicieron todo lo que estaba en su mano».

«Merece la pena seguir adelante por nuestro otro hijo, al que la vida le ha dado una segunda oportunidad»

«Como padre no sé qué decir ante lo sucedido, solo que la vida a veces es injusta y que ningún padre o madre está preparado para este tipo de situaciones ni aguantar este enorme dolor. Cuando pasa esto, solo podemos agarrarnos a la fe, intentar hallar un camino, …, y el único camino es superarlo e intentar ser un poco más fuerte cada día. Merece la pena por nuestro otro hijo, que también estaba en la atracción, y a el que no le pasó nada al caer de rodillas. La vida le dio una segunda oportunidad».  

La pequeña estudiaba en el colegio Jesús-María de València, donde la noticia de su muerte también fue un mazazo para sus compañeros y profesores, ya que era «un amor de niña» y todos la querían. Su funeral se celebró a las 13.00 horas de ayer en el cementerio municipal de la capital del Túria. Su cuerpo permanecía desde la tarde de la Noche de Reyes en el tanatorio municipal, al que se acercaron familiares y amigos para mostrar todo su apoyo a los padres y al hermano de once años, quien también se encontraba en el castillo hinchable en el momento en el que la atracción salió volando, pero que por fortuna se salvó al solo golpearse las rodillas.

«Queremos agradecer a la familia, amigos y todos los mensajes de apoyo recibidos de infinidad de personas desde todas partes del país. Te das cuenta de la cantidad de gente que la quería. Las palabras de su profesor Chimo, de que en su vida ninguna niña le había hecho tantos regalos de cartas y dibujos como los que le había dado ella. Tiene su casa llena de regalos que le hacía ella», recuerda Fernando, padre de la niña.

«Nos sorprendió todas las visitas que recibimos en el tanatorio ya que no esperábamos tanto cariño. Pese a la situación por la pandemia, pudo asistir toda la familia y casi todos los padres de sus amigas compartieron nuestro dolor, así como todos los profesores que había tenido, que solo tenían palabras diciendo lo maravillosa que era y que iban hacer todo lo posible por ayudar a su hermano, al que la vida le ha dado esta segunda oportunidad. Estamos también muy agradecidos al colegio Jesus-María por su apoyo y por todo lo que van hacer por apoyar a nuestro hijo y a nosotros en estos momentos tan complicados».

«Siempre con la sonrisa en la boca, era la alegría de la casa. Nada va a poder llenar este vacío que ahora sentimos»

«Cayetana era una niña muy especial, siempre con la sonrisa en la boca, dulce y siempre dispuesta a esforzarse por todo. Le gustaba mucho pintar, el baloncesto, jugar en el iPad y hacer vídeos con sus amigas. Aún no hemos tenido el valor para entrar en su habitación».

«La echaremos mucho de menos, era la alegría de la casa, siempre me tenía que acostar con ella para que se durmiera y darle la manita. Ni voy a poder volver a escucharla decirme que era el papá más guapo del mundo. Nada va a poder llenar este vacío que ahora sentimos».

Posibles responsabilidades

Tras despedir ayer a la pequeña en un funeral íntimo, para la familia comienza ahora una lucha en los tribunales. A la espera de que concluyan las investigaciones de la Policía Nacional y el grupo de Homicidios entregue al Juzgado de Instrucción número cuatro de Mislata, en funciones de guardia el día del trágico accidente, el atestado con toda la información recabada, los padres han delegado las cuestiones legales en un letrado amigo de la familia para que se depuren responsabilidades sobre lo ocurrido. Están convencidos de que la muerte de su hija se podía haber evitado y no quieren que este tipo de sucesos con castillos hinchables mal anclados al suelo se cobren más víctimas en un futuro.

Aunque los informes del Ayuntamiento de Mislata avalan la legalidad de las medidas de sujeción que tenía la citada atracción instalada en la plaza de la Libertad con motivo de la feria navideña, y no es obligatorio que los técnicos municipales revisen la instalación para ver si se cumple la normativa ya que ese trabajo lo realiza un ingeniero contratado por el propio feriante, hay otros muchos municipios que sí que realizan esta labor para garantizar la seguridad de los niños.

Además, el rudimentario sistema de anclaje a elementos pesados como sacos o puntos fijos como árboles o farolas, con el que contaba la atracción, ha demostrado ser del todo insuficiente ante fuertes rachas de viento. A todo ello se suma que con rachas superiores a los 38 km/h —se alcanzaron los 60 km/h— este tipo de castillos de grandes dimensiones están obligados a parar su actividad. Instrucción que no adoptó el feriante ni trasladó tampoco el consistorio municipal.

La otra niña de cuatro años sigue hospitalizada grave

Además del fallecimiento de Cayetana, otra niña de cuatro años permanece hospitalizada, desde la noche del pasado martes en que se produjo la tragedia, en el Hospital Clínico de València en estado grave. La menor presenta un traumatismo craneoencefálico severo debido al golpe que se dio tras ser arrojada desde el castillo a varios metros de distancia. Tanto ella como la fallecida perdieron el conocimiento tras la caída. Otros siete menores de edad, entre ellos el hermano de la víctima mortal, resultaron heridos leves y fueron evacuados a varios hospitales.

«Nos gustaría saber cómo está la otra niña a la que se llevaron grave. Ojalá se recupere y pueda salvarse, ..., por nuestra hija ya no podemos hacer nada, solo rezar para que la otra niña salga adelante». Es el deseo de apoyo a sus padres que quiso trasladar Fernando tras enterrar a su hija de ocho años el día de Reyes.