La Guardia Civil ha reanudado a las 9.00 horas de este martes la búsqueda de Marta Calvo en un pozo de 60 metros de profundidad y sin sellar ubicado muy cerca de donde se produjeron los rastreos del pasado mes de septiembre, tras reunir nueva información que ubican al presunto asesino, Jorge Ignacio P. J. en las proximidades de ese punto cuatro días después del crimen.

Se trata de un pozo de riego no sellado que hasta ahora no había sido inspeccionado y que ha sido fijado como punto de interés después de comprobar el testimonio de una vecina que vio al presunto asesino en serie con su coche, parado en mitad de la carretera y con el maletero abierto, en la mañana del 12 de noviembre de 2019, cuatro días después de la muerte de la joven de Estivella.

En la búsqueda de hoy participan, además de los investigadores de Homicidios de València y de la Unidad Central Operativa (UCO), especialistas del GEAS (los buzos), del GREIM (montaña), y nuevamente uno de los perros adiestrados en detección de restos cadávericos que ya colaboraron en la batida del pasado septiembre.

El nuevo rastreo se ha gestado en estas últimas semanas, después de cotejar la ubicación de los teléfonos de Jorge Ignacio P. J. en aquellos días con el testimonio de la mujer, que ha fijado el punto exacto donde lo vio aquella mañana.

La testigo reparó en él porque la carretera, próxima a Manuel, no tiene arcén y el vehículo del sospechoso, el Volkswagen Passat de color azul oscuro -la mujer ha identificado sin ningún género de dudas el coche-, estaba parado en mitad de una curva, ocupando buena parte de la calzada.

La mujer ha remarcado que se fijó en aquel hombre por el peligro que entrañaba no solo la posición del coche para el resto de los conductores, sino también para sí mismo, ya que estaba fuera del vehículo, en la parte trasera derecha, la más próxima a la maleza, y tenía el maletero abierto.

Aunque es poco probable que estuviera deshaciéndose en ese momento del cuerpo, la Guardia Civil ha retomado con interés la búsqueda porque el punto indicado por la testigo coincide con el área fijada a partir del estudio del tráfico de llamadas y datos de los teléfonos del sospechoso que permitió a los investigadores del equipo conjunto de Homicidios de València y de la UCO saber que permaneció entre las 11.08 y las 14.08 de la mañana del 8 de noviembre, al día siguiente del asesinato de Marta Calvo, en el triángulo entre Castelló, Manuel y Senyera.

Tal como ha venido publicando Levante-EMV, diario perteneciente al mismo grupo de comunicación que este medio, el hallazgo de ese rango temporal que lo sitúa durante tres horas en un punto geográfico próximo a la casa donde sucedieron los hechos y que el presunto asesino ocultó deliberadamente a la Guardia Civil, ha llevado a los investigadores al convencimiento de que es ahí donde se encuentran los restos de la joven de Estivella.

Por esa razón, se rastrearon tres puntos dentro de ese perímetro -un vertedero ilegal al pie de una cantera, una casa abandonada y una escombrera próxima a una ermita- entre los días 8 y 13 de septiembre pasados. La búsqueda se suspendió el lunes, 13, tras legar a la conclusión de que el cuerpo de Marta no estaba en ninguno de esos puntos, que formaban parte de un listado más amplio elaborado por agentes del Seprona a petición de los investigadores, a partir de la delimitación del área bajo sospecha y teniendo en cuenta que fuesen lugares no revisados con anterioridad o que pudiesen reunir las condiciones para deshacerse de un cuerpo de manera rápida y discreta.

Ahora, al cotejar el testimonio de la mujer con esas mismas ubicaciones, los agentes han llegado a la conclusión de que la testigo tenía razón y que era Jorge Ignacio P. J. el hombre al que vio aquella mañana del 12 de noviembre de 2019, cuando se dirigía a una cita médica.

Sospechan que ya se había desecho del cuerpo de Marta Calvo

Y, aunque la tesis principal es que en ese momento ya debía de haberse deshecho del cadáver -probablemente, la mañana que pasó tres horas en ese punto o durante la noche siguiente-, estiman probable que regresase al lugar para comprobar algo o para asegurarse de que el cuerpo no iba a ser encontrado.

Una vez enlazadas estas dos informaciones -la ubicación fijada por la testigo y los posicionamientos de los teléfonos de Jorge Ignacio P. J. en la mañana del 12, coincidentes con los de la mañana del 8-, los encargados de la investigación han solicitado al Seprona que inspeccionen ese nuevo tramo (dista a solo 1,2 kilómetros del vertedero ilegal de la cantera) en el perímetro exterior del área delimitada para tratar de localizar ‘puntos calientes’.

Los especialistas del Seprona han señalado, además de varias casas abandonadas, como la que Jorge Ignacio P. J. juzgó como “buen lugar para deshacer de un cadáver” cuando viajaba con un amigo en el coche el verano anterior al asesinato de Marta, tal como ha adelantado hoy en exclusiva Levante-EMV, el pozo sin sellar de 60 metros de profundidad, que no había sido examinado nunca hasta ahora.

El pozo no estaba tapiado hace dos años

 El pozo, que los regantes de Senyera y Castelló estiman de entre 60 y 100 metros de profundidad, se encuentra dentro de una caseta actualmente tapiada. Fue el ayuntamiento de Senyera, un municipio de 1.200 habitantes de la Ribera Alta, quien dio orden de realizar el cerramiento con tabique de ladrillos y cemento hace “aproximadamente un año”, según fuentes municipales, para evitar que se colaran adolescentes y cayeran al hoyo, que no está sellada y solo está cubierto con una malla metálica.

Por tanto, el acceso era libre hace dos, cuando se produjo el asesinato y desaparición de Marta Calvo, el 7 de noviembre de 2019, razón por la que la Guardia Civil considera un sitio con serias posibilidades de encontrar el cuerpo de la joven de Estivella.

El equipo ya ha realizado hoy una prospección del lugar con los investigadores y el guía canino junto con uno de los perros. El objetivo de estos trabajos es diseñar la operación de rastreo que se realizará mañana a primera hora con el dispositivo al completo.