La Policía busca desde esta madrugada a un hombre, vecino de la barriada de las 613 Viviendas de Burjassot (Valencia), después de que intentara matar a un conocido y vecino suyo clavándole en el cuello las esquirlas de dos copas de balón, de las empleadas en los combinados alcohólicos, que rompió a propósito para emplearlas con arma. La víctima, Javier M., de 35 años, se debate aún entre la vida y la muerte en el Hospital La Fe tras sufrir una gran hemorragia que le habría costado la vida en el lugar de los hechos de no haberle aplicado vendajes compresivos tácticos dos agentes de la Policía Local de Burjassot.

Los hechos sucedieron en torno a las 1.44 horas, en el interior de un bar musical de Burjassot. Sin que aún esté totalmente aclarado el motivo, el agresor se enzarzó con Javier M, que participaba con otros familiares en la celebración de un cumpleaños dentro del local, ubicado en la plaza de la Concordia del citado municipio.

La riña fue subiendo de tono hasta que el presunto agresor, viendo que el otro se hacía con una barra de hierro, cogió dos copas de balón con los dedos de la mano derecha, rompió los pies contra la barra y empezó a atacar a Javier M. con las afiladas esquirlas de cristal a modo de puñal.

Varias personas, entre ellas el dueño del bar y familiares de Javier, trataron de mediar entre ellos y separarlos. Su hermano incluso le arrebató la barra de hierro para hacerle deponer su actitud. Ambos fueron sacados del local, pero, lejos de parar la pelea, fue a más, hasta que el agresor atacó brutalmente a Javier, clavándole los cristales en el cuello hasta en dos ocasiones, causándole la rotura de vasos sanguíneos que le provocaron una gran hemorragia.

Para entonces, varias personas habían llamado al 112 solicitando ayuda urgente. Los primeros en llegar fueron dos agentes de la Policía Local de Burjassot que, al ver la abundante cantidad de sangre que perdía la víctima y ser conscientes de la gravedad de las heridas, pidieron ayuda médica urgente y decidieron intervenir.

Por fortuna, llevaban en su dotación personal vendajes israelíes, un tipo de compresa hemoestática táctica, utilizada en otros países por unidades militares y policiales de intervención y emergencia, y que algunos agentes de Policía llevan en España a título particular. Los policías aplicaron los vendajes en el cuello, manteniendo una presión firme y constante, a la espera de la llegada de la unidad médica de emergencias.

Sin embargo, como la ambulancia del SAMU se retrasaba, un tercer policía local acudió con el coche patrulla al centro de salud de Burjassot y recogió a dos médicos de guardia para llevarlos al lugar del ataque. Los dos facultativos iniciaron la atención urgente hasta que, finalmente, llegó el SAMU al cabo de unos 10 minutos. El equipo médico de emergencias completó la atención al herido que, extremadamente débil, fue llevado al Hospital La Fe, donde lo sometieron a una intervención de urgencia.

Protección inmediato del barrio

Mientras se producía todo ello, agentes de la Policía Nacional tanto de Burjassot como de València y de Paterna acudieron al lugar y, por orden de la responsable del operativo policial, se decidió imponer un cordón de seguridad en torno a las 613 Viviendas, ya que al menos dos familiares del herido habían jurado venganza y varios testigos les habían visto irse hacia esa zona.

Los policías nacionales, auxiliados por los locales de Burjassot, colocaron controles en los accesos al barrio e identificaron a cuantas personas trataban de entrar o salir. Además, se puso en marcha la investigación del grupo de Homicidios, para tratar de detener al presunto autor del intento de homicidio., perfectamente identificado gracias a los testigos.

De momento, continúa oculto y los investigadores tratan de localizar dónde ha buscado refugio. Para ello están tomando declaración a amigos y familiares, y averiguando en qué otras ciudades tiene parientes a los que pudiera recurrir en la huida, por lo que su arresto solo será cuestión de tiempo, salvo que antes decida entregarse.

Los especialistas de la Policía Científica recogieron numerosas evidencias en el lugar, entre ellas, la barra de hierro y los vidrios ensangrentados empleados en el ataque. Además, los investigadores han solicitado ya las cámaras de seguridad tanto del bar como de otros puntos próximos, no solo para ver cómo se desarrollaron los hechos, sino también hacia dónde escapó el presunto agresor y si alguien le ayudó en la huida.