El fotógrafo acusado de 36 delitos de pornografía infantil y cinco de corrupción de menores untó con aceite el cuerpo desnudo de una de las 41 víctimas que figuran en la causa e hizo posar con un plátano en la mano y con chupa chups a otras chicas, también sin ropa, para dar más erotismo a las imágenes.

Así lo han declarado este jueves ante la Audiencia de Las Palmas estas testigos, ya mayores de edad, que han depuesto en la tercera sesión del juicio que se sigue contra el fotógrafo y también director de una agencia de modelos llamada "Moodels Canarias", Luis Jorge M.E., de 55 años y detenido en 2018, quien se enfrenta a una condena de 187 años de cárcel.

La primera en intervenir lo ha hecho a través de videoconferencia, al encontrarse en el extranjero, y ha contado que asistió a 10 sesiones en su estudio, situado en un garaje del barrio de El Batán de Las Palmas de Gran Canaria, donde, a partir de la segunda, comenzó el erotismo y "todo fue a más"; tras posar con lencería empezó con los desnudos y con "composiciones lésbicas" con otras chicas, pues les decía que "eso vendía y lo habían hecho las grandes modelos".

Esta testigo ha asegurado que la sesión que más le impactó tuvo lugar en un hotel, primero en los exteriores, donde todo fue normal, y después en una habitación, donde ya se tuvo que desnudar para fotos de carácter sexual, según ha recalcado la denunciante, que ha comentado que Luis Jorge M.E. le llegó a decir que tenía "cuerpo para chica porno".

La joven que ha dicho que el acusado la untó con aceite, ha explicado que se lo puso en el pecho y en "sus partes íntimas", y que también le hizo posar con hielo porque se trataba de "desnudos artísticos". Ha afirmado que se sintió incómoda cuando ocurrió lo del aceite, pero que en las anteriores ocasiones que la había fotografiado desnuda lo hizo sin problema porque estaba acompañada de otras chicas con las que posó en actitudes lésbicas.

Asimismo, ha contado que el acusado le pedía que pusiera "cara de cachonda" y que se imaginara que la cámara era un chico, como han declarado otras de las denunciantes. Esta testigo a la que el fotógrafo pagaba por posar y con la que contactó a través de Instagram, según su versión, fue a cuatro sesiones, la primera con ropa y el resto sin ella, a lo que accedió porque quiso y porque no estaba sola.

Cuando le ofreció hacer una sesión a solas, en la que debía desnudarse y masturbarse tapada con una sábana para retratar su cara, ya se negó y no volvió más, ha afirmado la joven, quien ha precisado que en las últimas sesiones ya era mayor de edad. Otra denunciante ha contado que el acusado le hizo posar sujetando un plátano y que también debía poner "cara cachonda" y que se hizo fotos con otras chicas desnudas, tocándose los pechos y las nalgas.

Según ha confesado, se sintió intimidada entonces y está arrepentida de esas fotos que le tomó la única vez que estuvo en el estudio. Una testigo a la que el acusado le recriminó su timidez y su exceso de peso, posó desnuda con otras tres chicas y con chupa-chups para dar más carga erótica a las composiciones lésbicas, según lo narrado en su declaración, en la que ha precisado que solo asistió a una sesión y llegó a sentirse "fea" por los comentarios que le dirigió.

Las ocho jóvenes que han prestado testimonio en esta sesión han coincidido de nuevo en que el acusado les decía que si no se desnudaban ante la cámara no llegarían a ser modelos, la aspiración de todas, y que era un requisito de la profesión y tenían que perder la vergüenza, e incluso alguna ha señalado que les llegó a decir que si no se quitaban la ropa no podían continuar en su agencia.

Asimismo, como otras que ya han declarado en los dos días anteriores, han manifestado que el procesado decía a sus madres que no podían estar presentes en las sesiones porque eso cohibía a las niñas y que estuvieran tranquilas y confiaran en él, tras firmar una autorización en la que no figuraba que tuvieran que posar desnudas.

En esta sesión se ha renunciado por parte de la defensa del fotógrafo, ejercida por dos letrados, y del Ministerio Fiscal y las dos acusaciones particulares al resto de padres y madres pendientes de declarar por entender que son suficientes los testimonios que ya han prestado otros progenitores.

El juicio continuará la próxima semana con la declaración de más menores de las que supuestamente se aprovechó el acusado para hacerles fotos pornográficas.