La Guardia Civil ha desarticulado en Torrevieja (Alicante) un grupo criminal formado por once personas de entre 21 y 37 años --entre ellas, cuatro menores de 15 y 17 años--, como presuntas autoras de doce robos con fuerza, un delito de tráfico de drogas y un delito de receptación.

En concreto, la organización pagaba con droga a los menores por los robos cometidos. Primero captaba a los adolescentes en los parques de la localidad a cambio de droga gratis pero con el tiempo, ante la imposibilidad de que los menores pudieran pagar las dosis, la organización les hacía cometer robos para conseguir las sustancias.

Los detenidos han pasado a disposición judicial y los dos principales cabecillas han ingresado en prisión. También se ha realizado una entrada en una vivienda del municipio donde se recuperaron algunos objetos procedentes de los robos y se han intervenido varias sustancias estupefacientes y útiles para su posterior dosificación y venta, según ha informado el instituto armado en un comunicado.

La operación se inició a principios de marzo de este año, cuando agentes pertenecientes a la Guardia Civil de Torrevieja identificaron a unas personas que caminaban por la vía pública transportando varios objetos de dudosa procedencia. Tras varias pesquisas, se dieron cuenta de que se encontraban ante una organización dedicada presuntamente a los robos con fuerza en locales y viviendas de Torrevieja y Orihuela Costa y que usaba a menores de edad como autores materiales a cambio de pagarles con droga.

Operación 'Zona VIP'

Con estos datos se inició la operación 'Zona VIP', desarrollada durante cinco meses y en tres fases por el Área de Investigación de Torrevieja. La organización criminal la formaban siete adultos, de los cuales dos eran los cabecillas principales, que eran los encargados de captar a menores de edad, por los parques de la localidad, ofreciéndoles droga para que la probaran. Una vez ganada su confianza, y ante la imposibilidad económica de pagar las dosis de hachís, marihuana o pastillas de éxtasis, los adultos proponían a los menores que cometieran robos y así saldar la deuda.

Por ello, la Benemérita decidió intensificar las vigilancias en parques y en los entornos de los menores de edad quienes, bajo la influencia de los líderes del grupo, dejaron de estudiar y no asistían a los centros escolares. Hubo incluso ocasiones que sustrajeron objetos de sus propios familiares para venderlos y conseguir la droga.

Los robos que se cometían en viviendas se realizaban tras un apostadero para asegurarse de que no hubiera nadie en ese momento. Llegado el momento oportuno, entraban en acción los menores. La gran ventaja de utilizarlos era que, en el caso de que los agentes de la autoridad los sorprendieran, serían éstos los detenidos y no los mayores de edad.

Los objetos robados se trasladaban inmediatamente a una casa usurpada donde se almacenaban hasta encontrarles salida en el mercado negro. En total, se han cuantificado hasta 12 robos en inmuebles.