"Va a ser la última vez que me vacilas", fueron, según los testigos, las últimas palabras que escuchó Younes, el vecino de Mazarrón de 35 años, que falleció el pasado domingo en la cafetería El Muelle tras recibir tres disparos.

La titular del juzgado de Instrucción número 1 de Totana decretó ayer el ingreso en prisión provisional y sin fianza para Carlos Patricio B.M., exmilitar de 52 años y también vecino de Mazarrón, acusado de matar a Younes. Según informó el TSJ de Murcia, se le investiga por la comisión de un delito de asesinato y de un delito de tenencia ilícita de armas, tras encontrarse en su vivienda "un pequeño arsenal", según fuentes cercanas al caso. En el auto, la juez precisa que "el ingreso en prisión se deberá realizar en un módulo para preservar la integridad física y la propia vida del investigado", algo que solicitó ayer el acusado durante la primera vista, en la que se acogió a su derecho a no declarar.

A la salida de los juzgados, el abogado de la familia de la víctima, Melecio Castaño, defendió que "se trata de un asesinato claramente racista, un delito de odio" y explicó que la actitud del acusado, desde el primer momento, fue increpar al fallecido y a los cuatro amigos con los que se encontraba por su origen marroquí. "Ya por la mañana avisó que la iba a liar por la tarde por lo que entiendo que hubo premeditación", aseguró Castaño, que sobre el posible estado de embriaguez del presunto asesino sostiene que las primeras declaraciones de las dos trabajadoras de la cafetería "han negado esto; lo vieron violento, como ido, pero sólo por el ánimo violento, no por estar borracho".

Sobre la posibilidad de que el acusado sufra algún tipo de trastorno psicológico, el abogado reveló que según un informe de los servicios de urgencia que le atendieron tras ser detenido, "no consta que tenga antecedentes psiquiátricos; lo único que toma es un medicamento para la ansiedad y Orfidal, pero no recibe ningún tratamiento de consideración".

En cuanto a la actitud del acusado frente a la juez, Melecio Castaño afirmó que "en todo momento, parecía una persona completamente consciente de lo que piensa y de sus acciones; así que descarto esas dos posibles líneas de defensa en cuanto a la embriaguez o la enajenación transitoria o patológica".

Por otra parte, Castaño informó que la familia de la víctima está "destrozada, porque ha sido un asesinato sorpresivo, que nadie espera, en una situación realmente absurda, porque no hubo provocación por parte de nadie", explicó el letrado.

El caso ha pasado al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 y se prevé que la semana que viene acudan a declarar los amigos del fallecido presentes en el tiroteo y una persona que se encontraba en la vivienda del presunto asesino y que le vio coger el arma.

Posible crimen racista

Testigos del suceso no dudaron ayer en describir como un delito de odio y un crimen racista lo sucedido, tal y como defiende el abogado de la familia. Un amigo de la víctima relató que el detenido increpó reiteradamente a una de las camareras del local por atender "a moros sin papeles". En un momento determinado, según el letrado de la familia, Younes se acercó para reprender esa actitud, lo que motivó que el acusado, exmilitar, se marchara unos minutos para acudir a su vivienda, coger una de sus armas y volver para dispararle.