La ONG que gestiona el campamento para migrantes de Las Raíces en Tenerife, Accem, por encargo del Ministerio de Migraciones, expulsará de este recurso a las personas violentas. Además, los propios usuarios de este antiguo cuartel han propuesto que los magrebíes y los subsaharianos tengan turnos diferentes en las comidas para evitar conflictos, y así lo va a organizar la ONG. De hecho, ya duermen en carpas separadas. Estas decisiones se han adoptado después de que el pasado martes la Policía Nacional interviniese en Las Raíces durante unos incidentes, que se saldaron con la detención de ocho personas por enfrentamientos entre marroquíes y subsaharianos. Según ha precisado Accem, las medidas a tomar tras los altercados serán las resultantes de aplicar el protocolo interno de funcionamiento del dispositivo, lo que implicará que las personas con demostrado comportamiento violento serán expulsadas.

No es la primera vez que se expulsa a migrantes de estos campamentos, donde la estancia es voluntaria. En el cuartel Canarias 50, en Las Palmas de Gran Canaria, el pasado febrero fueron desalojados 64 inmigrantes magrebíes, algunos por conductas violentas y otros porque decidieron irse, y perdieron su derecho permanecer en los recursos estatales. Accem insiste en que la estancia en los espacios que pone a disposición el Estado es voluntaria y, por tanto, deben acatarse una normas básicas de convivencia. No obstante, la ONG entiende que los migrantes están en una situación límite, no saben lo que va a pasar con sus vidas y se genera mucha tensión que termina por estallar en conflictos tan duros como los del pasado martes. En el campamento de Las Raíces conviven ahora mismo 1.543 personas y aflora el nerviosismo porque, por un lado, temen ser deportados, por otro se les impide continuar su proyecto vital de viajar a la Península y a otro países de Europa y, además, son migrantes de distintas culturas que están hacinados conviviendo en un espacio. Es una olla a presión.

Todavía se desconoce la cantidad de personas que serán expulsadas, pues están trabajando para identificar a quienes participaron en el altercado y comprobar su implicación para aplicar el protocolo con seguridad, ya sea sanción o expulsión, en función de la gravedad de las acciones. Además de los ocho detenidos del martes, la pelea produjo que diez personas resultasen heridas y tres de ellas fueran llevadas al hospital en ambulancia. La ONG ha admitido que ha habido más altercados. El lunes por la noche se produjo otro enfrentamiento de gravedad en el interior de Las Raíces y tuvo que intervenir la Policía, según fuentes de Accem, pero el del martes fue ya una batalla campal. Un subsahariano tuvo que ser operado por una “grave” rotura en la pierna. También fueron intervenidos en el hospital otros dos marroquíes y el resto, otras siete personas, fueron llevadas a un centro de salud. Asimismo, se atendió a migrantes dentro del campamento de Las Raíces.

Prisión preventiva

El Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna, en funciones de guardia, ordenó ayer el ingreso en prisión preventiva incondicional de cinco migrantes marroquíes detenidos tras los altercados en el campamento de Las Raíces. Se les imputa la comisión de presuntos delitos de lesiones, riña tumultuaria, desórdenes públicos y atentado a agente de la autoridad.

Los propios trabajadores de Accem sufren estas disputas con nerviosismo, pero aseguran que intentan mediar para que no lleguen a más. En total son 247 personas las contratadas por esta ONG.

Según el Ministerio de Migraciones, la pelea comenzó fuera del campamento entre dos personas y, posteriormente, se trasladó a su interior. El Ministerio subraya que evalúa la situación en todos los centros de manera constante a través de su Unidad de Emergencias en Canarias. La monitorización está centrada en Las Raíces para ver si se precisan cambios o refuerzos en algún área como podría ser la seguridad. La comida no fue el detonante de la disputa, recalca el Ministerio, pues asegura que las raciones de alimentos han mejorado. Según Accem es la tensión que se vive en este espacio que debe ser solo un recurso de “emergencia humanitaria y temporal”, precisa la ONG, y, en ningún caso, permanente porque los migrantes quieren irse.

De hecho, la directora general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Estrella Galán, alertó ayer de que los altercados que se han producido en el campamento de Las Raíces son solo “la punta del iceberg de lo que puede venir”.

Estas circunstancias no son nuevas, porque CEAR ya las ha vivido en otros territorios como Lesbos, apunta. “La situación puede ir a más, pero no solo en cuanto a violencia de unas personas contra otras, sino llegar a las autolesiones o al suicidio”, lamenta la directora general de CEAR, quien califica la intervención de la policía con pelotas de goma como “una barbaridad”,.

Tampoco se han quedado callados los partidos políticos. Sí Podemos Canarias, socio en el Gobierno de Pedro Sánchez, y Coalición Canaria (CC) piden ya el cierre del campamento de Las Raíces.

Nuevas embarcaciones en Gran Canaria y Fuerteventura

Una embarcación de Salvamento Marítimo socorrió a 17 inmigrantes que se dirigían a Gran Canaria a bordo de una patera. Entre sus ocupantes se incluían un menor y una mujer embarazada, la única que necesitó asistencia sanitaria al desembarcar en el muelle de Arguineguín. Una ambulancia la trasladó al Hospital Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria. y un menor, según ha informado el 112. Todos los datos recabados en la operación llevan a pensar que se trata de la embarcación de cuya partida desde Cabo Bojador alertó una ONG a las autoridades españolas el pasado sábado. Un avión de Salvamento, el Sasemar 103, estuvo rastreando desde el domingo. Finalmente, la barquilla fue localizada por el radar del sistema de vigilancia SIVE a unos 22 kilómetros al sur de la punta de Maspalomas. La Salvamar Macondo salió a su encuentro y embarcó a sus ocupantes: once varones, cinco mujeres y el menor; solo tres magrebíes y el resto, de países africanos situados más al sur. Mientras, al sur de Fuerteventura se rescató a una balsa neumática con 30 personas de origen subsahariano a bordo, 25 hombres y cinco mujeres. De las labores para trasladar a tierra a los ocupantes de la embarcación se ocupó la salvamar Nizar.