La Guardia Civil ha detenido en Agost a un matrimonio argelino acusado de explotar laboralmente y retener un año en un garaje a una compatriota a la que engañaron bajo la promesa de un contrato laboral. La mujer ha perdido 20 kilos en este año porque no le daban mucha comida, no tenía días de descanso, cobró cien euros al mes al principio y vivía en unas condiciones de habitabilidad infrahumanas. A pesar de la gravedad de los hechos y delitos, los detenidos quedaron en libertad con cargos tras pasar a disposición judicial en Novelda.

Según informa la Guardia Civil, la víctima fue atraída por unos compatriotas para que viniera de Argelia a España con la promesa de proporcionarle un puesto de trabajo como empleada de hogar con contrato que le permitiría obtener un permiso de residencia.

Las pesquisas se iniciaron tras acudir un ciudadano argelino a una patrulla de Seguridad Ciudadana de la Guardia Civil de Novelda para denunciar que una mujer llevaba más de un año encerrada en una casa de Agost y se encontraba en grave peligro, tanto por su salud como por su seguridad.

El Equipo Mujer-Menor (EMUME) de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Alicante se hizo cargo de las pesquisa y acabó liberando a la víctima y deteniendo a un hombre de 50 años y una mujer de 44 por delitos de trata de seres humanos con fines de explotación laboral, detención ilegal y contra los derechos de los trabajadores. Los arrestados son empresarios que residen por temporadas en España, aunque la pandemia le sorprendió en Alicante y por eso han permanecido un año en Agost.

Los arrestados se aprovecharon de su situación de necesidad y precariedad y una vez la convencieron para que se trasladara a España le retiraron el pasaporte y la alojaron en el garaje de la vivienda de Agost donde residía el matrimonio arrestado. Le pusieron una pequeña cama e improvisaron un aseo. El garaje no contaba con ventilación y las condiciones de habitabilidad eran infrahumanas, según la Guardia Civil.

La mujer trabajaba los siete días de la semana sin descanso y se encargaba de las diferentes tareas del hogar. Además no le pagaron el sueldo prometido, únicamente le dieron cien euros al mes los cuatro primeros meses.

Cuando la Guardia Civil liberó a la víctima comprobó que la mujer presentaba un evidente estado desnutrición. La mujer relató su calvario durante más de un año y aseguró que sufrió varios desmayos por la falta de alimentos y siempre le negaron que pudiera ser atendida por un médico.

La Guardia Civil descubrió el caso después de que la mujer pudiera contactar a través de internet con su hijo, residente en Argelia. El hijo contactó con un conocido en Cataluña y este con otro allegado en la provincia de Alicante, quien dio la voz de alarma.

La mujer fue puesta en contacto con una ong que ayuda a víctimas de trata de seres humanos y se encuentra residiendo en una casa de acogida y recuperándose de lo ocurrido.