En una barbacoa de gas situada en el jardín de su apartamento en el residencial El Palmeral de Costa Teguise. Raúl Díaz trató de quemar el cuerpo de su mujer, Romina Núñez Rodríguez, con la finalidad de eliminar cualquier rastro de la joven paraguaya de 28 años. Sin embargo, el plan diseñado por Raúl fue estéril por lo que optó por arrojar el cuerpo, fragmentado en varias partes por el fuego, en distintos lugares de la costa lanzaroteña.

Sospechoso desde el mismo momento en el que Raúl Díaz acudía en la mañana del martes 8 de enero al cuartel de la Guardía Civil de Costa Teguise para presentar la denuncia sobre la desaparición de su mujer, Romina Núñez Rodríguez, en la madrugada del uno de enero. La versión aportada por Raúl fue tan inconsistente que los agentes decidieron activar ese mismo día un protocolo de seguimiento encaminado a esclarecer lo que a todas luces parecía una desaparición no voluntaria.

El seguimiento del vehículo y la intervención de su teléfono móvil fueron determinantes para precipitar su detención en la tarde del pasado domingo. Aunque durante los interrogatorios en las dependencias del Instituto Armado en Costa Teguise ha mantenido que cuando llegó a su vivienda en la tarde del uno de enero encontró a su mujer fallecida lo cierto es que decidió deshacerse del cuerpo por temor, según su versión, a que lo incriminaran.

Una llamada telefónica a un familiar en Madrid podría ser clave en las pesquisas dado que en la misma, el principal sospechoso de la desaparición de la joven de 28 años habría contado la macabra forma con la que intentó hacer desaparecer el cadáver. Se cree que mantuvo el cuerpo de Romina en la vivienda de Costa Teguise al menos durante dos días, tiempo en el que ideó cómo hacerlo desaparecer De hecho, la denuncia la presentó ocho días después de que muriera su mujer y solo después de las presiones de la familia paraguaya, que estaba alertada por no saber nada de ella, máxime cuando prácticamente hablaba a diario con su hijo pequeño de 4 años, que reside con sus abuelos en la capital guaraní.

Antes de su detención, Díaz defendía públicamente ante los medios de comunicación que no tenía nada que ver con la desaparición de su mujer. Insistía en que había llegado pasadas las tres de la tarde del uno de enero a su casa después de irse la noche antes para no seguir discutiendo con su mujer. Así, mantenía que Romina se había llevado algunas de sus pertenencias y que era frecuente que abandonara la casa durante días cuando se peleaban.

Sin embargo, la versión inicial cambió radicalmente en las dependencias de la Guardia Civil tras su detención, sobre todo, al verse acorralado por las preguntas de los investigadores, que ya conocían una parte de la verdad: que fue él quien planificó la desaparición del cadáver.

Consumo de drogas

Tras ser detenido declaró que él no mató a su mujer, sino que se la encontró muerta al regresar a casa y que luego tiró su cadáver al mar. Cuando la Guardia Civil le preguntó por qué ocultó el cadáver si él no la había matado, Raúl alegó que había consumido drogas y que se asustó, apuntan las fuentes consultadas por Efe.

También contó que antes de arrojar el cuerpo al mar, trató de quemarlo en el jardín para hacerlo desaparecer, pero sin conseguirlo.El intento de calcinarlo, sin embargo, dañó el cadáver de Romina, de tal forma que, cuando Raúl quiso moverlo a otro lugar, se rompió en varios fragmentos. Luego presuntamente tiró las partes en diferentes lugares de la costa de Lanzarote que la Guardia Civil está rastreando desde el pasado lunes. No obstante, las fuentes también precisan que esa es la versión del detenido, que aún no ha sido corroborada por el hallazgo del cadáver.

Dentro de las investigaciones, la Guardia Civil registraba ayer la vivienda de la pareja que estaba precintada desde la tarde del pasado jueves y vigilada las 24 horas por agentes del Instituto Armado. Asimismo, se tenía previsto inspeccionar la oficina de trabajo del detenido y el coche de alquiler que presuntamente utilizó para desplazarse por la costa para deshacerse del cadáver de su esposa. El vehículo lo alquiló el pasado 2 de enero y está siendo analizado por los investigadores por si en el mismo se encuentran restos humanos,

Raúl Díaz, de 42 años, trabaja en Lanzarote como ingeniero de una empresa eléctrica desde 2013 aunque antes ha estado con anterioridad en centrales térmicas de Teruel y Barcelona.

Contrajo matrimonio con Romina Núñez por lo civil el 10 de agosto del pasado año en Lanzarote después de que se conocieran en Madrid, donde residía la joven que cuenta con una tía en la capital española. La Guardia Civil también investiga un presunto episodio de malos tratos que se habría cometido pocos días antes de la boda, aunque todo apunta a que la denuncia se retiró.

Es muy probable que el detenido pase a lo largo de la jornada de hoy a disposición judicial aunque no se descarta que se prolongue su estancia en la Guardia Civil para tratar de que confiese lo que realmente sucedió en su vivienda.