Música
Conciertos en Ibiza: The Ting Tings triunfan en Can Jordi
Una década y media después de su primer concierto, el grupo británico The Ting Tings ha regresado a un escenario en Ibiza, donde ha realizado la presentación mundial de su nuevo disco, ‘Home’. Una exclusiva que tuvo lugar en el bar Can Jordi Blues Station, ya que esta pareja de Manchester ha encontrado en la isla su nuevo lugar en el mundo.

Sergio G. Cañizares

Dicen que no nos podemos bañar dos veces en el mismo río y que nosotros tampoco somos nunca los mismos. Cuando The Ting Tings actuaron en el escenario del Ibiza Rocks en junio de 2009, el dúo formado por Jules de Martino y Katie White sonaban en la onda del electroclash que estuvo de moda en esa década, sonaban como Le Tigre o Chicks on Speed. En cambio, su último disco, ‘Home’, que se publicará en breve, suena a rock adulto, a Fletwood Mac. Es como si fueran dos bandas distintas pero es la misma banda, solo que dieciséis años después.
Los Ting Tings han cambiado, de la misma manera que también hemos cambiado todos los que asistimos a su primer concierto en Ibiza. Y el escenario también ha cambiado: si en el 2009 fue en un hotel con piscina en Sant Antoni lleno de turistas británicos, su última actuación, ayer jueves por la tarde, fue en Can Jordi Blues Station, un lugar que viene a ser el símbolo de un cierto espíritu indómito de la isla.
«Cuando estamos en Ibiza solemos pasar por Can Jordi. Un día le dijimos a su dueño, a Vicent, que nos haría ilusión tocar aquí. Y él nos dijo, ‘ah, pues vale’», explica divertido Jules de Martino, un rato antes de empezar el concierto. Ha pasado tiempo, Jules y Katie tienen una hija y viven en la isla, y tras una vida ajetreada de giras, tenían claro que esta nueva etapa tenía que empezar aquí: «En este lugar. Debía ser así».

Galería: The Ting Tings triunfan en Can Jordi / Toni Escobar

El público ya llenaba Can Jordi una hora antes del concierto. / Toni Escobar
Un público expectante
Can Jordi anunció el concierto a las 19 horas, pero los Ting Tings en sus redes sociales advirtieron de que empezaba una hora más tarde. Pero a las 17.30 horas ya había gente reservando mesa y una hora más tarde no cabía un alfiler. «Me esperaba más ingleses», comenta Kika Morini, que añade que conoce a Katie porque compra en la tienda de ropa de Santa Gertrudis donde ella trabaja: «Son encantadores y tiene estilazo, así que cuando supe que venían a tocar, me apunté».
«A mí me molaba mucho lo que hacían en el 2007. Lo tengo metido en el coco», explica Rafa Marruedo, otro de los asistentes al concierto: «En esa época era la música que se llevaba, era el rollito ese. Ahora exactamente no sé lo que hacen, pero he querido verles».
«Son muy buen grupo. Todos mis amigos venían, era el acontecimiento del día», confiesa Eva Roncero, que asegura que también tiene ganas de conocer a Katie. Por su parte, Norma Vidaurreta explica que le gusta la banda «desde siempre. No los pude ver en el 2009 así que ahora he decidido no perdérmelos».
Suena la música
Este viaje en el tiempo culmina cuando Jules y Katie, acompañados de su banda -nueve músicos en total, incluyéndolos a ellos-, aparecen en el escueto escenario de Can Jordi y se produce un emocionado reencuentro con sus seguidores. Suenan los primeros acordes del tema ‘Great DJ’, una canción de su álbum de debut ‘We started nothing’, del año 2007, que es como decir, «aquí estamos de nuevo, bienvenidos». Pero en esta ocasión, la canción suena como si fuera completamente nueva. Los antiguos sintetizadores y ritmos sincopados se sustituyen por una entrada acústica con la voz de Katie, a la que posteriormente se van añadiendo instrumentos hasta componer una canción con un largo instrumental, que recuerda al rock americano de la década de los setenta.

Jules de Martino en el escenario de Can Jordi. / Toni Escobar
Tras este guiño inicial al pasado, es el turno de las canciones nuevas, temas del disco que se presenta en breve, como ‘Good people do bad things’ o ‘Dreaming’ o canciones de discos recientes como ‘Estranged’.
Pero para el final dejan el gran éxito del grupo, el ‘That’s not my name’ que les encumbró a la fama y donde Katie reivindica su personalidad lejos de los estereotipos: «Me llaman infierno, me llaman Stacey, me llaman ‘esa’ pero ese no es mi nombre», dice la letra, que coreó todo el público de Can Jordi como si fuera un himno contemporáneo.

Katie White interpreta uno de los temas. / Toni Escobar
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