Este hombre vaticinó tres días de oscuridad y apagón tecnológico

Este parapsicólogo ya había acertado con sus predicciones sobre la muerte de la reina Isabel de Inglaterra y la compra de Twitter por parte de Elon Musk

El nuevo Nostradamus vaticinó tres días de oscuridad y apagón tecnológico

El nuevo Nostradamus vaticinó tres días de oscuridad y apagón tecnológico / Freepik

Las predicciones son volátiles y solo nos acordamos de ellas cuando alguna, de las miles que existen, se cumplen. El apagón masivo que ha sufrido hoy España y otros países europeos recuerda que alguien ya lo predijo, aunque se equivocó de año: la predijo para 2024, aunque solo ha errado unos meses.

Un hombre apodado el "Nostradamus viviente" ha afirmado que el mundo verá apagones tecnológicos este año debido al uso de la tecnología de pulso electromagnético.

A Athos Salomé, de 36 años, un parapsicólogo de Brasil, a menudo se lo conoce como psíquico debido a la precisión de sus ideas y predicciones, después de prever previamente la pandemia de coronavirus, la compra de Twitter por parte de Elon Musk e incluso la muerte de la reina Isabel.

Ahora ha advertido que los avances en la guerra, como la tecnología de pulso electromagnético (EMP), podrían tener efectos devastadores en el mundo. 

Salomé, que predijo "tres días de oscuridad" en 2024, cuenta que su pronóstico fue "malinterpretado" cuando se relacionó con una eyección de masa coronal (grandes expulsiones de plasma y campo magnético de la corona del Sol).

Explicó que este apagón no alude a un suceso, sino más bien a ensayos que involucran tecnología EMP y a la escalada de tensiones entre Israel e Irán que potencialmente allanarían el camino para un conflicto a gran escala similar a una Tercera Guerra Mundial.  

EMP, la nueva arma

EMP, una herramienta especializada diseñada para destruir sistemas de información, es un arma que puede inutilizar los dispositivos electrónicos, sin dañar a las personas ni a los edificios

Los pulsos electromagnéticos, que suelen desencadenarse por explosiones en grandes altitudes, interactúan con los campos magnéticos de la Tierra para crear pulsos que pueden alterar y dañar equipos e infraestructuras electrónicas.

Durante la Guerra Fría, tanto Estados Unidos como la Unión Soviética consideraban que el EMP era una herramienta para desactivar la infraestructura enemiga sin causar daño directo.

En 1962, Estados Unidos detonó una ojiva nuclear de 1,4 megatones, en un experimento conocido como Starfish Prime, a gran altura de la atmósfera, a 400 kilómetros (250 millas) sobre el Océano Pacífico. La explosión –la prueba nuclear a gran altitud más poderosa del mundo– creó un pulso electromagnético lo suficientemente fuerte como para interrumpir las comunicaciones de radio globales, lo que provocó la falla del primer satélite del Reino Unido, Ariel-1, e incluso hizo estallar las farolas de las calles de Hawai.

En el mundo actual, existen dispositivos capaces de replicar los efectos EMP, aumentando la amenaza en escenarios modernos dependientes de la tecnología. 

Existen dispositivos electromagnéticos localizados no nucleares que funcionan liberando una ráfaga de energía en el espectro de radiofrecuencia o microondas, que puede sobrecargar y dañar los componentes y sistemas electrónicos, pero solo son eficaces a pequeña escala y afectan a una ciudad pequeña. 

Athos Salomé

Athos Salomé / Instagram

Sin embargo, la importancia del EMP sigue siendo sustancial, ya que tiene el potencial de desestabilizar los sistemas de defensa y comunicación. 

Salomé compartió su perspectiva sobre el papel de la inteligencia artificial en conflictos, como el que enfrenta Israel e Irán, destacando su potencial para revolucionar estrategias y tácticas de guerra. 

El parapsicólogo prevé un momento en 2024 en el que ambos países podrán adoptar tecnologías de IA para fines defensivos y ofensivos.

"La IA emerge nuevamente como un factor que posiblemente sirva tanto como herramienta de mantenimiento de la paz como instigador de nuevas confrontaciones. Las naciones avanzadas, incluido Estados Unidos, han estado avanzando silenciosamente en el uso de tecnologías EMP con fines de seguridad. Estados Unidos ha estado explorando las capacidades de los pulsos electromagnéticos desde las pruebas de la Operación Prime en la década de 1960, con el objetivo de utilizar esta tecnología para neutralizar amenazas con un daño físico mínimo. De manera similar, Rusia y China están invirtiendo en tecnologías de pulsos electromagnéticos como herramientas para desestabilizar las infraestructuras de enemigos potenciales" asegura el Nostradamus viviente.

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