Exposición

Marià Castellò, en una muestra nacional de arquitectura

La casa Es Pou de Formentera forma parte de la exposición ‘Habitar España’, del museo La Casa de Arquitectura del Ministerio de Vivienda

Vista aérea de la casa ‘Es Pou’, situada en Formentera, del arquitecto Marià Castelló. | M. C.

Vista aérea de la casa ‘Es Pou’, situada en Formentera, del arquitecto Marià Castelló. | M. C.

Ibiza

La vivienda Es Pou, del arquitecto de Formentera Marià Castelló, ha sido seleccionada para la exposición ‘Habitar España’, que promueve el Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana y que se podrá visitar durante un año en La Casa de la Arquitectura, un museo estatal situado en la Arquería de Nuevos Ministerios de Madrid. «Nos ha hecho mucha ilusión formar parte de esta selección por lo relevante que es en el panorama nacional y por el hecho de que sea con una obra muy contenida, de apenas 70 metros cuadrados, y hecha con pocos recursos para una joven familia que vive en ella todo el año», expresa el arquitecto.

Maqueta de la vivienda que se expone en La Casa de Arquitectura de Madrid. | M. C.

Maqueta de la vivienda que se expone en La Casa de Arquitectura de Madrid. | M. C.

No es la primera alegría que le da esta casa, pues fue nominada al premio europeo Mies Van der Rohe en 2022, y en 2021 se volvió viral en redes sociales, cuando la publicación de la revista de arquitectura Amazing Architecture sobre este proyecto acumuló miles de likes. El propio arquitecto señala que una repercusión semejante fuera del ámbito académico «no es algo muy común».

Interior y vista al terreno. | M. C.

Interior y vista al terreno. / M. C.

La exposición está comisariada por la arquitecta mexicana Fernanda Canales y recorre medio siglo de arquitectura residencial en España, entre 1975 y 2025, mediante unas 80 maquetas y paneles que reflejan los cambios sociales, políticos y ambientales que se han producido a lo largo de estas cinco décadas, y que se ponen de manifiesto en las «formas de habitar». La muestra se inaugura el 24 de abril y reúne «algunos de los proyectos de vivienda más relevantes del país» en ese periodo, en total 80 viviendas colectivas y 20 casas unifamiliares, entre ellas la diseñada por Castelló.

La selección «incluye obras construidas y proyectos no realizados para ofrecer una mirada a los ideales de la arquitectura doméstica española, cuya influencia se extiende desde las formas de vida locales hasta el ámbito arquitectónico internacional», según explica el catálogo. Todas las comunidades autónomas, así como Ceuta y Melilla, están representadas en la exposición.

La casa Es Pou se encuentra en es Pou de Can Marianet Barber, en el interior de Formentera, en una parcela rural con una trama de muros de piedra seca centenarios y cultivos. La vivienda se halla en la zona oeste de la parcela, orientada al sur y protegida del sol de poniente por una masa de vegetación, lo que deja libre la zona más fértil para dar continuidad a la actividad agrícola existente.

Tres volúmenes diferenciados

La edificación se fragmenta en tres volúmenes que «ordenan el programa, a la vez que lo dotan de un grano más pequeño y acorde con la escala del paisaje», explica la memoria del proyecto del Estudio de Arquitectura y Paisaje, creado por Castelló en Formentera en 2002. En la exposición se muestra una maqueta de la casa, que tiene 71 metros cuadrados y cuyo primer cuerpo tiene un porche exterior (de 24 metros cuadrados); el segundo, las zonas más públicas, y el tercero, dos dormitorios. Entre estos cuerpos hay franjas transversales que separan los volúmenes, les dan ventilación e iluminación y les dotan de servicios y conexiones. Delante hay un aljibe que la hace autosuficiente en el abastecimiento de agua, y al mismo tiempo es un solárium para los meses más fríos.

«Desde el interior y a través del porche se descubren perspectivas profundas hacia el llano paisaje de campos de trigo y avena, donde predomina el suave y cálido color de la tierra y los verdes apagados de los almendros e higueras -describe la memoria-. La luz, el color y la materia del exterior se adentran en el interior de la vivienda de mano de la cerámica y la madera, dos materiales nobles que se combinan de manera sutil y atemporal». Precisamente el empleo de bovedillas de cerámicas de tipo mallorquín y baldosas de terracota prensada en el techo y pavimentos persigue trasladar a la casa la «calidez de la tierra».

«Las baldosas se utilizan para resolver diversos elementos más, tales como revestimientos de fachada, acabado de cubierta, el cabecero del dormitorio principal o grava de canto rodado, procesando in situ las mermas de los elementos cerámicos utilizados», prosigue la memoria. «El frescor asociado al color de la vegetación predomina en las zonas húmedas, donde algunos paramentos verticales se revisten con baldosa cerámica vitrificada de color verde diluido e idénticas dimensiones que el resto de piezas. La luz se tamiza hacia el interior a través de su paso por celosías cerámicas, generando a su vez un devenir constante de luces y sombras».

Luminarias y piezas especiales hechas artesanalmente con encofrados en el propio estudio del arquitecto buscan su «integración cromática y dimensional en el contexto de los revestimientos».

Gran parte del mobiliario se diseñó a medida y se integró en la arquitectura. Además, «iconos como la butaca Torres Clavé, de 1934, o las sillas tradicionales de Formentera rinden homenaje a la tradición artesanal mediterránea. Otras piezas más contemporáneas como la mesa y mesitas de la serie D12 diseñadas por Marià Castelló y Lorena Ruzafa para Diabla Outdoor, aportan un ligero contrapunto material y cromático al conjunto», continúa la memoria del proyecto.

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