Juventud

De la robótica a la mosca del vinagre para atraer a nuevos alumnos a la ciencia en Ibiza

La sede de la UIB en Eivissa y Formentera acoge la primera de las tres jornadas consecutivas del proyecto educativo ‘Ciència per a Tothom’,

Aarón Benet

Aarón Benet

Ibiza

La ciencia es una disciplina que está sujeta a más debate entre los jóvenes estudiantes. A unos les encanta pero otros la odian. No obstante, si su enseñanza está acompañada de talleres prácticos los alumnos suelen mostrar una mayor predisposición para atender y con ello, adquirir más conocimientos. Un ejemplo de esta situación se ha dado en la sede de la Universitat de les Illes Balears (UIB) de Eivissa y Formentera en el marco de la jornada educativa ‘Ciència per a Tothom’. En ella, decenas de alumnos de varios centros de la isla disfrutaron de una amena mañana con actividades de física, biología y tecnología robótica.

Para asistentes como Melina Ioana Matei, que cursa cuarto de la ESO en el IES Isidor Macabich, fue «una excursión muy divertida» y que ha logrado «superar las expectativas». A pesar de que le gusta más el estudio de dibujo artístico que la ciencia, reconoce su grata sorpresa tras participar en ‘Ciència per a Tothom’: «Normalmente las salidas que hacemos del instituto no son tan interesantes como la de hoy [ayer para el lector] en la UIB. Me gustaría que se hicieran más excursiones de este tipo y con mayor frecuencia». 

Ioana explica que durante la actividad de tecnología, que consiste en montar un robot Lego, ha aprendido «a programar». Por su parte, David José Rodríguez López, uno de los compañeros de clase de Ioana, indica que la jornada le ha servido «para aprender a utilizar el programa Scratch» y muestra su alegría tras vivir una experiencia positiva con el instituto, ya que él tenía en mente aguantar «una charla». 

Uno de los encargados de la actividad de robótica, Lluc Cresoí, con dos de los alumnos.

Uno de los encargados de la actividad de robótica, Lluc Cresoí, con dos de los alumnos. / Marcelo Sastre

Precisamente, el Scratch fue uno de los elementos estrella de la clase de robótica, que tuvo una duración aproximada de una hora y media por grupo. Esta estuvo dirigida por Lluc Crespí y Joan Ribot. Ambos son estudiantes en la sede la UIB en Palma en el doctorado en Ingeniería Electrónica y en el último año del grado de Física, respectivamente. Ribot explica que el Scratch incluye «un lenguaje muy cercano para los jóvenes principiantes en el mundo de la robótica». Crespí agrega: «Esto puede ayudar a despertar un mayor interés entre los chicos y chicas, especialmente cuando tienen estas edades». 

La clase sobre robótica comienza con un breve vídeo introductorio en el que se explican algunas de las pautas que deben seguir los participantes. A continuación, tanto Ribot como Crespí detallan con mayor profundidad cada uno de los elementos ubicados en las mesas de la pequeña aula universitaria. Y es que, la mayoría de los materiales no se encuentran en los colegios de las Pitiüses. 

La actividad, titulada ‘Endinsa’t en el món de la robòtica’ , concluye con un experimento. En ella, los presentes deben ser capaces de guiar el robot que han montado en un pequeño circuito. Para ello, es imprescindible dominar la programación, ya que tal y como expuso Crespí, «un robot es un aparato muy tonto si no se le facilitan las indicaciones para reaccionar de manera determinada ante un estímulo». 

Rostro de concentración de una joven a la vez que utiliza el microscopio.

Rostro de concentración de una joven a la vez que utiliza el microscopio. / Marcelo Sastre

Los pequeños científicos que lograron completar el circuito presumieron con gran orgullo de su logro. «Ojalá tuviera aquí mi teléfono móvil para grabar el robot que he montado y que está recorriendo esta pista», exclama Rodríguez a Ioana. Sin embargo, solo lo disfrutaron durante unos escasos instantes, ya que a los pocos minutos tuvieron que recoger y volver a clase. El problema de la falta de más tiempo perjudicó a varios de los participantes. Y es que, fueron varios los que ni llegaron a probar el circuito, situación que lamentaron. 

Francisca Molinos es la coordinadora este año en Eivissa y Formentera del proyecto ‘Ciència per a Tothom’. Para ella, el objetivo de esta iniciativa «es animar y promover los estudios de ciencia y tecnología entre los estudiantes de la zona». También afirma que la idea es que acudan «todos los centros de Secundaria de la isla, independientemente de si son públicos, privados o concertados». 

Molinos apunta que son actividades que «a causa de diversas circunstancias, como la falta de tiempo y espacio», no suelen poder llevarse a cabo en los centros. «Son actividades prácticas que buscan que los asistentes tengan contacto con la ciencia experimental. Es una generación que precisa mucho de estímulos visuales y creo que este método que estamos implementando es muy efectivo para lograr acercarlos al mundo de la ciencia. Además, lo hacemos de la mano de una serie de materiales muy sofisticados y novedosos», destaca la coordinadora. 

Inicio del taller de robótica.

Inicio del taller de robótica. / Marcelo Sastre

‘Ciència per a Tothom’ es una jornada que organiza la Oficina para el Programa de Orientación y Transición a la Universidad. Esta cuenta con la colaboración de la Conselleria de Educación y Universidades del Govern balear y Colonya Caixa Pollença, así como la Fundación Guillem Cifre de Colonya. 

En total participan en la jornada inaugural 120 alumnos, según la cifra facilitada por la UIB. Los institutos participantes fueron el IES Macabich, IES Algarb, IES Santa Maria y el IES Balàfia. Todos estudiantes de cuarto de la ESO, excepto en el caso del Balàfia, que eran de segundo. 

A lo largo de hoy y mañana está prevista la llegada del resto de los centros educativos inscritos. Así, se espera la presencia de cerca de 320 alumnos más procedentes de ocho institutos de las islas. Aunque la mayoría son estudiantes de secundaria, en principio también acudirán algunos de primero de Bachillerato de la rama de Ciencias y Tecnología. 

Ejercicio de física

En cuanto al ejercicio de física, titulado ‘El calor, una propiedad importante de la naturaleza’, el alumnado experimentó con el fenómeno de la convección. Este consiste en el desplazamiento de masas con un gradiente de temperatura diferente. Según apunta Molinos este ejercicio «ayuda a entender el color a través de la convección». 

En el apartado sobre física los jóvenes desplazados hasta la UIB se encargaron de medir como va subiendo la temperatura en función de donde uno pone el foco de calor. También, prepararon una termoclina haloclina para observar las capas de salinidad y temperatura. 

En este sentido, cabe recordar que la termoclina es una capa de separación que se origina entre dos masas de agua o temperaturas diferentes. Es un tema que está vinculado con las Balears, ya que Molinos indicó que «es un fenómeno muy habitual en el mar Mediteràneo». 

En el experimento biológico la Drosophila melanogaster, más conocida como la mosca del vinagre o de la fruta, fue la protagonista del ejercicio científico. Los asistentes disfrutaron de la mano de una de las especies más comunes en los experimentos de genética, de una actividad en la que pudieron observar la morfología de este animal en estado salvaje, así como algunos de los efectos que tienen en sus mutaciones. 

El origen de ‘Ciència per a Tothom’ está en la inquietud del profesorado de la UIB para fomentar les vocaciones científicas y tecnológicas entre el alumnado y ya cuenta con varias ediciones. 

Los institutos inscritos tienen la oportunidad de elegir en qué talleres participar. Y es que hay algunos centros que optan por experimentar con solo uno de los talleres. Además, por un motivo de proximidad hay casos de institutos que pueden permitirse acudir en distintos días. 

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