Tradiciones

Sabores clásicos y sin filigranas para los roscones de Reyes

En Formentera, tres obradores elaboran de manera artesanal este tradicional bollo decorado con fruta confitada que se puede rellenar con cremas de diferentes sabores

Las familias de Formentera siguen eligiendo el roscón de Reyes tradicional. | P.M.V.

Las familias de Formentera siguen eligiendo el roscón de Reyes tradicional. | P.M.V.

Pilar Martínez

Pilar Martínez

Formentera

En Formentera la tradición pesa y a las familias que permanecen en la isla durante las fiestas navideñas no les ha dado por innovar en cuanto al roscón de Reyes se refiere. Aunque en otros lugares ya se comercializa este dulce postre con rellenos de lo más heterogéneo, como la crema de pistacho, de castaña o de café con leche, en los tres obradores de la isla se sigue trabajando con los sabores clásicos: crema, nata, trufa y chocolate, sin olvidar a los que prefieren el roscón sin rellenar.

Elaboración artesanal

En la Panadería Manolo, de Sant Francesc, calculan que este año venderán cerca de 200 roscones, la mayoría encargados con anterioridad porque se trata de un producto artesano de calidad elaborado a última hora, nada que ver con las opciones congeladas de las grandes superficies y supermercados. «Teniendo en cuenta la poca gente que queda en la isla en estas fechas, es una cantidad importante», explica Pilar, una de las empleadas del establecimiento.

«Tenemos clientes que repiten año tras año», asegura. Y para agradecer esta fidelidad, en sus roscones esconden, no solo la figurilla de uno de los tres Reyes Magos y el haba seca, sino también unos canutillos de plástico donde los más afortunados pueden ganar un premio de 200 euros o uno de los tres premios de 100 euros que reparten este año.

Según las reservas recibidas a estas alturas de la semana, parece que la nata es el relleno preferido, «pero no hay mucha diferencia con los otros sabores que ofrecemos», afirma Pilar. En cuanto a los tamaños, en este obrador solo hacen uno, para unas «ocho raciones buenas».

Tanto esta panadería como el Forn Can Jeroni, el otro establecimiento de Sant Francesc con obrador propio, abrirán sus puertas el domingo pero solo para que la gente pueda recoger sus pedidos.

En Can Jeroni sí ofrecen dos tamaños de roscón, «uno pequeño para unas seis raciones y otro de doce», explica Alejandra tras el mostrador. En total, tienen encargadas cerca de 150 unidades de este popular postre que se suele tomar también como merienda. «Este año parece que hay menos gente en la isla, pero creo que haremos una cantidad similar a la del año pasado», calcula.

Aquí tampoco salen de los sabores tradicionales: crema pastelera, nata o trufa. «La gente no pide cosas raras, son muy tradicionales, si lo hicieran, valoraríamos hacer algo nuevo, pero por ahora, no es el caso», asegura esta empleada.

Respecto a los precios, un roscón de los grandes, para 12 raciones, con relleno, cuesta 29 euros y el pequeño, 24. Si no tienen relleno, son 24 el grande y 20 el de tamaño pequeño. En esta panadería, regalan una corona de rey a cada uno de los niños de la familia, además de la tradicional corona que acompaña cada roscón.

El tercer obrador de Formentera, el emblemático Forn Sant Ferran, no abrirá el domingo, pero aún así ha recibido cerca de un centenar de encargos que Sergio, el panadero, ya está preparando para sus clientes habituales.

Con una mezcla de harina, levadura, huevos, mantequilla, azúcar, agua de azahar, «un pelín» de ron y los ingredientes secretos que cada uno quiera añadir, elabora la masa que después deja fermentar durante unas tres horas (dependiendo del frío que haga tarda más o menos). Después, al horno entre doce minutos y un cuarto de hora y ya estaría listo.

Entonces solo faltará decorar el exterior del roscón con azúcar granulado y la fruta laminada escarchada, y colocar los rellenos elegidos, sin olvidar la figura de cerámica que te corona y te convierte en rey o reina por una noche o el haba seca que te obliga, en teoría, a pagar el roscón.

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