Entrevista
Sergio Baos, director teatral y dramaturgo: «Todo un mundo de gente muy rica se está beneficiando de las pseudociencias»
Ha adaptado a la actualidad la comedia de Molière ‘El malalt imaginari’, que se estrenará en el Teatre Principal de Palma el viernes 3 y también se representará el sábado 4 y los días 10 y 11 con Rodo Gener en el papel del hipocondriaco Argan.
Raquel Galán
En su adaptación hay gurús de las pseudociencias, negacionistas y hasta Gwyneth Paltrow. ¿Qué ha mantenido del texto de Molière?
Creo que si Molière se levantara de la tumba, me mataría. He sido muy respetuoso con su esencia, el humor disparatado, las ganas de ser travieso y la estructura, pero poca cosa más. Comprendí qué le pasaba a Molière en el siglo XVII e hice mío el texto trayéndolo a la actualidad.
¿Qué le atrajo de la obra?
En primer lugar, que es muy contemporanizable. Por esta razón los autores clásicos, como Molière, son universales, porque al final nos están hablando de temas que son extrapolables y continúan vigentes. También me atrajo su afán de ser ácido, cáustico, de tocar las narices, algo que en los últimos tiempos no había sido reflejado así. Las diversas adaptaciones lo habían convertido en un dramaturgo amable, cuando nunca lo fue. Siempre fue un autor difícil para sus contemporáneos y criticado por la Iglesia y su propia clase social. De hecho, varias obras suyas que son clásicos indiscutibles, como Tartufo y Don Juan, sufrieron la censura durante muchos años.
¿En qué seguimos igual cuatro siglos después?
En cierto modo, continuamos siendo ingenuos, pero sobre todo seguimos igual en la búsqueda de un sentido a lo que hacemos. Son tiempos de un profundo laicismo, aunque mucha gente necesita algo que sustituya a la religión, por lo que la espiritualidad, la magia o lo que sea les ha servido para hallar ese sentido, una especie de camino guiado que parece que les resuelve dicha necesidad.
¿Quiénes son los farsantes de la salud en la actualidad?
En su obra Molière critica a los médicos porque en el siglo XVII, una época de preciencia, eran más matasanos o casi carniceros que profesionales que solventaban los males de la salud, aunque ya había médicos que investigaban y hacían cosas interesantes. Yo soy un gran defensor de la ciencia y la autoridad intelectual, tal como reflejo en la adaptación, y básicamente para mí los farsantes de la salud son los que se aprovechan de los ingenuos y encima capitalizan esa medicina alternativa carísima que venden. Hay todo un mundo de gente muy rica que se está beneficiando de las pseudociencias construyendo un auténtico emporio con productos, consejos y demás ideas sin ninguna base científica.
¿Por qué triunfan esas terapias frente a la medicina convencional?
Supongo que han influido los errores y malas prácticas que han cometido la industria farmacéutica y la propia comunidad científica. Tienen comportamientos bastante discutibles en muchos aspectos, por no hablar de la reciente crisis del fentanilo en EEUU. No defenderé la industria farmacéutica, pero sí la ciencia. Quienes optan por terapias alternativas habrán sumado eso a la búsqueda de un sentido espiritual u otra manera de ver la vida y creen que así lo solucionarán.
El desprestigio cada vez mayor de la sanidad tampoco ayuda.
Sí, también está relacionado con el desmantelamiento del sistema sanitario público. Cuando acudes al médico de cabecera, apenas tiene tiempo para atenderte. En cambio, en las terapias alternativas, aunque cuesten una pasta y estén basadas en la nada o la intuición, en el mejor de los casos, tienen tiempo para ti. Tenemos la necesidad de que nos escuchen, de que se particularice nuestro caso y no nos traten como a un número, y eso es lo que muchos valoran. El sistema público es cada vez más precario, de ahí su mayor desprestigio. Recuerdo que cuando era niño, el médico de cabecera a veces venía a casa, era el médico de toda la familia y nos conocía.
¿Sirven de algo multas como la que el Govern balear ha impuesto por el acto de Miguel Bosé y Josep Pàmies en Mallorca en verano?
Espero que sí. Si los gobiernos no respaldan a la autoridad científica, apaga y vámonos. En cambio, los gobiernos de Trump y Milei, por ejemplo, están favoreciendo esta clase de pseudociencias.
¿Qué quiere realmente Argan con su enfermedad imaginaria?
Solamente es un hipocondriaco muy asustado que quiere curarse de algo que no tiene. No hay ninguna otra finalidad. Es un pobre hombre y su entorno se aprovecha de ello. A todos les interesa que crea que está enfermo para conseguir cosas de él. Es muy fácil manipular a alguien así y ocurre a menudo en la sociedad actual, porque es hipocondriaca. Mucha gente está preocupadísima por su propia salud y proliferan los negocios que se benefician de eso, no solo de medicina alternativa y no alternativa, sino también todo tipo de gimnasios y actividades.
¿La comedia es la mejor forma de hacer llegar el mensaje?
Creo que sí, que el humor hace que los temas entren en el público por una vía sencilla. Si funciona, es genial. Me encanta la comedia y, cuanto más disparatada, mejor.
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