Navidad
La reserva de acebos más grande de Europa está en Soria y existe un culto a su alrededor: "Exportamos a toda España de forma artesanal"
El Acebal de Garagüeta, en Arévalo de la Sierra (Soria), cuenta con 406 hectáreas de bosque y ejemplares centenarios que superan los 16 metros de altura: este año se podarán 11.500 kilogramos para decoración navideña
Pablo Tello
Como si fueran pepitas de oro. El valor del acebo en la provincia de Soria es incalculable, y más en estas fechas. Uno de los montes próximos a Arévalo de la Sierra, pueblo de apenas 70 habitantes, acoge la mayor reserva de Europa. Denominado Acebal de Garagüeta, es también la mejor conservada con ejemplares centenarios que superan los 16 metros de altura. “Es único. En estado natural lo encontraríamos en forma de arbusto bajo, formando parte del sotobosque. Disponer de un paraje en el que sea la especie dominante es muy singular”, explica Cristina Narros, jefa de El Acebarillo, empresa que gestiona la poda y distribución de esta planta y una de las guías del parque desde hace 20 años. En la región existen paisajes similares, aunque mezclados con otras especies o de menor extensión que Garagüeta, que abarca 406 hectáreas de bolas rojas. Este tipo de vegetación puede vivir hasta 800 años, por lo que cercenar de forma controlada es uno de los secretos de su conservación.
Esta temporada, más de 11.500 kilogramos serán cortados en cuatro montes de utilidad pública de la comarca: el número 110, de Arévalo de la Sierra, el 123 de Castilfrío de la Sierra y los montes 106 y 134 de Almarza. “Podrían cortarse más, pero no nos lo han solicitado por motivos de desinterés o abundancia. Nosotros tramitamos el expediente de aprovechamiento conforme a la petición de cada ayuntamiento”, señala José Antonio Lucas, jefe del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León en Soria. Esta especie, protegida por la propia comunidad autónoma, se encuentra incluida en el inventario forestal nacional de 2022 y desde entonces su número no ha descendido: “En el mapa selvático de nuestro país figuran 1.600 hectáreas de masa pura en la demarcación y otras 1.430 como acompañantes”. Así mismo, es uno de los bosques esclerófilos mediterráneos incluidos en el marco de protección europeo. En el pasado, su singularidad puso en peligro la preservación del propio paraje.
“Con la ley de Conservación de Patrimonio Natural de Castilla y León vimos que, si se ordenaba, no habría extinción posible. El acebo en sí es una especie invasora que, debajo de otras especies, se extiende sin problemas”, relata Lucas. La planificación de estas 2.000 hectáreas de utilidad pública se llevó a cabo en 1996, de acuerdo con el 'Paneuropean Forest Certification'. De esta forma se permite la poda controlada y venta de ramilla ornamental con etiqueta verde y sello sostenible a todas las ciudades de España: “Ahora el valor añadido y la creación de empleo se quedan en la provincia”. Cristina, por su parte, cree primordial mantener vigilada la tala. “No se puede coger de cualquier manera, ya que por la reserva pasan 55.000 personas al año. Si todos arrancasen unas ramas, nos quedaríamos sin nada”, defiende. Ella dirige la Casa del Parque, un centro de interpretación natural ubicado en Arévalo de la Sierra indispensable a la hora de dar a conocer este culto.
Una técnica artesanal
El Acebarillo, empresa familiar encargada del manejo y exportación de esta planta, surgió en 2022 como iniciativa de algunos vecinos de Torrearévalo, una aldea de unos 36 habitantes. “Empezamos con la ramilla ornamental, pero también hacemos actividades de educación ambiental y rutas guiadas por la comarca en temporada micológica o cuando hay lluvia de estrellas en verano”, relata Narros. Consciente de la unicidad de Garagüeta, cada desbroce se convierte en un ritual para ella. “Subimos todos los inviernos al acebal con agentes medioambientales y cada año se trabaja una zona. Empleamos una técnica artesanal, con tijeras y escaleras. Se van cortando ramillas y se depositan en fardos”, cuenta. Una vez en el taller, los trabajadores seleccionan la parte útil y lo envasan para su distribución nacional e internacional: “Nos quitamos a los intermediarios de en medio y conseguimos valor añadido”. Un proceso multitudinario para conseguir una artesanía decorativa típica, como adornos navideños, centros, guirnaldas, coronas y ramos con denominación de origen soriana que viajan a ferias, tiendas y mostradores de toda España.
El aspecto y popularidad actual del lugar está directamente relacionado con las labores y tradiciones llevadas a cabo por los habitantes de la zona. “La poda controlada es necesaria para conservar el monte, cuidado desde hace siglos por la gente de estas dos localidades. Sin todo ello no tendríamos un paraje con estas características”, manifiesta la jefa de El Acebarillo. Si hay alguien que vela por la continuidad de esta especie a la que conoce a la perfección desde hace décadas, es José Antonio Lucas. Él sabe que la floración no es igual todos los años y que únicamente los ejemplares hembra producen bolas rojas. “Es una especie vecera y de cada cuatro años, hay uno excepcional. El año pasado fue así y todas se vistieron de rojo. Este año también es bueno, pero no tanto”, explica. Los frutos que no se recogen se los terminan comiendo los animales.
200.000 euros de multa
Domésticos y también salvajes. Rebaños de vacas, manadas de yeguas, ciervos, corzos, jabalíes y un sinfín de roedores y aves se alimentan de estas diminutas bayas. “Son los jardineros del bosque”, dice Narros. Los rebaños domésticos pastan en el paisaje y se comen la parte baja de los árboles: “Al final es el ganado el que, a lo largo de los siglos, ha ido modelando el paisaje. Son los grandes responsables de que la belleza del acebal hoy en día”. Por otro lado, la fauna silvestre no solo encuentra sustento. También refugio. En invierno, cuando los recursos son escasos, decenas de especies se esconden entre el follaje de los cientos de ejemplares. “Los más abundantes son los torzales, que vienen en bandadas de miles, migrando desde el norte de Europa para comer”, añade. Fauna y flora se complementan y todos aquellos que estudian el terreno y trabajan en el mantenimiento de Garagüeta, entienden que sin una de las dos, el ser humano perdería un tesoro sin igual.
Al igual que ocurre con las setas, el musgo o los percebes, el acebo no se puede coger sin una autorización previa. Las multas pueden alcanzar hasta 200.000 euros, según la Ley del Patrimonio y la Biodiversidad de Castilla y León. “La cuantía depende de los condicionantes, de si ha sido interesadamente o si se ha buscado algún lucro. Se valoran los daños y perjuicios”, apunta Lucas. Además, los árboles han de cortarse de determinada forma para que, a la hora de rebrotar, crezcan con el mismo aspecto. En definitiva, el aprovechamiento de la ramilla ornamental ha permitido generar ingresos “por recurso directo” y distinguir a la planta como especie. Esta aporta un valor diferencial a la provincia y los municipios de Arévalo y Torrearévalo como epicentro de este fenómeno. El trabajo y la devoción de Cristina y su equipo se colará en miles de hogares repartidos por toda España esta Navidad. También en el extranjero. El rito comienza en Soria, pero parece no tener límites.
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