Curs eivissenc de cultura | El reencuentro de UC
Uc, un legado de autoestima colectiva
Los tres componentes del mítico grupo ibicenco se reencuentran en una conferencia en Sa Nostra Sala en el marco del 50 aniversario de su primer disco, recordando sus inicios y el éxito que tuvieron en todos los territorios de habla catalana
La cultura de Ibiza, en los años en los que comenzó a gestarse el nacimiento de Uc, a menudo se concebía como algo «para mostrar a los turistas, algo typical», explica Victorí Planells. En otras palabras, había una mirada folclorista y faltaba que lo popular tuviese más vida. Pero la recuperación de canciones tradicionales llevándolas a la modernidad de aquel entonces (de hace 50 años), junto con otros brotes de actividad cultural que se estaban dando, hizo que «la gente viviese algo especial, en tanto que podía, de alguna manera, reencontrarse con su propia identidad». Así lo valoró ayer Planells durante la conferencia que acogió Sa Nostra Sala, en el marco del 50 Curs Eivissenc de Cultura, de los tres componentes del grupo: Joan Murenu, Isidor Marí y Victorí Planells junto con Pere Planells, autor de dos portadas de disco icónicas.
Los cuatro reunidos de nuevo y ante una sala completamente abarrotada, con decenas de personas de pie y otras tantas fuera, a las que no se les deja ya entrar. Más de media hora antes ya no quedaban sillas libres. El espacio se vuelve muy pequeño para tal poder de convocatoria.
Algunos seguramente acuden al acto con cierto sentimiento de nostalgia y otros (los jóvenes), quizás con esa sed de raíces, de arraigo, que sus padres y abuelos, quienes les ponían los discos de UC en casa, sentían hace medio siglo. «Cuando íbamos por ahí recogiendo canciones, había gente que nos decía: ¿pero es que no os gustan otras más modernas?», explica Murenu al recordar aquellos inicios. «Pues bien, las hicimos modernas», apunta Marí.
Ambos venían de tocar juntos como dúo y Victorí Planells ya había colaborado con Isidor Marí, hasta que decidieron juntarse los tres y cantar en Arts i Oficis en septiembre de 1972. Aquella actuación fue el inicio de todo. «Tocamos algunas canciones nuestras, alguna traducción del folk americano y también interpretamos canciones como Bona nit, blanca roseta y La presó de Nàpols. No sé si metimos alguna más, pero estas dos, seguro», recuerda Planells, quien, al mismo tiempo, admite que la gente en aquel entonces se quedaba algo sorprendida al oír algo así. «Fue como volver a ser ibicenco, fue una sorpresa para nosotros y para la gente», coinciden los componentes de UC. Para Marí, aquello supuso «un descubrimiento», en tanto que era una demostración de que las canciones que habían quedado bastante arrinconadas entre la gente mayor y del campo podían ser algo moderno y fresco. Pero bebiendo de la cultura popular de las generaciones anteriores. «Era una afirmación de nuestra manera de ser».
Con aquella actuación, vieron que el proyecto tenía que tirar hacia adelante. Afirman que el grupo lo hizo la gente y aquel primer disco que les dio nombre: ‘Uc. Cançons d’Eivissa’. La moderadora de la conferencia, Amèlia Torres, vocal del Institut d’Estudis Eivissencs (IEE), comenta que en aquellos años las canciones tradicionales ibicencas a menudo se leían como algo «ridículo» y de lo que uno se «avergonzaba». Pero los movimientos que hubo en aquella época de sed de actividad llegaron para tratar de darle la vuelta a eso.
«Quedamos en que, de cara al verano de 1973, buscaríamos y prepararíamos más canciones para tener más material , y así lo hicimos, tirando de contactos», cuenta Murenu. También consiguieron letras poniéndose en contacto con quienes habían estudiado o transcrito canciones payesas, o a través de grabaciones. Las fórmulas para recopilar todo aquel material eran múltiples.
«Recuerdo que los miércoles o jueves, a las ocho de la mañana, un médico iba a un bar de Sant Vicent para pasar consulta a gente mayor. Había más de 20 personas esperando su turno mientras se tomaban su cafecito. Yo entonces subía y les explicaba que estaba recogiendo canciones. Así conseguí algunas, y también me podían confirmar si conocían una u otra canción», relata Murenu a modo de anécdota.
El primer disco lo publicaron en 1974 y Pere Planells es el autor de la imagen de la portada, tan conocida, de una casa payesa y una higuera entre el azul del cielo y el amarillo del campo. En Sa Nostra Sala está expuesta, sobre el escenario, la pintura original con motivo de este acto, en el que Planells aprovecha para anunciar que lo dona al IEE. «Este cuadro ya no me pertenece. Es tan de Ibiza que he pensado en que lo mejor es donarlo».
Asegura que, en cierto modo, lo que hacía él era algo muy similar a la labor de los tres componentes de Uc: dar visibilidad a algo identitario propio. En su caso, la arquitectura ibicenca. «Mi infancia fue muy feliz en el Pla de Vila. Allí hacíamos vida bajo una higuera. Allí se comía, se trabajaba... De todo. Menos en invierno. Fue curioso porque había una cosa en común: ellos quisieron reivindicar nuestra voz, de la gente del campo, y yo en cierta manera reivindicaba la arquitectura popular de Ibiza». Destaca, señalando al cuadro, que hay un añadido por debajo que tuvo que poner para hacer que la ilustración, que inicialmente era rectangular, fuese cuadrada, como el formato disco. Planells también es autor de la portada del disco ‘En aquesta illa tan pobra’, en la que un puño sostiene las dos letras del nombre del grupo. Originalmente el puño no las agarraba, pero se tuvo que hacer así por la censura. De hecho, a lo largo de la conversación van saliendo otras anécdotas relacionadas con la censura, con las que también se muestra lo ridículo de la misma; y recuerdan grandes conciertos en todos los territorios de habla catalana, llegando a actuar delante de 80.000 personas.
En este sentido, Joana Tur, de la ejecutiva del IEE, resalta que cuando iba a Catalunya se daba cuenta de que UC eran los artistas de las Illes Balears que más conocían los catalanes. «Creo que fueron capaces de desvelar algo que estaba escondido, dándole una música agradable, muy bonita de escuchar, con las palabras de toda la vida. Toda la gente se sintió identificada», destaca Francesca Cañellas, mujer de Victorí Planells. Ambos residen en Mallorca y han venido a Ibiza con tres amigos que han querido acompañarles en este acto. Una de estas personas, Teresa Jordana, destaca: «Lo que hicieron ha quedado muy arraigado en los ibicencos y supongo que esto es lo que ha hecho que haya perdurado en el tiempo y que, de vez en cuando, aunque se hayan separado un poco, siempre hayan ido celebrando conciertos y manteniendo, así, encendida la llama Yo soy catalana y allí se les conoce muchísimo. Hay un gran recuerdo de lo que fue UC». El acto finaliza con los cuatro artistas, la moderadora y todo el público cantando juntos Anàrem a Sant Miquel, muchos aplausos y todo el mundo en pie.
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