DANA en Valencia

La DANA impone el dinero en efectivo

El deterioro de los cables de comunicación ha dejado fuera de juego los datáfonos o servicios como el bizum

Muchos cajeros han sido arrasados y los vecinos de las localidades afectadas buscan cómo aprovisionarse

"Solo pago en efectivo" en un supermercado de Chiva

"Solo pago en efectivo" en un supermercado de Chiva / Fernando Bustamante

Claudio Moreno | Voro Contreras

Valencia

La tragedia de estos días en Valencia tiene muchos efectos colaterales, casi todos escondidos por la urgencia del rescate humano. Uno de ellos tiene que ver con la caída de las telecomunicaciones y la dificultad para realizar pagos con tarjeta allí donde aún quedan servicios y algo de tejido comercial. Sin cajeros, ni datáfonos, ni bizum; la Dana ha vuelto a imponer el dinero en efectivo. 

“Yo me quedé tirado en la A3 sin combustible cuando localicé una gasolinera abierta. No llevaba efectivo. Me tuvieron que prestar 15 euros para llegar a mi casa, porque no se podía pagar con tarjeta”, relata Santiago. “También tengo familiares en Requena que no pudieron pagar sus medicamentos porque no funcionaba el datáfono. Tuvieron que fiarles en la farmacia a la espera de que en algún momento puedan retirar dinero”. 

Misma historia en San Antonio, una de las pedanías de Requena, a pocos kilómetros de Utiel, donde muchos vecinos se quejan de que llevan días con problemas de mala cobertura de los teléfonos móviles, internet apenas va y en las tiendas no se puede pagar con tarjeta. Quienes todavía tienen la costumbre de guardar dinero en casa van tirando, pero si el servicio no se repone no saben cómo podrán hacer la compra. 

Un cajero de La Torre /

Un cajero de La Torre / / Andrea Puchades

El problema con los pagos y la sensación de incertidumbre se está registrando en muchos puntos de la provincia. Según explica Vicente Boria, investigador del Instituto de Telecomunicaciones y Aplicaciones Multimedia de la Universitat Politècnica de Valencia, la red de comunicaciones con fibra –empleada para la transmisión de datos– transcurre por las mismas vías que las carreteras y el ferrocarril, muchas de ellas anegadas. Es posible que estos cables de comunicaciones se hayan deteriorado. Además el temporal ha roto una cabecera de cable de fibra óptica, muy difícil de reemplazar. 

Paradójicamente, percibir la caída de la red de transmisión es una buena noticia. En Paiporta, Catarroja o la Torre nadie sabe cómo se puede pagar en los comercios porque estos han sido arrasados. Los vecinos se abastecen con los víveres que llevan los miles de valencianos autoorganizados para rescatar a los afectados del sur. Los accesos están colapsados de vehículos de emergencias. El dinero no tiene utilidad. 

La situación no es tan sumamente dramática en otras localidades como Alaquàs, dónde algunos comercios prestan servicio pero con la misma estrechez. “En muchos locales por aquí cerca no funcionan los datáfonos y los cajeros están destruídos”, cuenta Almeida, afincado en la localidad de l’Horta Sud. “Ayer bajé al bazar para comprar botas de agua y no pude pagar porque no llevaba efectivo”, cuenta el alacuasense, sin internet en casa. 

Corriendo al cajero

El problema se repite en cada municipio. En el acceso de un supermercado de Chiva, dos empleadas piden a los clientes que compren lo básico y el menor número de productos posible. No será hasta el lunes cuando previsiblemente un camión de la empresa regrese allí para reponer los suministros y no ha sido hasta este sábado cuando esta y un par de tiendas más han podido reabrir tras el paso de la DANA. Eso sí, hay electricidad, funcionan las neveras y las cajas pero no el pago mediante tarjeta, así que no queda más remedio que comprar “en efectivo”, tal como advierten varios carteles en el acceso. Juan, un vecino, da la vuelta y sale corriendo al cajero de una entidad bancaria situada junto al supermercado. “Me han dicho que ese sí que funciona”.

Cerca de allí está uno de los dos estancos de la localidad y el único que ha podido reabrir sus puertas. El agua se quedó a un par de palmos de las entradas, por lo que los daños han sido mínimos, pero no ha sido hasta este sábado cuando han logrado desatascar la persiana metálica del comercio y recuperar el suministro eléctrico. Funciona la caja registradora y la terminal para las tarjetas, pero no la máquina de la lotería. Ante su puerta, una larga fila de fumadores espera su turno para reponer existencias. “Yo estaba dejando de fumar, pero…”, reconoce apesadumbrada una clienta.

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