Del pene al cerebro: descubren el camino de los microplásticos por nuestro cuerpo

La contaminación plástica en nuestro cuerpo empieza a preocupar a la comunidad científica y médica

Los microplásticos son partículas de menos de 5 milímetros.

Los microplásticos son partículas de menos de 5 milímetros. / GETTY IMAGES

La lista de órganos del cuerpo humano contaminados con microplásticos va en aumento. Después de que los pulmones, el tracto digestivo, los riñones y el hígado, también de acaba de demostrar que quedarían contaminados el pene y el cerebro. Un nuevo estudio publicado en junio en el International Journal of Impotence Research destacó la presencia de estas partículas en este órgano genital. Nuestro cerebro también se ve afectado, según un estudio en fase previa a la publicación.

Un tercer estudio publicado en marzo de 2024 en el New England Journal of Medicine también lo encontró en las arterias, en las placas ateroscleróticas responsables de los trastornos cardiovasculares.

Hubo conmoción, y no poco horror, después de que los primeros estudios parecieron sugerir que los microplásticos, definidos como trozos o fibras más pequeños que 5 mm, así como los nanoplásticos, que son partículas aún más pequeñas, no solo se estaban acumulando en el ambiente, sino también en los órganos humanos.

A principios de este año, investigadores chinos informaron que habían encontrado microplásticos en testículos humanos y de perros. Más recientemente, otro equipo chino encontró microplásticos en las 40 muestras de semen humano que analizaron. Esto sigue a un estudio italiano que encontró microplásticos en seis de cada diez muestras de semen humano.

Los resultados sobre el pene o el cerebro, que permanecen aislados, "son objeto de debate en la comunidad científica que trabaja con el plástico" , afirma sin embargo Bettie Cormier, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología. Precisa que no se conoce ningún mecanismo que explique el paso de plásticos del tamaño de un micrómetro a través de la barrera hematoencefálica que protege el cerebro

La toxicidad mecánica, es decir, la presencia concreta de partículas de microplásticos en nuestro cuerpo, no es despreciable. Varios estudios en animales muestran que la acumulación de micropartículas participa en un fenómeno inflamatorio responsable de numerosas enfermedades crónicas, aunque todavía hay pocas pruebas para trasladar estos resultados al ser humano.

Así se meten en nosotros

Según Junli Xu de la UCD, profesor asistente de la Facultad de Biosistemas e Ingeniería de Alimentos, que investiga específicamente las implicaciones para la salud de los microplásticos y nanoplásticos, existen tres vías principales de transmisión.

“La ingestión es una de las formas más comunes en que estas partículas ingresan al cuerpo humano, dado que los microplásticos se encuentran en la sal, la cerveza, las frutas y verduras frescas, así como en el agua potable. Y el uso de algunos materiales de embalaje como biberones y bolsitas de té. Por lo tanto, al usarlos, se liberarán microplásticos que pueden ingresar directamente al cuerpo humano”, dice.“Otra vía es la inhalación directa. El aire interior y exterior está contaminado por microplásticos y una de las principales fuentes son los neumáticos de los automóviles. Además, el césped artificial también libera una gran cantidad de microplásticos en el aire”.

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