La próxima guerra mundial será por un bien natural y un tribunal español podría evitarlo

Una de cada cuatro personas se verá afectada por la escasez de agua en las próximas décadas

La próxima guerra mundial será por un bien natural y un tribunal español podría evitarlo

La próxima guerra mundial será por un bien natural y un tribunal español podría evitarlo / Pixabay

En todo el mundo se escuchan las alarmas sobre el agotamiento de las reservas de agua subterránea. Las Naciones Unidas pronostican un déficit mundial de agua para el año 2030. Alrededor del 30 por ciento del agua dulce disponible en el planeta se encuentra en los acuíferos que se encuentran debajo de todos los continentes. Esta situación, según muchos expertos, acabará en una guerra mundial por el agua, que es lo mismo que por la supervicencia.

Más de dos tercios del agua subterránea que se consume en el mundo se destinan al riego agrícola, mientras que el resto abastece de agua potable a las ciudades. Estos acuíferos han servido durante mucho tiempo como reserva para que las regiones y los países puedan soportar sequías e inviernos cálidos en los que no se derrite suficiente nieve para reponer los ríos y arroyos. En la actualidad, las mayores reservas de agua subterránea del mundo, en África, Eurasia y las Américas, están bajo presión. Muchas de ellas se están agotando a un ritmo insostenible. Casi dos mil millones de personas dependen de aguas subterráneas que se consideran amenazadas.

Hace unos años el Banco Mundial predecía que sin un suministro adecuado de agua, el crecimiento económico en las partes más afectadas del mundo podría disminuir en un 6% del PIB. Sus hallazgos concluyen que los impactos más graves del cambio climático agotarán los suministros de agua.

El 6 de junio de 2023, unas bombas rusas alcanzaron y destruyeron la presa de Kakhovka, en el sur de Ucrania, y eliminaron su generación de energía hidroeléctrica, drenando el enorme embalse detrás de la presa e inundando cuatro ciudades y varias docenas de aldeas río abajo.

Los ataques a las infraestructuras y los suministros de agua no son algo nuevo. Hay registros de conflictos relacionados con el agua que se remontan a hace 4.000 años, en Sumeria, donde las ciudades-estado vecinas de Umma y Lagash lucharon por el agua y las tierras de regadío. En ese caso, los ataques se sucedieron durante un siglo.

Debido a las sequías causadas por el cambio climático, la expansión de la agricultura industrial y la creciente urbanización, una de cada cuatro personas se verá afectada por la escasez de agua en las próximas décadas, y ciudades como Los Ángeles y El Cairo, Melbourne y São Paulo se enfrentarán a una escasez aguda

La guerra mundial por el agua será una realidad

Desde Los Ángeles hasta El Cairo, la crisis mundial del agua se está intensificando, pero el Tribunal de les Aigües de Valencia podría inspirar una solución. Se trata un tribunal consuetudinario, formado por un representante de cada una de las Comunidades de Regantes que forman parte —ocho en total, denominados Síndicos— y, de entre ellos, uno es elegido presidente por un tiempo que normalmente es de un bienio, renovable.

Origen desconocido del Tribunal de Aguas de Valencia

Su origen, según la Wikipedia, nos es totalmente desconocido, pese a que lo más probable es que sea una evolución, basada en tradiciones andalusíes anteriores. Algunos historiadores como José Vicente Gómez Bayarri sitúan sus orígenes en la época romana.

La teoría más extendida, pero sin ningún fundamento histórico, se la debemos a Francisco Javier Borrull, defendida en 1813 ante las Cortes de Cádiz para intentar salvarlo de su desaparición. Su hipótesis es que ya existía un antecedente en época romana, pero que su fundación tal y como funciona hoy en día se produjo durante los reinados de los califas Abd al-Rahman III y al-Hakam II, en concreto en el año 960 de nuestra era.

En realidad no existe ningún documento que hable expresamente del Tribunal hasta el siglo XVIII, lo que no quiere decir que no existiera antes.

Cada jueves de la semana (excepto los festivos que se anticipa al miércoles y aquellos que van desde Navidad a Reyes) se reúne en sesión pública a las 12 en punto del mediodía y posteriormente se celebra la sesión administrativa en la Casa Vestuario de la Plaza de la Virgen de Valencia para discutir diversos asuntos, principalmente la distribución del agua.

Roman Krznaric, investigador principal en el Centro de Eudaimonia y Florecimiento Humano de la Universidad de Oxford, publicaba recientemente un artículo en The Guardian en el que defiende el papel del Tribunal de las Aguas de Valencia en una segura y no muy lejana guerra mundial por el agua, ya que esta institución garantiza que las escasas aguas se compartan de manera justa y celebra audiencias públicas en las que los agricultores que hayan extraído más de lo que se les había asignado o que no hayan cuidado su canal pueden ser multados.

El tribunal de aguas de Valencia, escribe Krznaric, puede incluso ofrecer lecciones para los países más resecos de Oriente Medio. Hace más de una década, el destacado hidrólogo palestino Abdelrahman Al Tamimi sugirió que se debería “importar y adaptar el modelo del Tribunal de las Aguas… no sólo para resolver los conflictos entre agricultores, sino para reducir las tensiones entre israelíes, palestinos y jordanos”. Sin esos mecanismos, creía, había pocas posibilidades de desarrollar la confianza y el diálogo de base necesarios para gestionar eficazmente la escasez de agua. “Podemos luchar por el agua o cooperar para conseguirla; depende de nosotros”, dijo Tamimi. “El primer paso es confiar unos en otros”. El conflicto actual no ha hecho más que acentuar la necesidad de una colaboración a largo plazo en materia de agua.

"Nuestro planeta azul puede estar cubierto en un 71% por agua, pero el nombre es engañoso: de cada 10.000 gotas de agua de la Tierra, menos de una es agua dulce accesible que se encuentra en ríos y lagos. La historia viva del Tribunal de las Aguas puede ofrecer la esperanza que necesitamos para que la justicia hídrica mundial distribuya y preserve de manera justa un recurso tan preciado que es un tesoro común para todos", añade el experto.

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