Pobreza energética

“Pasamos dos días sin luz mi hijo de seis años y yo, diabético”

Un vecino de Chapela (Pontevedra) denuncia ser víctima de un fraude en el contador: “Me llegó una multa de unos 2.300 euros que no pagué”

Maks y su hijo, en su vivienda de Chapela.

Maks y su hijo, en su vivienda de Chapela. / MARTA G. BREA

Borja Melchor

Maks, vecino de Chapela (Pontevedra), no daba crédito a lo que le sucedió el miércoles de la semana pasada pasadas las 8 de la mañana, cuando se disponía a preparar el desayuno para su hijo de 6 años. Se enteró de que la compañía eléctrica que opera en su vivienda le había cortado la luz. Fueron unos dos días sin acceso a este servicio básico, según denuncia con un bloque de papeles entre las manos entre los que se distinguen facturas, movimientos bancarios y una hoja de reclamación. Su situación, como explica, es especialmente comprometida porque reside con un menor de edad y él es diabético: la insulina debe conservarse en la nevera para que mantenga su acción.

Con gestos de preocupación, lamenta que se tome esta decisión desde la empresa responsable sin antes valorar la situación del hogar en cuestión. Explica que la distribuidora optó por privarles del acceso a la electricidad a raíz del impago de un cargo con una cuantía desmesurada. “Más de 2.300 euros cuando lo normal es que no pase de 40 o 50 euros”, apunta mientras enseña la cifra en un folio en el que aparecen varias operaciones bancarias.

“Me comentaron desde la compañía que se correspondía con lo equivalente a lo que me ahorré por tener el contador manipulado. Según dijeron, habían detectado un fraude, pero yo no tengo la llave de acceso al cuadro y el piso es de alquiler, no es mío. El propietario se desentendió”, señala Maks.

Comenta que, para solucionar este contratiempo, acudió a los servicios sociales y le instaron a que elaborase una hoja de reclamación detallando la situación. Finalmente, logró solucionar el problema. “Al volver del parque, encendí la luz y nos enteramos así de que teníamos electricidad de nuevo; nadie nos avisó”, señala.

De todos modos, a través de una carta, se le informó de que la deuda sigue en pie... y es todavía mayor. “Nos dan hasta diciembre para pagarla”, apunta este ciudadano de Ucrania. “Para nosotros, es una situación rara vivir en España sin luz. Pasa lo mismo en algunas ciudades de mi país, que está en guerra”, expone.

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