Sanidad

El fantasma del ébola se reaviva casi una década después del contagio de Teresa Romero en España

En octubre de 2014, la auxiliar de enfermería Teresa Romero, contrajo la enfermedad en el Hospital Carlos III de Madrid al tocarse la cara con los guantes con los que había entrado en la habitación del misionero Manuel García Viejo, repatriado e España tras infectarse

Foto de archivo de una campaña contra el ébola en RDC.

Foto de archivo de una campaña contra el ébola en RDC.

Nieves Salinas

Una antropóloga de de 54 años ha sido ingresado en el Hospital Donostia por un posible caso de ébola. El Servicio Vasco de Salud (Osakidetza) ha confirmado que la mujer -procedente de la Republica Centro Africana- está en una unidad de alto aislamiento y, según informa a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica, el Ministerio de Sanidad, se le están haciendo pruebas y, ante la sospecha de un caso con síntomas compatibles con ébola, se ha activado el correspondiente protocolo. Sin embargo, el Hospital Donostia ha señalado que es "improbable" que la mujer esté infectada.

Con la información oficial de este mismo jueves del Departamento de Salud del Gobierno Vasco, el equipo de profesionales del Hospital de Donostia ha puesto en marcha el dispositivo y protocolo en menos de 24h con el fin de ofrecer "la mejor atención a la paciente" garantizando su aislamiento y seguridad, así como la del equipo profesional que le atiende. La mujer, indican las mismas fuentes, se mantiene estable y a la espera de los resultados que en los próximos días confirmen o no si tiene el virus.

El caso ha despertado una enorme expectación ya que, de confirmarse, sería el segundo después del de la auxiliar de enfermería Teresa Romero, que, hace casi una década, en 2014 se contagió del virus en Madrid. Fue la primera paciente infectada de ébola fuera de África, tras atender a un religioso de la orden de San Juan de Dios repatriado a nuestro país con otro compañero. Romero consiguió superar la enfermedad.

El miedo del ébola

Teresa Romero era una técnica sanitaria que atendió a los dos misioneros españoles fallecidos por el virus en el Hospital Carlos III de Madrid y que se habría infectado atendiendo al segundo de ellos, Manuel García Viejo. El ébola, surgido en África central a finales de los años setenta, resultaba letal: fiebre muy alta, fuertes dolores de cabeza, dolor muscular, deshidratación por diarrea y vómitos, y en muchos casos hemorragia, fallo multiorgánico y finalmente la muerte.

Con información de Médicos sin Fronteras, hasta 2014, los brotes solían ser limitados –tanto geográficamente, afectando sobre todo a áreas remotas del ecuador africano, como en el número de personas afectadas–, pero ese año varios países de África occidental sufrieron una epidemia sin precedentes que llegó a las principales ciudades, cruzó fronteras y se saldó con casi 30.000 infecciones y más de 11.000 muertes. Dos misioneros españoles, Manuel García Viejo y Miguel Pajares, resultaron infectados. El Gobierno español los repatrió a España para tratar de curarlos, pero aquellos tratamientos no funcionaron y los dos murieron al poco tiempo de llegar a nuestro país.

Crisis sanitaria

El primero, entonces de 69 años, fue repatriado por el Gobierno tras haberse infectado en Sierra Leona. Murió en el Hospital Carlos III de Madrid el 25 de septiembre de 2014. Era el segundo español que fallecía por ébola después de la muerte el 12 de agosto del hermano Miguel Pajares, quien pertenecía a la misma orden y que se habría infectado en Liberia.

Lo que nadie imaginaba es que, unos días después, saltara una noticia que provocó una de las mayores crisis sanitarias que recuerda España, cuando nadie ni sospechaba que, seis años después, una pandemia asolaría el mundo entero. A primeros de octubre de 2014, una de las auxiliares que había asistido a Pajares, se contagió del ébola. Se llamaba Teresa Romero. Contrajo la enfermedad al tocarse la cara con los guantes con los que había entrado en la habitación del misionero Manuel García Viejo. Fue el primer caso de contagio en suelo europeo.

La sanitaria de origen gallego (de Becerreá, Lugo) paso casi un mes gravísima, pero superó la enfermedad. Mítica fue la foto suya saliendo del centro sanitario un 6 de noviembre en silla de ruedas. Minutos antes, la auxiliar de enfermería señalaba, ante los medios de comunicación, que no sabía lo que había fallado.

Aislamiento y seguridad

En el País Vasco, la paciente a la que ahora mismo se le están haciendo pruebas para saber si se ha infectado o no del virus- el Hospital Donostia ha dicho que lo considera "improbable"- fue ingresada primero en el Hospital de Urduliz, pero luego fue trasladada a la Unidad de Alta Seguridad Biológica del centro donostiarra, destinada a pacientes con enfermedades infecciosas graves. El vasco es uno de los siete hospitales en España que cuenta con una unidad de estas características con recursos especiales de alta seguridad y aislamiento para el tratamiento de la enfermedad.

En Madrid, en 2015, y a raíz de la crisis del virus del ébola, el Hospital Gómez Ulla, que depende del Ministerio de Defensa, se dotaba de una unidad para atender enfermedades altamente infecciosas: la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel (UAAN). Una unidad que, en los últimos años, ha vivido numerosos altibajos y ha llegado a estar inactiva. El 31 de enero de 2020, al Gómez Ulla llegaron los primeros 21 pacientes evacuados desde Wuhan (China) tras el estallido de la pandemia de coronavirus.

Allí fueron repatriados con el fin de ponerlos en cuarentena preventiva. Desde entonces, con información de Defensa de finales del 2021, habían pasado por hospital más de 12.000 afectados por covid-19. Actualmente, según fuentes sanitarias consultadas por El Periódico de España, está en "punto cero". Es decir, permanecen abiertas las habitaciones normales para enfermedades infecciosas, no las de alto nivel, que estarían no activas pero sí preparadas ante cualquier eventualidad.

Los protocolos

Consultado por este diario, el Ministerio de Sanidad, sobre el caso de la antropóloga vasca, se remite a que se están aplicando los protocolos. En España, la Comisión de Salud Pública aprobaba, el 16 de Junio de 2015, el protocolo de actuación del virus del ébola que fue actualizado en diferentes ocasiones, la última en 2020. El objetivo era garantizar la detección y el diagnóstico precoz de un posible caso de enfermedad y adoptar las medidas de prevención y control adecuadas para proteger la salud de la población, así como la de los trabajadores expuestos.

El texto está adaptado a las recomendaciones de los organismos Internacionales y de la Unión Europea y tiene en cuenta la legislación sanitaria y laboral española. En la redacción de las diferentes versiones han participado la Ponencia de Alertas de Salud Pública y Respuesta Rápida y la Ponencia de Salud Laboral, así como diferentes Sociedades Científicas.

En España el riesgo de aparición de ébola, está fundamentalmente asociado a la importación de la enfermedad por viajeros internacionales, se recuerda en ese texto. Por ello, los Servicios de Sanidad Exterior cuya tarea consiste en la vigilancia y control de puntos de entrada, tienen una gran relación con la aplicación del protocolo, indica el documento.

Sin brotes activos

Ahora mismo, según el último boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS) no hay brotes activos de ébola, según información facilitada a este diario por Médicos sin Fronteras. El Gobierno de Uganda y la OMS declaraban el pasado enero el final de la epidemia de ébola que ha golpeado Uganda desde el pasado 20 de septiembre y que ha provocado 55 muertes y 142 casos. Uno de los últimos brotes conocidos.

Un mes después, Guinea Ecuatorial confirmaba su primer brote de la enfermedad del virus de Marburgo, similar a la del ébola, después de dar positivo las pruebas hechas tras la muerte de al menos nueve personas, informaba la OMS, que convocó una reunión de urgencia de sus expertos para analizar la situación.

En España, la Comunidad Valenciana activaba el 25 de febrero, el protocolo ante un caso sospechoso por este virus en un varón de 34 años que estuvo en Guinea Ecuatorial durante un periodo de tiempo que se podría corresponder con el de la incubación y desarrollo de dicha enfermedad. Las muestras biológicas del paciente se remitieron al laboratorio de referencia del Instituto de Salud Carlos III de Madrid para la posible confirmación del caso. Finalmente, el Ministerio de Sanidad informaba que el test genético para virus de Marburgo realizado por los científicos descartaba la presencia de este virus.