Día Mundial sin Tabaco en Ibiza: Cuando los niños educan al resto

Son casi las once de la mañana y medio centenar de alumnos de Primaria del colegio de la Consolación ya han recogido decenas y decenas de colillas del suelo sólo en una mitad del paseo de s’Alamera, en Vara de Rey. Este miércoles es el Día Mundial sin Tabaco y alrededor de un centenar de escolares de 4º y 5º curso de los centros de Sa Graduada y Nuestra Señora de la Consolación tienen que dibujar un círculo con tiza alrededor de las colillas tiradas en la calle, recogerlas y escribir mensajes de concienciación sobre la necesidad de no ensuciar las calles y sobre los peligros para la salud y para el medio ambiente que conlleva fumar.

En Vara de Rey van recopilando todos los cigarrillos en un mismo montón y al cabo de pocos minutos de comenzar la actividad, su tamaño ya es considerable. Impresiona el incivismo de tantos fumadores en tan poco espacio de este emblemático punto de la ciudad. Dicha acción se enmarca en la campaña ‘La tiza de la vergüenza’, organizada en Vila por el Ayuntamiento a través del Plan Municipal sobre Drogas de las concejalías de Educación y Medio Ambiente.

Amanda Hockey y Alma Roig tienen 10 años y son dos alumnas muy concienciadas de 4º de Primaria de la Consolación: «¡Hay un montón! Yo no sé cómo pueden hacer esto...», «Pensaba que habría que estar más rato buscando colillas», «Yo a la primera ya he visto una», «[Alguien] Llevaba 10 colillas en la mano», «Una quemaba», explican a este diario mientras cantidad de compañeros suyos van corriendo de un lado a otro recogiendo más y más restos de cigarros con tal de «cuidar el medio ambiente».

Los transeúntes, locales y turistas, observan con curiosidad la actividad y varios se interesan. Una mujer felicita a los escolares y se queja de la inconsciencia de ciertos fumadores. Una familia observa los dibujos en el suelo de las estudiantes Beatriz Kees y Alicia Doiz.

En palabras de Belén Torres, técnica del Ayuntamiento de Ibiza del Plan Municipal sobre Drogas, «la idea es que ‘La tiza de la vergüenza’ conste de dos sesiones: la primera es una unidad didáctica en la que se explican [en el aula] los riesgos del tabaco y cómo contamina el medio ambiente. Y después se hace la salida». En clase «se les explica cómo es la producción del tabaco, desde la planta hasta que llega al consumidor», añade. Y es que dicho proceso de producción resulta incompatible con la sostenibilidad.

En el material didáctico de la campaña se explica que la estimación es que dos de cada tres colillas terminan en calles, parques, ríos, bosques o playas, y que pueden tardar en descomponerse entre ocho y 12 años (no son biodegradables). También preocupa la toxicidad que almacenan y por ello es preocupante que lleguen al mar: una sola colilla contamina más de diez litros de agua.

En el caso de Vara de Rey, los pequeños amontonan todas las colillas en un mismo punto, muy cerca del reloj, para pintar alrededor con tizas de diferentes colores varios lemas de concienciación: ‘El carrer no és un cendrer’, ‘No al tabac’ o ‘Fumar mata’ son algunos ejemplos de las frases que los curiosos que pasean por la zona van leyendo y, a su vez, concienciándose.

Las alumnas mencionadas no dan crédito al comportamiento de algunos: «Sí que vemos a mucha gente que lo hace [tirar las colillas al suelo], o personas que van en el coche con la ventana abierta y las lanzan a la carretera»; «Como mi padre fuma, le digo que lo tire donde toca y me hace caso», cuentan. Y es que algunos tienen a sus padres a rajatabla: las papeleras están para algo.

También están en Vara de Rey Hugo Viguin, Toni Marí y Aarón Bacusoy. «Nos parece fatal que hagan esto, son unos guarros. Sí que vemos a mucha gente que lo tira al suelo. Lo pisan y luego se van», relatan. «A lo mejor el incendio de aquí cerca fue por culpa del tabaco», añaden acerca del fuego que se originó hace apenas unos días en el antiguo Cine Cartago. Mientras la acción reivindicativa transcurre, los tutores de 4º Álvaro Velasco y Maria Isabel Riera supervisan a los chicos. Velasco confirma que antes de esta salida se ha concienciado a los chicos sobre este mismo asunto. «Les dije que si ven a alguien tirando algo en la calle le digan que no está bien, que hay que recogerlo y que hay papeleras».

Todos los estudiantes tienen que llevar guantes por motivos de higiene y una camiseta especial para este Día Mundial sin Tabaco con una ilustración metafórica de una colilla sobre el planeta.

Clàudia Escandell, Alicia Torres y Cristina Rodríguez también son futuras buenas ciudadanas. «Hemos tenido que hacer un círculo con tiza en esa jardinera porque había un montón», asegura una de ellas. Una alumna recuerda que los cigarrillos electrónicos tampoco son sanos. Pronto se unen a la conversación con este diario Inés Gil, Beatriz Kees y Alicia Doiz. Una escolar explica que en el cortísimo camino entre la Consolación y Vara de Rey ya han visto hasta 17 colillas. Mireia Arcas, Clara Yepes y Daniela Lloreda comentan que han visto algunas incluso debajo de las piedras: «También hemos encontrado muchos cigarros entre las plantas y en [las tapas de] las alcantarillas».

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