SALUD MENTAL

Ben Furman, psiquiatra: "Es más fácil medicar a los niños que enseñarles habilidades"

Autor de una veintena de libros y fundador del Instituto de Terapia Breve en Helsinki, Finlandia, viaja por el mundo impartiendo talleres sobre terapias basadas en soluciones ante todo tipo de problemas

El psiquiatra Ben Furman en A Coruña.

El psiquiatra Ben Furman en A Coruña. / LUIS COBAS

Nieves Salinas

Encuentro con el doctor Ben Furman (Helsinki, Finlandia, 1953) en A Coruña, en el marco del recién celebrado XXII Congreso Nacional y III Internacional de la Sociedad Española de Psicología Clínica-ANPIR. El psiquiatra y psicoterapeuta -autor de una veintena de libros- es uno de los ponentes internacionales invitados al evento. Recorre el mundo entero hablando de su método de reconocido prestigio: 'Yo soy capaz', un tipo de tratamiento basado en la terapia centrada en soluciones. La idea, explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, dejar de hablar de problemas y reformular éstos como las habilidades que el niño tiene que aprender. Porque, todos, asegura, por infancias terribles que hayamos tenido, tenemos la capacidad de remontar y empezar de nuevo.

Furman recibe a este diario con divertida sonrisa. Llega de Portugal y su próximo viaje es a Suiza. Quienes le conocen dicen que es un tipo afable y con mucho sentido del humor. Se confirma en las distancias cortas. Sus mensajes están cargados de energía y mucha, mucha esperanza.

Nacido en Helsinki e hijo de finlandeses, dice que, por su físico, no parece de origen nórdico. "Parece que tengo sangre mediterránea", bromea en un más que correcto español que ha aprendido, cuenta, leyendo y estudiando cuanto tiene tiempo. Esa misma mañana, en el congreso, ha impartido un taller para un centenar de psicólogos clínicos en el que ha dado a conocer ese método de psicoterapia que pasea por el mundo entero.

Es el que, desde hace muchos años, emplea trabajando con niños en el Instituto de Terapia Breve de Helsinki. Se llama Kids`s Skills, que se traduce como 'habilidades de los niños' aunque el nombre ha sido adaptado al español con la fórmula 'Yo soy capaz'. Un cuaderno que se ha traducido a numerosos idiomas, presume el doctor y que, también cuenta con una app que se puede descargar en español. Y gratis, matiza.

Terapia familiar

Antes, su biografía. Ben Furman se graduó en Medicina en la Universidad de Helsinki en 1979. Después, trabajó durante dos años como médico de Atención Primaria en Laponia, en el norte de Finlandia. En 1982 comenzó su especialización en psiquiatría trabajando, entre otras cosas, en psiquiatría ambulatoria, psiquiatría infantil ambulatoria y diferentes salas hospitalarias. Fue acreditado como especialista en psiquiatría de adultos en 1986.

Durante su especialización estudió psicoterapia, terapia familiar y terapia breve. En 1985, Ben y su colega Tapani Ahola fundaron el Instituto de Terapia Breve en Helsinki, donde trabaja como supervisor docente en Terapia centrada en Soluciones. El psiquiatra tuvo su propio programa de televisión (200 episodios) y dirigió otro de radio. "Eso fue antes", rememora. En esos programas, recuerda, se recogían testimonios de todo tipo: acoso escolar, divorcios, de personas con cáncer. "Entonces yo era muy famoso", señala Furman. ¿Le gustaba?. "No había problema", ríe.

Ha venido a España a impartir un taller a psicólogos clínicos. ¿Cuál ha sido el mensaje?

Ya había estado antes en España, en Santiago. Esta mañana me he dirigido a ellos, porque muchos trabajan con niños y adolescentes. El mensaje es el mismo: compartir el método, que es cómo hablar con los niños y los padres, cuando esos niños tienen problemas, pequeños (rabietas, ejemplifica, por pequeñas cuestiones cotidianas) o grandes (cita agresiones, absentismo escolar, drogas, acoso escolar autolesiones).

"Antes era más fácil ser profesor que ahora, había menos niños con trastornos y ellos están quemados", asegura Furman

¿Son muchos los problemas que le trasladan los padres, los profesores, los clínicos...?

Todo el mundo se queja. Porque no hay suficientes recursos para tantos conflictos. ¿Las razones?. Muchas: demasiadas pantallas, demasiados padres que no saben qué hacer, demasiados expertos diciendo qué se debe hacer, información contradictoria; quizás el coronavirus o el post-coronavirus...Son muchos problemas diferentes.

Usted lleva muchos años trabajando con niños y adolescentes. En todo este tiempo, ¿ha notado una diferencia?, ¿hay más trastornos entre los menores?

Viajo a muchos países, y en todos sucede lo mismo. En cuanto al tiempo, quizás ahora vemos más problemas porque la gente se queja más. Los profesores, por ejemplo. Antes era más fácil ser profesor que ahora, había menos niños con trastornos y ellos están quemados. Realmente, lo que me interesa es ayudar a las personas a manejar esos conflictos. Creo que si tenemos más es porque no sabemos cómo resolverlos. Ayudo a padres y a profesores a saber cómo comunicarse, porque está claro que, insisto, no hay recursos suficientes.

¿Cuál es la base de ese método que pasea por todo el mundo?

La base del método es que no hablamos sobre problema. Sólo sobre habilidades. Si a los niños les enseñas habilidades, ellos participan. Todos pueden ayudar a ese niño, pero hay que decirle: 'Sí, cambiar es difícil, pero entre todo el entorno te ayudaremos'. No es muy complicado, es sencillo. Es otra manera de pensar. Otro enfoque. Sino, siempre hablamos de trastornos, de diagnósticos, de medicación. Los tratamos con un modelo médico. Esto va más de desarrollar el aprendizaje, las competencias o los comportamientos.

¿Es más fácil medicar a los niños?

Claro. Lo veo mucho y en todo el mundo. Es muy fácil prescribir medicamentos, pero mucho más difícil dejar de tomar esa medicación. Porque cuando la gente empieza a tomar pastillas y se ve un poco mejor, luego le dices que debe dejarlo, porque lleva veinte años con fármacos, y se asusta y dice: 'No. Me volveré loco otra vez'. Es difícil en adultos y en niños, también. Sucede por ejemplo con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDHA). Les propones a los padres o a los profesores que esos niños dejen las pastillas y te dicen que no. Para los propios médicos también es difícil pararlo. Yo hablo de la posibilidad de otra alternativa. De enseñarles habilidades.

"A pesar de tener una infancia terrible, puedes tener una buena vida. Todo el mundo tiene una oportunidad. Hay ejemplos increíbles", dice el psiquiatra

Usted también escribió un libro -"Nunca es tarde para una infancia feliz" (Octaedro, Barcelona 2013)- en el que sostiene cómo convertir el pasado en un aliado poderoso. ¿Todos podemos recuperarnos de infancias infelices?

Cuando yo estudiaba la carrera, todo el mundo era muy psicoanalítico. Si tenías una infancia difícil, automáticamente tenías que tener una madurez difícil. Como estaba en contra de esta idea, quería escribir un libro y pedí a la gente que me escribiera cartas y me contara su experiencia. Recibí hasta 500. Personas que habían tenido infancias terribles, que habían vivido guerras, que habían crecido en la violencia...Contaban cómo habían salido adelante. Creo en la resiliencia. A pesar de eso, puedes tener una buena vida. Todo el mundo tiene una oportunidad. Hay ejemplos increíbles.