Astronomía

Descubren una ‘Tierra’ revestida de volcanes a 90 años luz

El planeta se encuentra en la zona habitable de su estrella, por lo que podría haber desarrollado una atmósfera y contener agua

Recreación artística de LP 791-18 d, un mundo del tamaño de la Tierra situado a unos 90 años luz.

Recreación artística de LP 791-18 d, un mundo del tamaño de la Tierra situado a unos 90 años luz. / NASA

Verónica Pavés

Una 'Tierra' revestida con volcanes, que entra en erupción muchas más veces que cualquier objeto del Sistema Solar, ha sido descubierta a 90 años luz de nosotros. A LP 791-18 d se le conoce, como a muchos otros objetos cósmicos, a través de siglas y números, pero en esta ocasión, el excesivo vulcanismo con el que cuenta el planeta le dota de una posible característica que lo hace más especial si cabe: el posible desarrollo de una atmósfera

Este hallazgo, fruto de una investigación internacional cuyos resultados se publican en 'Nature' y en la que ha participado el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ha revelado que el planeta podría sufrir erupciones volcánicas con tanta frecuencia como Io, uno de los satélites de Júpiter y el objeto con más actividad geológica de nuestro sistema solar

El planeta d se encuentra en el borde interior de la zona habitable. En otras palabras, el intervalo de distancias a una estrella en el que se estima que –por su temperatura– podría existir agua líquida en la superficie de un planeta. A ello se une que, debido a su orientación con respecto a la estrella, en uno de sus lados siempre es de noche y otro siempre es de día. 

Como resume Björn Benneke, investigador de la UdeM que ha coliderado el estudio, "LP 791-18 d tiene un lado constantemente orientado hacia su estrella" y otro que no. Ese lado diurno "probablemente está demasiado caliente para que exista agua líquida en la superficie", insiste. Pero como el exoplaneta cuenta con una intensa actividad volcánica, que los investigadores sospechan que se produce en todo el planeta, "podría sostener una atmósfera, lo que haría posible la condensación de agua en el lado nocturno". 

Este planeta es un candidato para los próximos estudios atmosféricos del James Webb

"Este estudio es muy revelador", afirma Felipe Murgas, investigador del IAC y coautor del artículo. Yes que, una de las grandes preguntas de la astrobiología, el campo que estudia los orígenes de la vida en la Tierra y más allá, es "si la actividad tectónica o volcánica es necesaria para la vida". En este caso, "además de proporcionar potencialmente una atmósfera, estos procesos podrían agitar materiales que de otro modo se hundirían y quedarían atrapados en la corteza, incluidos los que creemos que son importantes para la vida, como el agua o el carbono", añade Enric Pallé, investigador del IAC que también ha participado en el estudio.

Pero, ¿de dónde procede ese intenso vulcanismo? La clave está en su posición en su sistema estelar. LP 791-18 d orbita alrededor de una pequeña estrella enana roja situada en la constelación Cráter. El exoplaneta es tan sólo ligeramente mayor y más masivo que la Tierra. Este exoplaneta forma parte de un sistema planetario del que ya se conocían otros dos mundos, LP 791-18 b y c. El planeta interior b es aproximadamente un 20% mayor que la Tierra y el planeta exterior c tiene unas 2,5 veces el tamaño de la Tierra y casi nueve veces su masa.

Durante cada órbita, los planetas d y c pasan muy cerca el uno del otro. Cada paso cercano del planeta c, más masivo, produce un tirón gravitatorio sobre el planeta d, haciendo que su órbita sea algo elíptica. "Estas deformaciones pueden crear suficiente fricción interna para calentar sustancialmente el interior del planeta y producir actividad volcánica en su superficie", explica Merrin Peterson, estudiante de postgrado de la Universidad de Montreal (UdeM) que ha liderado el estudio. De hecho, Júpiter y algunas de sus lunas afectan a Io de forma similar.

Los científicos descubrieron y estudiaron el planeta utilizando datos del satélite TESS (Transiting Exoplanet Survey Satellite) de la NASA y del telescopio espacial Spitzer- El planeta c ya ha sido aprobado para ser observado por el telescopio espacial James Webb (JWST), y el equipo espera que sea un candidato ideal para los estudios atmosféricos de la misión.

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