Manuel Cebrián fue uno de los desalojados de Los Calpes, una pedanía perteneciente al término municipal de La Puebla de Arenoso afectada por el incendio que está devorando a estas horas buena parte del territorio en el interior de Castellón. Como muchos de sus vecinos se trasladó a la casa de cultura de Montanejos a la espera de la evolución de los acontecimientos, que acabó siendo la peor posible, porque no tardaron en comunicarles que tanto a ellos, como al resto de vecinos de Montanejos, iban a evacuarlos de nuevo. 

El avance de las llamas no era favorable y la prevención aconsejaba alejar a la ciudadanía. Manuel, mientras planificada el traslado de su familia a una vivienda que tienen en Castellón, afirmó que "los montes están todos en estado lamentable, porque al no cultivar nada, cada vez hay más maleza". Destacó el buen trato recibido desde el primer momento a su llegada a Montanejos.

Montse, profesora de la UJI, se había desplazado desde la capital de la Plana hasta Montanejos para ver a sus padres, también evacuados de Los Calpes, justo cuando les informaron de que también debían salir de allí en dirección a Caudiel o Segorbe: "Decidí llevarme a mis padres a Castellón y preguntamos si alguien más quería venir con nosotros, pero prefirieron quedarse". La Guardia Civil, según explica, se ofreció a llevar al nuevo destino a quienes no pudieran desplazarse en coches particulares.

La preocupación sobrevuela tanto sobre los vecinos, que asisten expectantes al gran dispositivo de extinción desplegado, como para quienes forman parte de él. Y el miedo no es otro que el fuego sobrepase el riu Millars, porque entonces "puede ser apocalíptico", aseguró a Mediterráneo, del grupo Prensa Ibérica, uno de los profesionales movilizado.