Maria del Mar Bonet ensalza el Mediterráneo en su ‘honoris causa’

La cantautora mallorquina y Joan Manuel Serrat son investidos por la Universitat de Barcelona con la máxima distinción por «haber contribuido a renovar la música popular catalana en el marco de la lucha por la lengua y contra el franquismo»

Los cantautores Maria del Mar Bonet y Joan Manuel Serrat, ayer tras ser investidos doctores ‘honoris causa’. | EFE

Los cantautores Maria del Mar Bonet y Joan Manuel Serrat, ayer tras ser investidos doctores ‘honoris causa’. | EFE / raquel galán. palma

Raquel Galán

«En el Mediterráneo he hallado la manera de compartir y dialogar en un lenguaje musical que me ha permitido encontrar todo aquello que nos une y que forma parte de nuestra historia». Maria del Mar Bonet ensalzó de este modo las «influencias» que ha tenido a lo largo de su trayectoria artística, que ayer alcanzó un gran hito con la concesión del título de doctora honoris causa por la Universitat de Barcelona junto al cantautor Joan Manuel Serrat. Durante su discurso de investidura, Bonet destacó que «es el tiempo y los aprendizajes los que marcan los caminos» y, desde sus inicios en la música tradicional de Mallorca, se ha ido nutriendo de lo que ha absorbido en «Cataluña, el País Valencià, el flamenco, y después el norte de África y también Italia, Grecia, Turquía, Siria, Egipto... El Mediterráneo, que siempre he considerado mi país». Puso como ejemplo su disco Amic amat, con textos de Ramon Llull y grabado con músicos del Conservatorio de Damasco, pero lamentó que «parece que ahora las guerras y convulsiones de esta parte del mundo hacen difíciles este tipo de encuentros».

Los homenajeados reciben el aplauso de los asistentes. | CAIB

Los homenajeados reciben el aplauso de los asistentes. | CAIB / raquel galán. palma

La cantautora reservó el final de su parlamento para agradecer el «honor añadido» de compartir este reconocimiento con Serrat. «Teniendo en un momento así a Joan Manuel no podría ser una ocasión mejor. Casi empezamos juntos [en la agrupación musical Els Setze Jutges] y recuerdo cómo me impresionó cuando escuché por primera vez sus canciones. Toda la vida ha sido un referente, por su trayectoria, su creatividad, artísticamente tan alta. Él siempre ha tenido el sol entre sus manos», concluyó haciendo referencia a un poema que leyó justo antes del Premio Nobel de Literatura en 1979 Odysséas Elýtis.

La Universitat les otorga este reconocimiento por «haber contribuido de forma decisiva, con Els Setze Jutges, a la renovación de la música popular catalana en el marco de la lucha por la recuperación de la lengua y la cultura y contra el exterminio cultural del franquismo», como leyó la secretaria general de la UB, Marina Solé. Otras razones son haber rescatado composiciones «tradicionales y de los grandes poetas de ayer y hoy», «la excelencia en el arte de la composición e interpretación musical y poética, y su compromiso con las causas de la libertad, la solidaridad, los derechos humanos y la democracia», añadió.

La recién investida remarcó el «papel definitivo» del grupo en el «retorno de nuestra lengua a la música popular» a través de crear canciones nuevas y procedentes de poemas ante una dictadura que estaba totalmente en contra de todo ello. «Cantar en catalán nunca ha sido una obligación para mí. Lo he hecho y lo hago siempre desde el alma, de forma natural. Como decía el querido Joan Vinyoli, escribir como si el catalán no fuese una lengua de ámbito restringido y cantar con ella, como si fuese en inglés, sin complejos de inferioridad».

Tras el parlamento, llegó el turno de su amigo, Joan Manuel Serrat, «especialmente feliz» por compartir el homenaje con ella. No quiso «dar lecciones, y menos magistrales», pero sí habló de lo que bien sabe, el oficio de escribir y cantar, que ha ejercido durante toda su vida para expresarse y comunicarse con los demás. «Canto por el gusto de cantar y escribo para compartir con los demás lo que pienso», dijo sobre este arte que «conjura los demonios» y permite «compartir los sueños», «nos acompaña en la vida» y con él «despedimos a los muertos» y «dormimos a nuestros hijos», enumeró.

Luchar la libertad

Antes de iniciarse el solemne acto ayer al mediodía, ambos se reunieron con los medios, donde hablaron de la libertad y de luchar por ella frente a los que «la quieren para ellos pero no la dan a los demás» y los que creen que la libertad es que los otros piensen como ellos piensan. «La libertad no es algo que nos viene dado, sino que tenemos que luchar por ella cada día, porque algunos entienden la libertad como algo que es solo para ellos y esta gente acostumbra a raspar de los espacios de libertad hacia sus intereses y cada vez se va dejando más a la gente desnuda de libertades; y cuanta menos, más indefensión», en palabras de Serrat. Por su parte, Maria del Mar Bonet advirtió de la aparición de «olas fascistas que han vuelto al mundo del poder y a lugares visibles y que intentan prohibir todo lo que no les gusta o lo que no les gustaba ya en época franquista». Añadió que «parece que ahora hay más libertad, aunque existen oleadas de votos que arrollan y volvemos a tener la necesidad de salir a la calle».

El momento más emotivo de la singular jornada llegó con Cançó de l’amor petit, que interpretaron juntos, como hicieron el verano pasado en Mallorca durante el concierto de Serrat en su gira de despedida. «Disfruté al cantarla», dijo ayer Bonet, y de inmediato el mítico cantautor catalán la cogió de la mano e hicieron un amago de baile antes de cantarla otra vez ante el entusiasmado público.

Entre los asistentes estaban la presidenta del Govern balear, Francina Armengol; y la consellera de Cultura de la Generalitat, Natàlia Garriga.

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