Escritor y víctima de abuso sexual

Alejandro Palomas: “Todo lo que es abuso del poder es tabú, quien lo ostenta no quiere que se hable de ello”

“El trauma infantil por acoso, maltrato o abuso sexual no desaparece cuando uno crece”

Alejandro Palomas.

Alejandro Palomas.

Ana Carro

Esto no se dice parte del abuso sufrido por Alejandro Palomas cuando tenía ocho años, pero el libro va más allá de eso, habla de las relaciones, del suicidio, de los recuerdos y de la imaginación. El escritor y traductor catalán lo presentó este jueves en la UNED y conversó con Javier Pintor y Xavier Seoane.

¿Qué es todo eso que no se dice pero que usted sí ha escrito?

Esto no se dice parte de un hecho muy concreto que es el año de abusos sexuales infantiles que yo sufrí a los 8 años. En realidad, eso es solo el punto de partida, el libro es solo un repaso y un mapa creado a partir de eso y sobre los hitos que se crean a partir de ahí en mi vida. Consecuencias, trabajo, cómo la literatura me salva, la importancia de la terapia, la importancia de mi madre y la relación con ella, la relación con mi padre, el mapa de los afectos familiares… Es un testimonio. Y es también como un pequeño planeta en el que se explicitan todos los manuales para que quien esté pasando por esto o haya pasado por esto o tenga un hijo o hija que lo haya sufrido sepa qué pasa después. Cómo reconducir esa vida. Creo que es muy importante revincular.

Tiene vocación de ayudar. ¿Esperaba esta repercusión?

Sí, de hecho la buscaba. Soy un privilegiado porque puedo ceder un relato propio y eso no le ocurre a la mayoría de la gente que ha sufrido esto. Si yo tengo este relato, tengo que ponerlo al servicio de aquellas personas que no lo tienen. Porque la primera puerta que hay que abrir aquí es ser capaz de decírselo a uno mismo. Es muy complicado para muchas personas reconocer ante uno mismo que ha pasado por esto. Si hay un relato externo que te ayuda y te puede guiar de alguna manera, hay que darlo.

¿El después es la etapa más dura?

Pues es la etapa más dura porque es la más larga. Cuando eres niño y lo vives, no eres consciente de la brutalidad que estás viviendo. Simplemente eres consciente de tu propia angustia y del maltrato. Eres una víctima que está intentando sobrevivir. Una vez termina, llega el después. Es inmenso, como un largo trayecto en el que pueden pasar muchas cosas y en el que tienes oportunidad de ir remodelando tu vida para llegar al pueto más benigno, pero es muy difícil. Porque no se entiende que los traumas infantiles provocados por el abuso, ya sea acoso, abuso sexual o maltrato infantil, son atemporales. No pasa que uno crece y desaparecen. Cada vez que algo pasa en tu vida, vuelves a ser ese niño de 8 años que vuelve a ver la vida desde la angustia.

¿Ha dejado de disfrutar o vivir el presente de la manera que debería?

Siempre. Yo no he vivido el presente de la forma que tendría que haber vivido si no hubiera sufrido lo que sufrí cuando tenía 8 años. No sé qué Alejandro habría existido, pero desde luego no habría sido este. Hemos oído mucho eso de vive el presente o carpe diem y yo me río, porque es una ecuación vacía para muchísimos millones de personas. El presente es la suma de todos nuestros pasados, no es un presente que aparece todos los días y desaparece cuando te vas a dormir y se renueva como un tanque de gasolina.

De ese presente también forman parte las relaciones. Habla en el libro de la suya con su madre y su padre. ¿Es algo que nos marca?

Nos marca muchísimo. Yo tuve la suerte de tener una madre como la que tuve. Fue realmente quien me salvó. Cuando estaba escribiendo el libro, me di cuenta de que le estaba escribiendo una carta a ella. Ella murió hace un año y medio y cuando lo estaba escribiendo era como si la tuviese a mi lado. A la hora de escribirlo, ha sido el tránsito más hermoso de todos mis libros. Ha sido una experiencia preciosa.

¿En algún momento tuvo que parar de escribir?

No. Nunca. Ha sido el libro más fácil. Cuando escribes ficción, tienes que utilizar muchos otros elementos, pero cuando escribes un testimonio, el barro de la verdad es muy fácil de moldear porque la verdad solo es una.

¿Lo ha escrito todo o ha quedado algo fuera?

Uno cree que lo ha escrito todo, pero cuando lo relees, te das cuenta de que desde que lo escribes hasta que lo lees has descubierto más cosas sobre ti. Esto es un porcentaje muy pequeño.

Dice en el libro que no hay nada más difícil que saber preguntar. ¿En este tiempo ha aprendido a hacerlo?

Yo soy muy buen preguntador, pero lo he sido desde muy pequeñito. Yo preguntaba desde la angustia de no saber. Hay una gran diferencia entre preguntar por preguntar y preguntar queriendo. Cuando se habla con personas que han pasado por este tipo de traumas no resueltos, se agradece muchísimo cuando te preguntan para saber.

¿Hay muchos tabúes?

Muchísimos. Estamos rodeados de tabúes. No solo el tabú del abuso infantil, también el del maltrato en general. Todo lo que es el abuso de poder es tabú porque quien ostenta el poder no quiere que se hable de eso.

¿También el suicidio?

Ese es otro tabú que me preocupa por dos motivos. Uno porque todas las veces que he intentando en prensa hablar de suicidio, se me ha aconsejado que no lo hiciera. El otro es el aumento del porcentaje de suicidios en adolescentes. Si no hablamos de eso, vamos a seguir teniendo un grave problema y mucho sufrimiento para muchas familias.

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