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Borrasca Efraín

En la ‘zona cero’ del temporal en Extremadura: "Solo pienso que mis padres salieron vivos"

Hay un centenar de casas dañadas por la crecida en La Roca de la Sierra, que trata de recuperarse. El nivel 1 de emergencia por inundaciones sigue activo y 1.500 alumnos no pudieron ir ayer a clase

Destrozos de la borrasca Efraín en Extremadura

Destrozos de la borrasca Efraín en Extremadura Lorenzo Cordero

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Destrozos de la borrasca Efraín en Extremadura Rocío Cantero

"Me subí a una silla para poder saltar y salir de casa. Si no lo hubiera hecho, el agua me arrastra", dice Luisa Pérez en lo que era el zaguán de su vivienda, que ahora es un habitáculo que da acceso a cuatro estancias arrasadas y cubiertas de un lodo espeso y pringoso. Está en el epicentro de la ‘zona cero’ de los destrozos que la borrasca Efraín ha dejado a su paso por Extremadura, junto a la rivera de Troya que se convirtió este martes en un torrente que arrasó un centenar de casas en La Roca de la Sierra, un pueblo de 1.500 habitantes. No hubo heridos, pero el panorama desolador que ha salido a la luz al bajar el nivel del agua sí abre muchas heridas en un pueblo que se ha unido para volver cuanto antes a la normalidad.

Un grupo de voluntarios de La Roca y otros pueblos cercanos se afanaban este miércoles junto a trabajadores municipales y los afectados por la inaudita crecida en retirar enseres arrasados por el agua y sacar de las casas el barro. Luisa Pérez tiene media vida amontonada en un lodazal en la puerta de su casa, en el número 5 de la calle Montijo; la otra media se la acaba de llevar un camión del ayuntamiento que va retirando los restos del desastre. Deambula por la casa y señala levantando el brazo el nivel que alcanzó el agua dentro de su vivienda; resalta en la pared blanca una marca marrón a metro y medio de altura, más o menos lo que mide ella. "Tengo miedo. Es que ha sido horrible porque pensaba que no podría salir», dice recordando una y otra vez la mañana del martes. Este miércoles la familia iba a pasar su segunda noche fuera de casa: "mi hijo en casa de un amigo, mi marido en casa de su hermana y yo en casa de la mía», explica.   

El cielo está plomizo en La Roca de la Sierra, pero apenas llueve ya. Por las calles corre ahora la consternación y casi en cada casa hay un drama propio o próximo. Nadie recuerda algo así; ni los más mayores del pueblo. "Ha habido alguna crecida, pero nunca algo como ayer", insiste Sara Román a sus 82 años. 

"Yo no sé si voy a poder volver a mi casa; tengo miedo. El agua se lo ha llevado todo"

Emilia González - Vecina de la roca de la sierra

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En la rivera ya ha bajado el nivel del agua, pero en los márgenes se ven los restos de árboles e incluso contenedores arrastrados un día antes; y los tres puentes que cosen al pueblo sobre el cauce tienen daños importantes: el que se conoce como ‘el puente de la barandilla’ la perdió en la crecida y está cortado; el metálico ha quedado doblado por la fuerza el agua; y el romano, que es peatonal, tiene también daños en uno de sus extremos. 

Los desperfectos son importantes en todo el pueblo (la nueva biblioteca está arrasada y también se han visto afectadas las antiguas escuelas o la casa del pueblo) y ya se han empezado a evaluar con la ayuda de técnicos de la Diputación de Badajoz y la Junta de Extremadura, que también colaboran en la reparación de los desperfectos. "De las cien casas afectadas hay 80 en estado muy grave y tenemos que ser ágiles para atender a las familias", apunta Alfonso González, teniente de alcalde de La Roca de la Sierra. Ya han habilitado casas rurales y otro alojamiento turístico como lugares temporales, pero este miércoles lo urgente era incluso más básico: "No tenemos ni cepillos para quitar el barro y la ferretería que los vendía ha quedado arrasada. Esta tarde iré a Montijo y me traeré cien cepillos, cubos... para poder limpiar". Han recibido también una donación de ropa de Cáritas y el consistorio ha hecho un llamamiento "para que quienes puedan, donen lo que sea", indica González. Además de su cargo municipal es el farmacéutico del pueblo y su cabeza está también en parte en la botica, en la que el agua (solo) llegó a subir un palmo. 

Una mujer trata de recuperar algo de ropa en una casa afectadas por la inundación en La Roca de la Sierra. LORENZO CORDERO

"Nos afanamos en limpiar para poder abrir cuanto antes porque muchos vecinos habían perdido también las medicinas que necesitan. Somos un servicio esencial", dice tras el mostrador, Alberto González, técnico de farmacia e hijo del teniente de alcalde. La mayoría de los clientes que había tenido ayer por la mañana iban a por medicamentos que habían desaparecido con la inundación.

Pérdidas en las casas y en los negocios por la crecida

Junto a la avenida de Montijo, la calle Constitución es la otra más devastada por la crecida de la rivera. Ninguna casa o establecimiento se ha salvado. "Calculo que, como mínimo, habré perdido unos 40.000 euros", dice Ildefonso Casado en el centro de lo que era una tienda de muebles. Está al final de la calle y allí el agua no llegó al medio metro, pero aun así solo se han salvado los objetos de decoración. "Salones, dormitorios, electrodomésticos; todo lo de valor está inservible", dice con la voz rota; porque ahora habrá que ver qué valoran los seguros y si podrá hacer frente a la reapertura de su negocio.

En el extremo opuesto de la calle, el punto más próximo al puente romano en el que la crecida de la rivera saltó hacia la calle Constitución, está la casa de Juani Jaén. "Mi casa o lo que queda de ella", matiza al inicio de la conversación. Llora y se disculpa, porque la crecida le pilló a 40 kilómetros de su casa, en su trabajo en Badajoz, y tardó casi siete horas en poder llegar con los cortes de carreteras: "Lo intenté por Alburquerque, por Villar del Rey, por Montijo; la Guardia Civil me dijo que fuera por Aljucén y la carretera de La Nava; pero tampoco. Cuando llegué, aparqué donde pude porque solo quería ver a mi hijo", recuerda. Sabía que el muchacho estaba bien, pero necesitaba ese abrazo por encima de todo. Este miércoles sí evaluaba daños: "Es horrible, solo se ha salvado un colchón".

Inundaciones por el temporal en La Roca de la Sierra. LORENZO CORDERO

En otra casa próxima Sheila Pérez se afana en buscar algo de ropa que pueda aún servir para sus padres. "Solo pienso en que lograron salir vivos", rememora. Dice que fue "por los pelos", porque varios familiares intentaron ayudarles a salir y les arrastraba el agua, que seguía subiendo. "Al final lo consiguieron sujetándolos con una goma que tiraron desde el otro extremo de la calle; y porque un amigo se jugó la vida", reconoce.

Al marido de Emilia González, sin embargo, tuvieron que rescatarle los bomberos. Ella logró abandonar la casa con dos de los perros que tienen, con la ayuda de un familiar. "Vino la policía gritando que teníamos que irnos", recuerda. El agua ya subía cerca de la cintura en la calle y el hombre se refugió en la planta superior de la vivienda hasta que los bomberos llegaron y le sacaron por el balcón con la pluma. "Yo no sé si voy a poder volver a mi casa, me da miedo", reconoce la mujer en llanto. En esa casa reducida a un amasijo de enseres y barro están los últimos 20 años de su vida; y en algún punto del cauce de la rivera, estarán también los dos coches de la pareja. "Esto era un salón, esto un ropero, esto una cocina...", lamenta mientras recorre las estancias en las que ahora solo se ve barro. "El agua se lo ha llevado aquí todo", expresa abrumada. 

Medio millar de incidentes por la lluvia en Extremadura

Los daños en La Roca de la Sierra dan una idea de la fuerza que la borrasca Efraín ha tenido en Extremadura, donde la Junta mantiene activo el nivel 1 de emergencia en el plan Inuncaex; aunque la situación fue este miércoles por la tarde menos convulsa, se atendieron hasta las 18.30 horas 585 incidentes relacionados con fenómenos meteorológicos. Es la sexta vez que se activa en la región este dispositivo especial para hacer frente a inundaciones y la segunda que se extiende a toda Extremadura, según los datos de la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio. La misma alerta se decretó en abril de 2013, la primera vez que se activó el plan. Después en julio de 2017 solo se activó en Valverde de la Vera; en diciembre de 2019 en la provincia de Cáceres; en octubre de 2020 en las localidades de Nuñomoral, Rubiaco, Vegas de Coria, Cerezal y Navaconcejo; y en septiembre de 2021 en Tierra de Barros.  

Es la segunda vez desde 2013 que se activa en toda la región el plan de emergencias por inundaciones

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Entre esos efectos del temporal, este miércoles 1.500 alumnos no pudieron ir a clase, principalmente por los cortes de carreteras que se mantienen aún y que impedían llegar a muchos docentes y alumnos, indicaron en la Consejería de Educación. Entre los afectados están los 338 alumnos del colegio y el instituto de La Roca de la Sierra; pero también los de los centros de Gévora, Puebla de Ovando, Valdebótoa o Madrigalejo. Se espera que este jueves se pueda retomar ya la actividad. 

La vuelta progresiva a la normalidad dependerá también en gran medida de cómo evolucione la climatología en las próximas horas y los cortes de carreteras. Entre las vías afectadas está la N-523 entre Cáceres y Badajoz, que sigue cortada por el socavón que el agua causó el pasado martes a la altura del kilómetro 45, entre Puebla de Ovando y La Roca de la Sierra. Los técnicos han empezado a evaluar ya los daños en la vía, según indican desde la Delegación del Gobierno, y este miércoles ya se restableció el tráfico entre la salida de Cáceres y el cruce con la carretera de Villar del Rey. Entre Badajoz y La Roca de la Sierra siguió interrumpido por una balsa. Además, este miércoles por la noche se mantenían cortes en una quincena de carreteras.

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