Se trata de un descubrimiento absolutamente excepcional para explicar el cautiverio de 12.000 soldados del ejército de Napoleón en Cabrera entre los años 1809 y 1814, donde fueron deportados desde Cádiz en condiciones deplorables y abandonados a su suerte sin comida y bebida tras su derrota, la primera de ejército napoleónico en campo abierto, en la batalla de Bailén (1808).

Un equipo de arqueólogos franceses dirigidos por Frédéric Lemaire ha descubierto ahora, en su segunda misión en Cabrera en un año, en una cueva localizada en Cap Ventós, al noroeste de la isla, cientos de inscripciones de soldados franceses cautivos, en "una catedral de estalactitas" intactas de una extraordinaria belleza mineral y que puso a prueba las habilidades del equipo de investigación para la escalada en cuevas, pues les obligó a realizar un peligroso descenso vertical de cincuenta metros de altura para alcanzar el suelo.

Una de las inscripciones halladas en Cabera. A. ASCAR

Según detallan, emocionados todavía por el hallazgo en el diario de la misión, en las inscripciones aparecen los nombres de los cautivos que buscaron refugio en esa cavidad, en ocasiones perdiendo la vida en el intento, y también abundan las frases y símbolos de esperanza por la libertad que solo unos pocos privilegiados alcanzaron en 1814. El descubrimiento, realizado en el tercer día de misión en Cabrera de los arqueólogos, que llegaron al Parque Nacional el 15 de noviembre y se marcharon el día 20, les sorprendió también por la absoluta fidelidad con el testimonio escrito del memorialista Gilles. "Pudimos comprobar con nuestros propios ojos todo lo que él escribió sobre el lugar tanto en la descripción de cada uno de los detalles como en la enormidad y la riqueza mineral".

Inscripción hallada en la cueva, "una catedral de estalactitas", intacta, según los arqueólogos. A. ASCAR

Los arqueólogos hallaron también en la cueva, como destaca Frédéric Lemaire, una fuente de agua dulce y restos de la ocupación de los soldados cautivos, cuya presencia en el lugar, es otra prueba de que los presos de Cabrera, no solo franceses, sino también belgas, suizos, polacos e italianos, enrolados en el ejercito de Bonaparte, buscaron para su supervivencia formar pequeñas comunidades al margen del mando militar de la zona, organizado en torno a la ensenada natural del puerto de Cabrera.

La cueva sorprendió a los arqueólogos por su belleza mineral y su estado de conservación. A. ASCAR

Otros descubrimientos de la misión en el Parque Nacional de Cabrera

No fue el único descubrimiento de la misión, que une a un equipo de once personas de Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (INRAP), del colectivo AASCAR, del Museo Nacional de Historia Natural y de la Fundación Napoleón. En la zona que los franceses conocen como el Valle de la Muerte, en el entorno más cercano al puerto del Parque Nacional, que ya investigaron en la misión de noviembre de 2021, siguieron sin hallar restos de cuerpos, pero sí más botones de los uniformes de los regimientos de línea 67 y 14.

También exploraron dos cavidades subterráneas más para estudiar el modo de vida troglodita que los soldados se vieron obligados a adoptar para protegerse de las inclemencias del tiempo y también de sus propios semejantes. En Cabrera murieron 4.000 soldados, después de cinco años dramáticos en los que pasaron hambre y sed, sufrieron enfermedades, locura, desesperación e incluso algunos episodios de antropofagia, que fueron severamente reprimidos y castigados con la muerte.

La misión francesa también ha descubierto formas de organización de construcciones idénticas a otras observadas en otros asentamientos militares de la Gran Armada, como Boulogne-sur-Mer, en el actual departamento francés de Paso de Calais, frente al Canal de la Manchalevantado entre 1803 y 1805 para acometer la invasión de Gran Bretaña que nunca se llevó a cabo, pero que a la postre sirvió para crear la base del Gran Ejército del emperador .

El objetivo general de la misión francesa es enfrentar los datos científicos de la investigación con los testimonios que la historia ha dejado a lo largo de los años, para estudiar los hechos e ir desterrando la tendencia romántica de construir relatos históricos apasionados.