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Canarias

Gran Canaria tendrá el Carnaval más caro de su historia

La nueva inyección de 1,6 millones eleva a 4,1 millones la financiación del gasto carnavalero de este año. La oposición abandona el pleno para rechazar la medida

Imagen de archivo del desfile del Carnaval de Las Palmas. EFE

El Carnaval de la Las Palmas de Gran Canaria pasará a la historia por haberse celebrado en dos tiempos, una primera parte en febrero y marzo y una segunda en julio, y por alcanzar un coste de 4,1 millones, más del doble de lo que costó el pasado año.

El gobierno tripartito sacó adelante este miércoles, con los votos de sus concejales y la ausencia de la oposición, un incremento de 1,68 millones para abonar los actos del Carnaval de Calle y otros eventos carnavaleros, una cantidad que se añade a los 2,5 millones presupuestados para los actos de febrero y marzo.

En el pleno extraordinario y urgente -el cuarto que se celebra en mes y medio- se aprobó otra modificación de crédito de 586.831 euros para pagar las cinco fiestas más importantes de los barrios de la ciudad, que se adjudicaron en julio sin partida presupuestaria. En total, se liberaron 2,27 millones, que se extraerán de los remanentes.

Protesta de la oposición

 La votación tuvo lugar con la ausencia de los miembros de la oposición -a excepción de la concejala no adscrita Carmen Guerra, quien se abstuvo de salir y de votar-, que abandonaron el salón de sesiones como medida de protesta por lo que calificaron de despilfarro. El concejal de Urbanismo Javier Doreste presidió el pleno al encontrarse ausente el alcalde Augusto Hidalgo, por hallarse en una reunión del Partido Socialista en Madrid, según informó una portavoz.

El debate se llevó a cabo en medio de un ambiente bastante crispado en el que la oposición habló de "falta de vergüenza" e "indecencia política". Todos los partidos y concejales no adscritos coincidieron en echar en cara a la responsable de Carnaval Inmaculada Medina la utilización de las fiestas carnavaleras para buscar rédito político en las próximas elecciones. Otra crítica unánime fue calificar a la Sociedad de Promoción como un «saco sin fondo».

La concejala de Carnaval Inmaculada Medina se defendió de las críticas con insultos, afeando a los "tránsfugas" Carmen Guerra y José Guerra que tuvieran la "poca vergüenza" de acusarla de llevar a cabo una "política vieja y rancia" y recriminando a la edila de Ciudadanos (Cs), Lidia Cáceres, su "doble cara" con los grupos del Carnaval y su «frustración política» por el fracaso de su partido.

Para responder a la portavoz del Partido Popular (PP) Pepa Luzardo, recurrió al baúl de los recuerdos. La acusó de pagar, cuando gobernó, actuaciones carnavaleras con el dinero de otras sociedades municipales para que no se disparara el presupuesto de las fiestas y hasta se refirió a la actuación de Shakira en 2006, que fue pagada por la Sociedad Hotel Santa Catalina, pero no fue por Carnavales sino en julio.

 La edila echó en cara a Luzardo que en el Carnaval "hemos pasado de los bocadillos de mortadela a tratar a la gente con respeto. El Carnaval genera más de 1.000 empleos directos. Lo importante son los empleos y recursos que crea para la ciudad".

Pitos y fiestas

Medina insistió en la gran cantidad de puestos de trabajo que genera la industria del Carnaval y en la necesidad de aumentar la inversión para lograr la condición de fiestas de interés turísticos internacional.

La popular Pepa Luzardo criticó que la Sociedad de Promoción de Las Palmas de Gran Canaria, que organiza los actos de Cultura y Carnaval, «es un saco sin fondo» y calificó de "indecente" que el coste de las fiestas de este año se haya más que duplicado respecto a 2021, pese a que la misma "Medina tuvo que salir a pedir disculpas por el fracaso de los actos de verano".

"Es indecente que se malgaste de esta manera el dinero de la ciudad, con las necesidades que tienen los servicios sociales. Hay quien piensa que eso suele dar votos. Yo lo dudo".

En similar sentido se pronunció el portavoz de Coalición Canaria (CC) Francis Candil, quien lamentó que el «principal interés» del tripartito se centre en inyectar más dinero para fiestas, en lugar de mejorar los servicios sociales y el estado de la ciudad.

"Esto refleja una vez más que este es el gobierno de las ocurrencias. No hay ninguna planificación y esta es la traca final de un mandato marcado por la orgía de millones para pagar fiestas que salen del saco de los remanentes y comprar voluntades".

"Pagar fiestas", añadió, "es la gran política de este grupo de gobierno, pero comprar más guaguas para hacer posible la gratuidad del transporte es electoralista. Estamos dilapidando el dinero público, manejándolo como si fueran las perras de la casa de Tócame Roque, en lugar de solucionar los problemas de la ciudad. Voladores, pitos, fiestas y parrandas, eso es lo que tenemos".

La portavoz de Ciudadanos Lidia Cáceres criticó la falta de justificación para incrementar el dinero y consideró que la única explicación es «buscar un rédito político. No vamos a ser cómplices de votar a favor de darle 1,6 millones a Medina para su autobombo electoral". La edila consideró una vergüenza la forma de presentar los expedientes de modificación de crédito, "sin ninguna explicación que justifique la aprobación de esta millonada. Está todo explicado como si fuera un cuento. ¿Qué se hizo con los 2,5 millones para el Carnaval de febrero, en el que no hubo ni mogollones, ni cabalgatas ni Carnaval de Día?. A los grupos del Carnaval sí se les adelante el dinero, lástima que no hagan lo mismo con las ONG, que también necesitan que se les financie por anticipado".

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