La industria turística en España, y concretamente el sector hotelero, han probado su capacidad de recuperación a lo largo de 2022. Tras tres años de dificultades, sus principales indicadores ponen de manifiesto la resiliencia y competitividad de la industria en el largo plazo.

Patricia Plana, senior manager de Financial Advisory de Deloitte

Las Islas Baleares, el segundo destino más visitado de España, han registrado un comportamiento excepcional en los tres primeros trimestres. El número de visitantes creció un 1,8% en comparación con 2019, mientras que las pernoctaciones descendieron un 3,7%, una caída significativamente menor que la media española.

El ingreso medio por habitación disponible (RevPAR) en las Islas Baleares registró una tasa de crecimiento anual entre 2014 y 2019 superior a la media española del 8,7%. A cierre de 2021, el RevPAR se situó un 22,6% por debajo de las cifras de 2019, afectado por una caída de la ocupación del 30,1%, marcada por la recuperación de la demanda tras la pandemia. Aun así, destaca el crecimiento en la tarifa media diaria del 10,7% por encima de 2019, resultado del excelente trabajo llevado a cabo por grupos hoteleros e inversores por reposicionar progresivamente la planta hotelera.

Los buenos resultados, junto con la fortaleza demostrada de los principales indicadores del sector a largo plazo, han sido la palanca de una actividad inversora sólida en los últimos años. El volumen de inversión hotelera en España ha alcanzado los 2.460 millones de euros hasta noviembre y la confianza de los inversores por el segmento vacacional ha representado 1.249 millones, un 51% sobre la inversión total. Las Baleares, con 580 millones, registran cifras récord, concentrando el 24% de la inversión a nivel nacional y el 46% sobre el conjunto vacacional. Los hoteles de cuatro estrellas han representado el 63% del volumen de inversión y el 66% de las habitaciones en el archipiélago.

El año 2023 conllevará un nuevo ciclo de inversión más exigente y las Baleares seguirán siendo uno de los destinos preferentes. Los indicadores de mercado y los retos subyacentes de la planta hotelera proporcionarán nuevas oportunidades de consolidación y generación de valor a través del reposicionamiento del sector bajo criterios medioambientales, sociales y de gobernanza. Todo ello con el objetivo de seguir impulsando la hipercompetitividad y el atractivo del destino en los próximos años, que debe verse reforzado con su posicionamiento como destino líder de turismo sostenible.