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DIRECTOR EJECUTIVO DE UNICEF ESPAÑA

Chema Vera: "A nivel socioeconómico, España protege poco y mal a los niños"

"Con el alto coste de la vivienda, el salario medio y el bajo nivel de protección, ¿cómo haces para tener hijos?" - "En salud mental hay una brecha demoledora entre quien puede pagar y quien no"

Chema Vera: "Un tercio de los niños españoles están en riesgo de pobreza o de exclusión social". G. BOSCH

Chema Vera lleva un año en el cargo al frente de Unicef España, tras haber sido director de Oxfam Intermón. Considera "inaceptables" las tasas de pobreza infantil de nuestro país y reclama que se redoblen los esfuerzos presupuestarios para atender a la infancia ante el invierno que ya llega  

En España 6,2 millones de niños viven en riesgo de pobreza. ¿Cómo es posible?

Algo más de un tercio de los niños españoles están en riesgo de pobreza o de exclusión social. Somos el cuarto país europeo en tasa de pobreza infantil, es algo inaceptable. Otro dato algo más duro: el 10,5% de esos niños y niñas están en una situación de privación material severa, lo que quiere decir que en su casa han de elegir, más en un tiempo fuertemente inflacionario, si toman carne o pescado o compran cuadernos para el colegio o se pueden calentar. Se están tomando algunas medidas como el Ingreso mínimo Mínimo Vital, la prestación por hijo, becas escolares... pero es insuficiente.

Y el invierno dicen que será aún más duro.

Pedimos al Gobierno redoblar esfuerzos de inversión en la protección de esa infancia que se ve afectada por la pobreza. Estamos hablando de una inflación del 7,3%, de las más bajas de Europa, pero la inflación de los alimentos ronda el 16%. Esto afecta siempre mucho más a las familias vulnerables, no pueden elegir, no tienen colchón ni red. Y viene un invierno duro. Muchas ya han sufrido con la vuelta al ‘cole’. Incluso algunas cadenas ofrecían crédito para comprar los cuadernos. El problema es que España parte de un mal punto porque en general aún protege poco y mal a su infancia en el ámbito social y económico. No hemos alcanzado ni de lejos ese consenso que con los adultos mayores sí hay con el sistema de pensiones. Pero con la infancia no. Cuando los indicadores de pobreza infantil siempre son muy superiores a los de pobreza general.

¿Por qué esa diferencia?

La capacidad de resistir shocks que tienen las familias sin hijos o los adultos mayores es mayor. La pobreza acaba afectando más a las familias que tienen hijos y les afecta por la baja calidad de empleo o el desempleo, la falta de vivienda... Necesitan un espacio habitacional mayor y el precio de la vivienda es un factor de incremento de la pobreza y por lo tanto tienes la pobreza al final acaba siendo más alta en las en las familias con hijos que en las que no tienen hijos, con una protección social débil.

Y luego se preguntan cómo aumentar la natalidad y superar el reto demográfico...

Claro, como dicen los ingleses, que alguien conecte los puntos. Con este coste de la vivienda, con este salario medio y con esta protección social, ¿cómo haces para tener hijos?

¿Cuál es el perfil de estas familias en riesgo de pobreza?

Donde hay una incidencia que casi alcanza el 50% es en las familias monoparentales, normalmente de madres solas, que sacan adelante a sus hijos con empleos precarios, sin redes familiares fuertes y viven en un ciudad grande.

¿La ley de Protección a la Infancia no toca el aspecto socioeconómico?

No, es la Ley Orgánica de Protección frente a la violencia sobre la infancia, se centra solo en eso. Y es una ley buena, sólida y potente que costó mucho sacar adelante con muchas organizaciones sociales apostando por ella. Toca todas las teclas que hacen falta para la protección de la infancia frente al acoso, abuso o cualquier forma de violencia. La prescripción de las penas fue uno de los elementos clave. Pero luego tiene todo un enfoque que desde Unicef apoyamos que es el de la prevención y la detección temprana. Implementar la ley van a ser años de trabajo. Todo el mundo cree que la violencia infantil es indignante y la ley solo funcionará, especialmente en el lado de la prevención, si todos actuamos: ámbito educativo, sanitario, familiar, del ocio...

La ley prevé la incorporación del coordinador de bienestar y protección en los colegios, pero su implantación está siendo algo desigual, ¿no?

En algunas comunidades, en algún centro, la figura se está creando, pero en la inmensa mayoría pues o no lo hay o se le asigna la función al orientador, por ejemplo. Pero esta figura tiene que ser clave, tiene que ser un referente, no algo a tiempo parcial. Esto es solo un ejemplo de lo que nos va a costar poner en marcha la ley.

Tras la pandemia de la covid ha aflorado la pandemia de la salud mental infantojuvenil. Oímos muchos datos de más ingresos, de conductas suicidas... ¿pero se está haciendo algo para hacer frente a la situación?

Al menos ahora se habla de la situación. En los consejos de participación infantil y adolescente, en los que 32.500 niños y jóvenes están presentes, nos dicen que sus tres grandes preocupaciones son el clima y el medio ambiente, la discriminación y la salud mental. En general hay más conciencia y hay un Plan Nacional de Salud Mental, pero claro, los planes hay que implementarlos. Los datos son devastadores. Esto era como el iceberg oculto, la pandemia lo ha exacerbado, pero ya estaba ahí. La brecha de atención en salud mental es demoledora y la fragilidad de la asistencia pública a los casos severos es inaceptable. Hay una brecha de desigualdad muy significativa entre quien puede pagar y quien no. Nosotros en esto hacemos incidencia una vez más en la prevención y la detección temprana. Hacen falta herramientas, la salud mental es como un animal que nos han plantado ahí y la sociedad aún no sabe qué hacer con él.

El año pasado Unicef publicó un completo estudio sobre jóvenes y nuevas tecnologías con algunos datos alarmantes. De nuevo, tenemos los datos: ¿y ahora qué hacemos?

Es muy difícil, pero hay que actuar, hay que intentar que las redes sean espacios seguros. Hay que actuar con determinación frente a acosadores y abusadores. Hay una responsabilidad pública y de redes sociales y de proveedores y hace falta actuar en el lado también cuanto toque. Y las familias han de traer la conversación del mundo digital al mundo virtual. No es ‘les doy un móvil y ya’. Has de intentar entenderlos. Nosotros hacemos énfasis ahí, con guías y recursos.

¿Cómo resiste la infancia en Ucrania?

Cada día peor. Un tercio de los niños han abandonado el país y otro tercio se ha tenido que trasladar y dejar su casa, su vida, con el trauma que supone eso. Se siguen asesinando niños y niñas y se están atacando infraestructuras vitales para la población civil, lo que va contra el derecho internacional humanitario. Además la economía está rota, Unicef está ayudando entre otras cosas con transferencias a familias muy vulnerables. La guerra sigue aunque no se hable tanto de ella.

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