Es un hallazgo histórico. Investigadores de la Sociedad de Ciencias Aranzadi han descubierto el texto más antiguo escrito en lengua vascónica (antecedente del euskera) en una lámina de bronce con forma de mano que data del siglo I a.C. y que fue hallada durante la excavación de una vivienda del antiguo poblado de Irulegi. La pieza -con una inscripción de cinco palabras, la primera de ellas sorioneku– demuestra que, como ya se venía especulando en los últimos años, los vascones estaban alfabetizados y contaban con un sistema gráfico propio derivado de una variante del signario paleohispánico.

Para los expertos, se trata del primer documento “indudablemente escrito en lengua vascónica”. Mientras el texto paleohispánico del mosaico de Andelos, de una cronología similar, lleva 25 años en discusión sobre cuál es su lengua, en el caso de la mano de Irulegi, en cambio, los indicios parecen irrefutables. Además de que la primera palabra (sorioneku) se entiende en el vasco actual, la presencia del símbolo T ya es suficiente para habar de un sistema de escritura propio adaptado del ibérico. El símbolo T no existe en el ibérico, pero sí aparece en dos monedas vasconas de Navarra (ontikes y unambaate). Así, parece claro que los vascones utilizaron el semisilabario del ibérico, lo adaptaron a su lengua incluyéndole características propias y lo emplearon para escribir su lengua, el vascónico.

Antiguo poblado de Irulegi

Lugar donde ha sido descubierto el texto más antiguo escrito en lengua vascónica (antecedente del euskera)

Lugar donde ha sido descubierto el texto más antiguo escrito en lengua vascónica (antecedente del euskera) NTM

Hasta ahora, los textos más antiguos hallados en vascónico (antecesor del euskera) se habían encontrado en la actual Navarra, en nombres de personas y divinidades que aparecían dentro de inscripciones escritas en latín, típicamente romanas, de los siglos II y III d.C. Pero eran simplemente palabras, no textos completos, y estaban escritas en latín y en alafabeto latino. Lo mismo sucede con los nombres de ciudad o de personas que aparecen en las monedas vasconas. Por ello, se puede decir que el de Irulegi es el texto (consta de cinco palabras) más antiguo indudablemente escrito en vascónico que se haya encontrado hasta el momento. Aparte de la inscripción de Irulegi, los siguientes escritos en vasco son algunos textos medievales, como por ejemplo la carta de 1.415 de Martín de Zalba y los textos de Lazarraga y Etxepare de los siglos XV y XVI.

La historia del poblado de Irulegi

Para comprender el hallazgo de la mano de Irulegi es necesario retroceder 37 siglos y situarse en el límite oriental del actual valle de Aranguren, en un punto bastante elevado (a casi 900 metros) y con una amplia visibilidad. El poblado se asentó en torno a la zona del castillo en la Edad del Bronce Medio, entre el 1.600 y el 1.400 a.C. y fue expandiéndose ladera abajo durante 1.200 años hasta alcanzar su mayor extensión en el siglo I a.C. En ese momento, terminó siendo incendiado de manera violenta en el contexto de las Guerras Sertorianas. Gracias a ese ataque, perdura una imagen congelada del final de la Edad del Hierro, puesto que los materiales quedaron cocidos y sellados en posición primaria bajo los restos de adobe.

El equipo de investigadores de la Sociedad de Ciencias Aranzadi lleva investigando el pasado del monte Irulegi desde el 2007. Los primeros trabajos se realizaron hasta el año 2017 en el castillo de la cima del monte, de época medieval. Desde el 2018, un equipo dirigido por el arqueólogo Mattin Aiestaran realiza la investigación arqueológica del poblado de la Edad del Hierro ubicado en la loma bajo el castillo. Estas investigaciones forman parte de una tesis doctoral que se está realizando en la Universidad Pública Vasca/Euskal Herriko Unibertsitatea, becada con la ayuda de la UPV/EHU y dentro del grupo de investigación GIZAPRE. Todas estas intervenciones las promueve el Ayuntamiento del Valle de Aranguren y son ayudadas por el Gobierno de Navarra desde el 2018.

Entre el periodo 2020-2022, se ha excavado en Irulegi una superficie de 370 m² en la que han aparecido dos viviendas y parte de la vía principal de la época de la Edad del Hierro Final, en el primer cuarto del siglo I a.C. En una de estas viviendas, se excavó el 18 de junio de 2021 esta particular pieza de bronce, que fue entregada al depósito arqueológico del Gobierno de Navarra junto al resto de materiales el 13 de julio. Su inscripción no fue descubierta hasta el 18 de enero de 2022, cuando Carmen Usúa, restauradora del Gobierno de Navarra, descubrió unas letras en la pieza que se interpretó posteriormente como una mano.

Extracción de la Mano de Irulegi.

Una peculiar mano de bronce

La pieza en cuestión es una lámina de bronce cuya pátina contiene un 53,19% de estaño, un 40,87% de cobre y un 2,16% plomo, algo que es habitual en aleaciones antiguas. El objeto está recortado para representar la forma de una mano derecha algo esquemática pero de tamaño natural. La lámina es lisa en el lado de la palma, pero en el lado del dorso presenta la forma de las uñas, aunque no se han conservado debido a su fragilidad las correspondientes a los dedos anular, corazón e índice. La pieza mide 143,1 mm de altura, tiene un grosor de 1,09 mm y una anchura de 127,9 mm, y su peso alcanza los 35,9 g. En la muñeca presenta una perforación de 6,51 mm de diámetro que sin duda se produjo al clavar la pieza en un soporte blando, probablemente de madera.

La mano de Irulegi es interpretada como un epígrafe ritual y apotropaico que estaría situada en la entrada de la vivienda. Además, el uso de la palabra sorioneku (afortunado/dichoso) alude indudablemente a un mundo personal, ritual e inmaterial.

Para encontrar elementos parecidos hay que acudir al valle del Ebro, donde también hay tres piezas con forma de mano, las únicas del mundo ibérico (dos en Huesca y una en Teruel). Otro paralelo lejano se da con una pieza de Yemen, ya en cronología romana y que también está escrita en el dorso. Es un símbolo apotropaico, que sirve para alejar el mal y atraer la buena suerte y que se encuentra actualmente en el Museo Británico.

Otro elemento particular de la mano de Irulegi es que está escrita mediante dos técnicas: la de la incisión y la del punteado. Primero se le hacen unas rayas y luego se puntea sobre ellas. Hay algún caso romano en occidente, pero no ha salido en ningún otro lugar. Las inscripciones ibéricas se hacen con incisión y las celtibéricas se hacen con puntuado, por lo que encontrar las dos en una misma pieza es algo singular y excepcional.

Descubierto el texto más antiguo en euskera en una pieza de bronce con forma de mano en Irulegi

Las repercusiones del hallazgo de la mano de Irulegi para el conocimiento lingüístico del vascónico y de sus eventuales relaciones con la lengua ibérica, así como sus implicaciones antropológicas, sociológicas o históricas deberán ser abordados por nuevos estudios en el futuro. De momento, Irulegi tiende la mano a quienes deseen adentrarse en la apasionante historia de nuestros antepasados.