Xisco Martorell, delegado de Facsa en Balears desde 2016, es ingeniero técnico industrial. Lleva desde 1995 vinculado a empresas relacionadas con el ciclo integral del agua, en Aguas de Barcelona como responsable de la oficina técnica en Barcelona, responsable del departamento de agua potable en Calvià2000 y jefe del servicio municipal de aguas en Sóller.

¿Qué balance hace de la gestión hídrica en Ibiza en los últimos cinco años?

Se observa una mejoría en el rendimiento de las redes de agua potable en todos los municipios, a excepción de Vila, que ha bajado su rendimiento en más de un 7%. Pese a ello, queda mucho trabajo por hacer a nivel municipal para seguir reduciendo las fugas de agua y conseguir el objetivo que marca el Plan Hidrológico de Balears. En 2021 el agua no contabilizada superaba los 4 millones de litros anuales, lo que supone que más del 40% del volumen de agua que producen las desaladoras se pierda.

La ciudad de Ibiza licitará próximamente la gestión del agua, ¿cómo se podría mejorar este servicio y lograr la sostenibilidad?

La nueva licitación supone una gran oportunidad ya que permitirá aumentar la eficiencia, mejorar la gestión del saneamiento y el drenaje urbano, reforzar la transparencia informativa y la comunicación entre el gestor del servicio y la ciudadanía. La nueva licitación llevará aparejada las inversiones necesarias para que Ibiza tenga unas infraestructuras que permitan reducir las fugas de agua y mejorar su control, separar la red de pluviales de la red de saneamiento y realizar una gestión que evite los continuos vertidos cuando llueve. Por otro lado, la telelectura de contadores domésticos permite tener una comunicación directa y continua con el cliente mediante la app del gestor.

¿Qué propone Facsa en relación a la depuración del agua en Vila?

En depuración, Facsa apuesta por evolucionar hacia un modelo de economía circular, pasando del concepto de instalación industrial consumidora de recursos y generadora de residuos a una biofactoría generadora de recursos de alto valor. Una depuradora moderna es capaz de convertir el agua residual en productos de alto valor. Puede dar agua para riego de zonas urbanas, limpieza viaria, contra incendios, riego agrícola o recarga de acuíferos. Por otro lado, el aprovechamiento del gas que se genera en el digestor de fangos se puede aprovechar como un biogás inyectado a la red de gas, alimentando generadores de electricidad y calor. Los fangos de depuradora se pueden utilizar como fertilizante agrícola, para hacer compost e incluso como combustible. Se pueden producir plásticos biodegradables y recuperar el fósforo en forma de estruvita.

¿Cree que llegará el día en el que se deje de hablar de los vertidos al mar?

Tenemos los conocimientos y la tecnología para evitar los vertidos incontrolados al mar. La solución requiere importantes esfuerzos para separar las aguas residuales de las pluviales y dar el tratamiento adecuado a cada una. Las inversiones que acompañen a la nueva licitación en Ibiza aportarán los recursos necesarios para solucionar este problema.

¿Cómo ayuda la digitalización a detectar fugas o reparar averías?

Hoy no se puede entender una gestión ágil y eficiente sin la digitalización de las infraestructuras de agua. El sistema de telecontrol que permite conocer en tiempo real el estado de las instalaciones y, a través de los sistemas de alarma instalados, actuar sobre ellas de inmediato, con sistemas de sectorización y monitorización que hacen posible conocer los caudales, presiones y calidad del agua en los puntos de la red y, por tanto, localizar y acotar con precisión y celeridad las pérdidas de agua, así como con sistemas de telelectura de contadores domiciliarios que permiten al cliente, mediante una App, saber el consumo y estado de su instalación.

Innovación y sostenibilidad van unidas, ¿cómo se materializa en Facsa?

Dentro de Facsa ha nacido la marca Waternology que aúna las soluciones tecnológicas que permiten alcanzar la sostenibilidad y eficiencia de los servicios. Estas tecnologías cumplen estándares de sostenibilidad, transparencia, ciberseguridad e innovación desde las primeras fases del ciclo, que incluye desde la planificación hidrológica o la captación del agua hasta la divulgación de la cultura del agua en la sociedad. Gracias al internet de las cosas (IoT), el Big Data, la inteligencia artificial, la analítica geoespacial de los servicios digitalizamos los procesos y la operativa para optimizar los servicios y ofrecer una gestión, análisis y simulación inteligente de los datos.