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Elecciones en Italia

El temido adiós al “Bella Ciao” de los italianos en Galicia

Italianos en Vigo viven con preocupación las últimas horas antes de sus comicios por la posible llegada al poder de la ultraderecha

Tatiana Vendramini sujetando este viernes una bandera de Italia en la ciudad olívica. JOSÉ LORES

Dos meses después de la caída del Gobierno de Mario Draghi (consumada tras su dimisión, efectiva el pasado 21 de julio) Italia “se la juega” en un tenso y polarizado proceso democrático. Millones de personas votarán este domingo –mañana– en el país de la bota; una cita con las urnas que se adelantó en España, donde más de mil italianos residentes en Vigo ya recibieron sus respectivas papeletas y ejercieron hasta este jueves su derecho a decidir quién se hará con las riendas de RomaCon la mirada puesta ahora en la otra orilla del Mediterráneo, algunos de ellos apuntan a la inestabilidad política que rodea a su nación. Y preocupados ante el avance en las encuestas de Giorgia Meloni (Hermanos de Italia) y el neofascismo que está representando, refugiado bajo los potentes nombres de Matteo Salvini (Lega) y Silvio Berlusconi (Forza Italia), evidencian que en estos decisivos comicios lo más necesario ahora es un Ejecutivo que aporte certezas: “No nos tenemos que quedar con palabras, tenemos que quedarnos con acciones”.

Así lo indica Daniela Sarraino, psicóloga y actual presidenta de la Società Dante Alighieri, asociación vinculada a la promoción de la cultura italiana en el extranjero. Desde la ciudad olívica, expone lo que muchos como ella consideran un error. “En un momento tan difícil como el que estamos viviendo, a causa de la pandemia y la guerra de Ucrania, ha sido un verdadero desastre hacer caer al primer ministro que teníamos, una persona de prestigio y cabeza, por culpa de intereses partidistas de unos grupos que creen que van a ganar las elecciones”, comenta sobre este “ataque al equilibrio del país”.

“Lo que necesitamos nosotros en este momento en Italia es gente que sepa gestionar momentos de crisis, más que tanto politiqueo y tanto discursos”, añade contraponiendo la triple coalición de Meloni, Salvini y Berlusconi –cuyos puntos de vista y programas “no coinciden en muchos aspectos”– con la alianza progresista de Matteo Renzi (Italia Viva) y Carlo Calenda (Acción) que busca resucitar a la izquierda fragmentada de Enrico Letta (Partido Democrático), Luigi di Maio (Compromiso Cívico) o Emma Bonino (+Europa). Junto a ellos también se presentará candidato el grillino Giuseppe Conte (del Movimiento 5 estrellas).

En la primera vez que el territorio transalpino votará en otoño a causa del adelanto electoral, probablemente el trío conservador termine barriendo con las expectativas del resto de aspirantes, logrando la mayor parte de los escaños (cerca de un 90% según las últimas encuestas). Tal como acordaron internamente, la formación más votada de las tres (Hermanos de Italia, Lega y Forza Italia) será quien proponga al futuro primer ministro: una posible victoria del neofascismo que diría adiós al Bella Ciao (himno antifascista utilizado por los partisanos, miembros de la Resistencia italiana). Siguiendo este proceso, que renovará la cámara de los Diputados y el Senado, finalmente acabarán siendo sus nuevos integrantes (600 parlamentarios en total, 400 y 200 respectivamente) los que elegirán al sustituto de Draghi.

“Es una situación muy difícil y como italiana en España estoy muy preocupada”, explica Daniela. Como ella, Vincenzo Vigorita, cirujano general en el Álvaro Cunqueiro, opina que lo más importante ahora –en un contexto caracterizado por haberse sucedido 67 Ejecutivos en los últimos 76 años– es “un Gobierno que pueda llevar a cabo su trabajo, algo que hasta ahora no ha pasado”. “Llevamos muchos años sin acabar legislaturas. No creo que esta inestabilidad le venga bien al país”, evidencia, indicando que “faltan partidos políticos fuertes que luchen ordenadamente por sus ideas”. “Italia se la juega”, afirma además, señalando que estas elecciones son vitales: “Es importante elegir al equipo que guiará el país entero”.

Tatiana Vendramini, profesora de italiano en Vigo, explica por su parte que el fenómeno de Hermanos de Italia es similar al de Vox aquí, resaltando que la palabra “extremo no es la mejor y menos en política”. Como sus compatriotas, ella es una de los 1.107 italianos en la ciudad olívica (de los 2.370 censados en Pontevedra y los 6.500 en Galicia, según el Viceconsulado de Italia en A Coruña) inscritos en el Registro de Italianos Residentes en el Extranjero (A.I.R.E.) y que recibieron la papeleta para votar en estas elecciones. Lo pudo hacer hasta este jueves, cuando el sufragio por correo concluyó desde España para dar paso al proceso de este domingo, cuyo resultado será clave para esta república del 1946.

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