España es el país con mayor tasa de repetición de la OCDE: a los 15 años, el 29% del alumnado ha tenido que volver a la casilla de salida algún año. ¿Son los estudiantes españoles más torpes que el resto y por eso repiten más? No. Más bien, lo que sucede es que hay una “cultura del suspenso”, en palabras de Lucas Gortazar, investigador de Esade y especialista en educación y política social. ¿Sirve para algo repetir curso? No gran cosa. Es “ineficaz, caro, desigual e injusto”, en palabras de Xabi Bonal, profesor de Sociología en la Universitat Autònoma de Barcelona, divulgador e investigador.

España es el país con mayor tasa de repetición de la OCDE: a los 15 años, el 29% del alumnado ha repetido algún curso

'Repetir no es aprender' es el título, precisamente, de un informe elaborado por Save the Children que viene a respaldar lo que los expertos en educación llevan años diciendo: repetir curso no hace que los chavales aprendan más y mejor. Es una medida injusta socialmente porque estigmatiza y porque castiga al alumnado con menos recursos: ante dos estudiantes con conocimientos y motivación similares, el que tiene más probabilidades de repetir (hasta tres veces más) es el que tiene un nivel socioeconómico y cultural más bajo. Además, es una medida carísima: el coste anual de la repetición se eleva a 1.441 millones de euros.

En España, el 8,7% del alumnado de ESO han repetido en alguna ocasión frente al 2,2% de media de la UE (1,9% en el caso de la OCDE). La nueva ley educativa, que se empieza a aplicar este año en los cursos impares, convierte la repetición de curso en algo excepcional en la educación secundaria. No dependerá del número de asignaturas suspendidas sino de la evaluación conjunta del claustro de profesores, que tendrá (como siempre ha sucedido, en realidad) la capacidad de decidir si el alumno ha adquirido competencias suficientes y promociona. Muchas voces -sobre todo, entre las filas de los partidos más conservadores- despotrican de esta norma y auguran una importante bajada de nivel entre el alumnado. Sin embargo, el estudio de Save the Children -presentado hoy en Madrid- demuestra lo contrario: repetir curso reduce significativamente la autoestima y el esfuerzo.

En el caso de bachillerato, la Lomloe permitirá -igual que pasaba con la anterior normativa- pasar de curso con dos asignaturas suspendidas. El título se podrá obtener con un suspenso (uno solo) siempre y cuando la junta de evaluación considere que el estudiante ha adquirido las competencias necesarias.

“La repetición tiene un efecto nulo sobre el aprendizaje y perjudica a los estudiantes de bajo nivel educativo y socioeconómico”

Save the Children

“La repetición tiene un efecto nulo sobre el aprendizaje y perjudica a los estudiantes de bajo nivel educativo y socioeconómico”, advierte el informe, tras dejar claro que, a largo plazo, contribuye al abandono temprano de los estudios. "Es especialmente negativa tal y como se aplica en España, repitiendo los mismos contenidos y sin medidas de acompañamiento”, puntualiza. La nueva ley educativa (Lomloe) especifica algo que se lleva haciendo toda la vida: los alumnos y alumnas que promocionen a pesar de haber suspendido alguna asignatura tendrán que recuperar las materias. Eso sí, la norma detalla que habrá clases de apoyo.

"En España, los hijos heredan el nivel educativo de sus padres. Si un niño vive en un hogar con pocos recursos económicos tiene altas probabilidades de repetir curso y de, incluso, abandonar la escuela de forma prematura", insiste Catalina Perazzo, directora de políticas de infancia de Save the Children. "Un repetidor español, probablemente, pasaría de curso en otros países de nuestros entorno", detalla Álvaro Ferrer, experto en igualdad educativa.

La presentación del estudio ha estado acompañado por un vídeo en el que un puñado de profesores de toda España han criticado la repetición. La cultura de la repetición, sin embargo, está "muy arraigada social y políticamente" y "muchos docentes y padres y madres también la apoyan", puntualiza la responsable de la organización en defensa de la infancia.

Además de ser injusta y tener nulo efecto en el aprendizaje porque ni favorece el esfuerzo ni la motivación del estudiante, la repetición es una medida muy cara. El estudio de la organización de infancia destaca que en el curso 2019-20 (donde se contabilizaron 234.500 repetidores) los costes de la repetición se elevaron a 1.441 millones de euros, lo que supone un 6,2% del gasto público en educación primaria y secundaria. Ese gasto se podría haber invertido, por ejemplo, en contratar a docentes extras (unos 44.700), incorporar a formadores-mentores en los centros educativos para acompañar a los equipos docentes, fichar a orientadores y trabajadores sociales para la identificación y seguimiento del alumnado con mayor riesgo, así como reforzar la formación extraescolar.

“Necesitamos un cambio de cultura global. Es algo que requiere tiempo y una mirada de la educación a largo plazo, algo de que en España no podemos presumir”, concluye el informe. Los expertos de Save the Children confían en bajar drásticamente la repetición en poco tiempo sin bajar el nivel educativo. ¿Cómo? “Confiando, formando y acompañando a los equipos docentes”.

El plan de Save the Children pasa por tres puntos. El primero, considerar la reducción de la repetición como un objetivo estratégico. El segundo, formar a los docentes para reflexionar y cambiar las creencias pedagógicas sobre la repetición. Y tercero, aumentar los recursos de los centros educativos. Para ello, la organización pide aumentar el apoyo educativo en tutorías con pequeños grupos y escuelas de verano y, sobre todo, identificar al alumnado más vulnerable.