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Lautaro Valenzuela, para siempre en Sant Josep

El Ayuntamiento estrena en su porche una escultura del ceramista chileno cedida por la familia

Familiares y representantes municipales, ayer, en la entreg a de la escultura en el porche del Ayuntamiento de Sant Josep. | ASJ/MARISOL BLAMEY

El domingo 21 de agosto se clausuró la exposición ‘Tito’, el homenaje póstumo que el Ayuntamiento de Sant Josep hizo al ceramista y paisajista chileno Lautaro Valenzuela, en la sala cultural Can Jeroni. Valenzuela, residente de Es Cubells durante décadas, murió en un accidente de tráfico en 2020, a los 81 años, en la isla que tanto amó. Su hermana Luzmila Valenzuela Arqueros ha donado una emblemática obra: ‘Energía espacial’ a Sant Josep, como una manera de materializar este amor profundo que tuvo Tito a su isla mediterránea y así permanecer en ella. Ese permanente retorno que tanto marcó su vida, como ese sol que siempre vuelve.

El artista con la pieza.

‘Energía espacial’ es un tótem en gres, de 15x15x200 centímetros que ejemplifica la profundidad estética de Valenzuela, un potente eje telúrico, serpentea el espacio uniendo la tierra y el sol, compuesto por la superposición de seis diferentes cuerpos cilíndricos, orgánicos, rudos, donde la textura del gres y los colores, blanco y negro, día y noche, se funden con el barro, subraya ese vínculo entre la naturaleza y el arte, entre la fuerza de la tierra y la potencia del fuego. Cocido a mil grados en el taller de Antoni Ribas, con quien colaboraba desde el 2000, este trozo de tierra solidificado por la acción del fuego y la alquimia de los minerales, es coronado por tres formas globulares, a modo de un sistema planetario, o distintas etapas en la traslación de sol. No podemos obviar que el lugar de nacimiento de Valenzuela, la región de Coquimbo en Chile, es famosa por su notable heliofanía, por la escasa nubosidad y potente luz solar, representando por este triple sol, o tal vez, metáfora personal de los múltiples soles que iluminaron su vida, desde el hemisferio sur al norte; quizá, nunca lo sabremos, pero tampoco importa. De lo que no nos cabe duda, es que uno de sus soles fue el ibicenco.

Al acto oficial de donación, ayer al mediodía, acudieron familiares y amigos de Valenzuela y por parte del Ayuntamiento de Sant Josep, el alcalde, Ángel Luis Guerrero Domínguez y la concejala de Cultura, Cristina Ribas Ribas, junto al técnico de cultura. Por lo que desde ayer se puede disfrutar de esta potente y carismática escultura en la porchada del Ayuntamiento de Sant Josep.

La escultura en cerámica tiene la cualidad de reforzar el vínculo existente entre lo humano y los elementos de la naturaleza: tierra, agua, fuego y aire, en cada fase del proceso hay un protagonista que define las formas finales. En Valenzuela son fuertes, rudas pero sensuales o huecas permitiendo un balance conceptual y estético que define su lenguaje expresivo. Robert Piepenburg describe: «El ceramista y la cerámica son como muchos seres vivos en la naturaleza. El proceso de crecimiento interior es el proceso de la vida. La concatenación de la semilla, el árbol y la fruta son como la cerámica y el ceramista, ellos crecen desde el centro. La concrescencia que tiene lugar entre la cerámica y el ceramista desafía el análisis, el espíritu fluye entre la forma y su creador», según explica en su ensayo ‘ Cerámica Raku’, editado por Mackmillan Publishing en 1972.

Lautaro Valenzuela (el nombre Lautaro es común en su Chile natal, un famoso ‘toqui’ líder guerrero mapuche), se formó en la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile, y fue en este país donde desarrolló inicialmente su carrera artística, en 1965 logró el título de Artesano con especialidad Cerámica, en 1967 tuvo obras seleccionadas para la IV exposición de Artesanía Artística en Stuttgart, Alemania, donde logra una mención honrosa, en 1969.

Todo antes de trasladarse a Barcelona donde, desde 1972 hasta 1978, trabajó en el taller del ceramista catalán Antonio Campuzano i Solans. Finalmente, su residencia en Ibiza, en la isla se dedicó principalmente a la cerámica y al diseño de jardines y participó en diversas exposiciones colectivas, hasta que a finales de 2019 expuso en el Centro Cultural Can Jeroni ‘Tiempo de retornos’, aglutinando en aquella exposición sus pasiones, sus paisajes, sus colores y sus texturas..

Este artista había retornado a la cerámica varias veces, las visicitudes de la vida le habían hecho tener multitud de trabajos diferentes; a su Chile natal desde el 2006, volvía para pasar el invierno cálido austral; a su pasión artística, ingresa en el taller Huara Huara en el 2009; su primera exposición individual fue en el 2014 ‘Júbilo ancestral’, en el Castillo Wuff de Viña del Mar, Chile. Pero sin abandonar su vida ibicenca, su isla adoptiva, su trabajo como paisajista y jardinero, eterno buscador del sol, vivía dos veranos al año.

Artista polifacético, multicultural, versátil, su vida poco convencional, su sensibilidad curtida en diferentes ámbitos supo llevarla al barro, al gres más concretamente, para desarrollar un lenguaje plástico personal y profundo. A pesar de su edad y de la apariencia frágil de Valenzuela, verle trabajar, golpear el gres, con acierto, decisión, precisión, ver cómo esa fuerza interior se expandía, cómo se refleja en su iconología volcánica, planetaria, robusta y tosca, sus anillos, su potencia. Al igual que el volcán, o el círculo, la fuerza emana del centro, del interior; no importa la edad sino las ganas.

El alcalde agradece la donación a la familia

El alcalde, Ángel Luis Guerrero, y la concejala de Cultura, Cristina Ribas, agradecieron ayer a Luzmila Valenzuela Arqueros, la hermana de Lautaro, el regalo en Sant Josep de esta pieza de gres de gran formato. «Estamos muy honrados de recibir este legado y de poderlo mostrar en un lugar tan principal de esta casa de todos los josepins que es el porche del Ayuntamiento», declaró Guerrero. Cristina Ribas, por su parte recordó «la estrecha vinculacíon que tenía el artista con el pueblo des Cubells, donde fijó su residencia y donde vivió durante tantos años, así como el apoyo que recibió desde siempre del Ayuntamiento para promover su creación».

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