Un incendio forestal iniciado al parecer en una planta de compostaje situada en el municipio valenciano de Calles, en la comarca de Los Serranos, obligó a última hora de este lunes a evacuar la población de Alcotas por posible afección de las llamas a esta pedanía, que se encuentra junto al acueducto romano de Peña Cortada. A primera hora de este martes, según ha podido saber este periódico, los vecinos han podido regresar a sus hogares. Sobre las siete de la tarde se solicitaba además la ayuda de la Unidad Militar de Emergencias (UME). El propio secretario autonómico de Emergencias, José María Ángel, admitía que se trataba de un fuego complicado por los fuertes desniveles del terreno, aunque avanzaba que el aumento de la humedad hasta el 80 % a medida que avanzaba la noche podía actuar como aliado. Y así ha sido, el alto porcentaje de humedad ha frenado el avance de las llamas.

La consellera de Justicia y Administración Pública, Gabriela Bravo, tiene previsto acudir a primera hora de hoy al puesto de mando. Además de la UME, un dron iba a realizar las tareas de vigilancia nocturna al tener que retirarse los medios aéreos, que se han vuelto a incorporar a las 8 horas de este martes.

Al parecer, y según informaban desde el Consorcio Provincial de Bomberos de València, el fuego se inició a las 16:21 horas de la tarde. Aunque se desconoce si se originó dentro de la planta de compostaje o en su entorno, los operarios ya no estaban trabajando cuando saltó la alarma. La Guardia Civil cortó poco después los accesos y desalojó a los empleados de la instalación. El Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia inició un enorme despliegue de medios en colaboración con efectivos de la Generalitat y la Diputación de Valencia con el objetivo de minimizar el impacto en toda la masa forestal circundante.

Con un avance de las llamas poco optimistas pronto se decidió montar un Puesto de Mando Avanzado en el parque de bomberos voluntario de Calles, con doce medios aéreos tratando de frenar el avance de las llamas como parte de un protocolo de choque para atajar el fuego con la máxima eficacia. Una ‘guerra aérea’ que buscaba limitar el impacto del fuego en el monte.

El ataque al incendio desde el aire es la forma más rápida de tratar de luchar contra las llamas en terrenos escarpados como es el caso, donde las brigadas terrestres tienen muy complicado el acceso por el enorme peligro.

A los medios aéreos se sumaron otras ocho dotaciones de bomberos, seis unidades de comandancia, cuatro brigadas forestales y seis unidades de bomberos forestales de la Generalitat, tres de ellas helitransportadas y 4 autobombas, según informan fuentes de emergencias a Levante-EMV, diario del mismo grupo, Prensa Ibérica, que este periódico Al lugar acudieron siete unidades de mando, un vehículo para establecer el Puesto de Mando Avanzado y catorce brigadas.

Humedad muy baja

A las siete de la tarde, el servicio de Emergencias decretó el nivel 2 de emergencia por posible afección a la población tras un empeoramiento de la situación. Los 40º y la humedad relativa inferior al 20 % durante toda la jornada auguraban ya un complicado control del fuego, como acabó confirmándose a última hora, obligando a llamar a la UME. Algo que ya se hizo en el incendio de Venta del Moro, que acabó calcinando 1.400 hectáreas y afectando al Parque Natural de las Hoces del Cabriel, provocado por un rayo.