Ángel Gabilondo explicó este lunes en el Congreso las bases sobre las que se asentará la comisión que investigará los abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica. Con retraso respecto al plan que él mismo esbozó en un primer momento, el defensor del pueblo anunció que el organismo contará con 20 miembros (la mayoría juristas y especialistas en el trabajo con las víctimas), que habrá una “unidad técnica” encargada de recabar los testimonios y que todo acabará en un informe, , que incluirá medidas de reparación y propuestas de modificación para que estos delitos no se repitan. Pero Gabilondo también lanzó críticas a los obisposalgo raro en él.

El exministro socialista había sido hasta ahora exquisito en las formas. Sin embargo, ante la negativa de la Iglesia a participar en la comisión, que salió adelante en la Cámara baja con el apoyo de todos los grupos salvo Vox, decidió cambiar el tono, poniendo en duda la colaboración de los obispos en este esfuerzo. 

Primero, defendió que la participación explícita de la Conferencia Episcopal Española (CEE) hubiese supuesto que el informe fuese “más fecundo”, una tesis que rechazan los colectivos de víctimas, al considerar que la Iglesia no puede ser juez y parte. “Pero tras diversas conversaciones la Iglesia desestimó formar parte, señalando que eso no significa que dejaría de colaborar siempre dentro de la ley, una expresión que siendo innecesaria parece indicar límites en esa colaboración”, explicó Gabilondo, antes de aclarar que continúa “a la espera de los términos de esa colaboración”.

Sin embargo, Gabilondo distinguió entre los obispos y otros miembros de la Iglesia. Los primeros le han utilizado. “Me han ido llevando a la orilla del río para acabar diciéndome que no iban a participar”, señaló. Pero otros ámbitos, como la Conferencia Española de Religiosos (CONFER), sí han mostrado su predisposición a colaborar. En cualquier caso, la comisión no será “un tribunal”. Su informe “será un primer paso hacia el reconocimiento y reparación”, sin “venganzas ni revanchas”. 

El rechazo de las víctimas

Gabilondo tiene ante sí una tarea difícil. "Delicada", reconoció él mismo. No solo por la complejidad de los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia. También por la propia investigación. De momento, ya se ha encontrado con el rechazo tanto de parte de las víctimas como de la Conferencia Episcopal Española (CEE). 

En un primer momento, las asociaciones que representan a quienes han sido abusados por el clero acogieron con suspicacia el nombramiento de Gabilondo. El defensor del pueblo fue cura en su juventud, en los años 70, e impartió clases en dos colegios en la misma época en la que supuestamente se cometieron abusos dentro de sus paredes. “Yo no tuve ningún conocimiento”, se ha defendido Gabilondo. 

Pero después, cuando comenzaron a conocerse los detalles de la investigación, las críticas fueron a más. Los principales activistas contra los abusos en Catalunya dejaron claro en marzo que rechazaban la iniciativa, al carecer esta de un “poder coercitivo” que fuerce a la Iglesia a colaborar, comparecer y abrir los archivos religiosos. 

Los obispos, mientras tanto, han ido emitiendo señales contradictorias y repletas de desconfianza hacia la comisión. Por un lado, explicando que colaborarán con ella. Por otro, criticando que solo se centre en la Iglesia, para terminar anunciando que no participarán en el organismo. Pero los prelados sí han encargado su propia investigación externa, que pilota el despacho de abogados Cremades & Calvo. La iniciativa echó a andar a finales de febrero. Un mes y medio después solo había recibido 50 denuncias. Se trata de un número muy modesto. En Portugal, una comisión similar recopiló en su primer mes de trabajo 214 testimonios.

Un año como mínimo

El defensor del pueblo evitó pillarse los dedos con un horizonte temporal. La comisión echará a andar en julio, dijo, sin concretar cuánto durarán sus trabajos. Al menos, un año pero "depende del número de personas que se acerquen al Defensor del Pueblo”. 

Todos los grupos apoyaron la investigación que arrancará en breve. Todos, salvo Voxcuyos representantes, como los obispos, pidieron que los esfuerzos se ampliaran a todos los ámbitos, no solo a la Iglesia. “Si hay que fijarse en la Iglesia no es por un afán persecutorio, sino por un reconocimiento a esa institución, a la que se puede pedir ejemplaridad”, contestó Gabilondo.