El plan hidrológico de la cuenca del Segura que finaliza este año deja bastante que desear en cuanto a las medidas que se debían aplicar para avanzar en una mejor gestión de la demarcación. La nueva planificación que abarcará hasta 2027 y que está pendiente de ser aprobada por el Consejo del Agua y el Gobierno central advierte de que menos del 15% de las 1.033 medidas planteadas en 2015 para el Segura se han cumplido o están en ejecución. La gran parte de las acciones previstas y que no se iniciaron han terminado por actualizarse de cara al próximo ciclo hidrológico, ya que son "actuaciones de declaración de zonas vulnerables e implantación de planes" para determinadas masas de agua donde "no se ha detectado presencia de elevadas concentraciones de nitratos". Del resto, 235 se prorrogan para el nuevo plan y 39 son eliminadas.
En el caso del Mar Menor, la Confederación Hidrográfica del Segura contempla un centenar de medidas para mejorar el estado ambiental de la laguna, 56 de ellas fijadas como «prioritarias». Sin embargo, "tan sólo una fracción de estas medidas se encuentran finalizadas o en ejecución. El resto figuran como no iniciadas". De cara a 2027, la prioridad para el organismo de cuenca "es frenar el deterioro de la laguna y contribuir a la recuperación de su dinámica litoral" con el horizonte de reducir la contaminación por nitratos del acuífero cuaternario del Campo de Cartagena y, a través de él, la rambla del Albujón y el Mar Menor.
CIFRAS
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Masas de agua subterráneas tendrán prórroga para llegar a buen estado
Para cinco de ellas se establece como objetivo alcanzar el buen estado con posterioridad al año 2039. La CHS remarca que aunque se paralizara toda la actividad que ejerce presión, la contaminación por nitratos tarda tiempo en eliminarse.
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Caudales regeneradores en el Segura
Estos caudales generadores tienen como finalidad reproducir un episodio natural de crecida ordinaria en aquellas masas que presentan en la actualidad un exceso de regulación.
214 hm3 de sobreexplotación
El nuevo plan del Segura debe afrontar retos como la sobreexplotación de los acuíferos de la cuenca o atajar la contaminación nitratos, además de mejorar la gestión del agua. Con el foco puesto en las masas de agua subterráneas del Noroeste, Altiplano y sur de Albacete, la CHS cifra en 695 hm3 por año el volumen que se aprovecha de los acuíferos, un "uso intensivo" que ha provocado descensos de los niveles en aquellos que están más esquilmados; manantiales y fuentes que han terminado por secarse, la intrusión de agua salina en acuíferos costeros o aguas profundas con parámetros químicos que desaconsejan su uso. Para acabar con la sobreexplotación antes de 2027, fecha marcada por Europa, la CHS pretende recortar el uso de los pozos en 214 hm3 al año para "garantizar el equilibrio entre la extracción y la recarga a fin de conseguir el buen estado de las aguas subterráneas".
La cuenca del Segura tiene 39 masas de agua subterránea (el 62% del total) que no alcanzan el buen estado cuantitativo, mientras que 21 (33%) no presentan un buen estado químico. El problema, además, «no ha experimentado mejoras importantes durante el primer y segundo ciclo de planificación, lo que evidencia la necesidad de adoptar medidas más concretas y efectivas». Una solución es la apuesta por la desalación.
Falta de control sobre los caudales
La presencia de nitratos en al agua se ha estabilizado «con carácter general» durante los dos primeros ciclos hidrológicos (desde 2009), remarca la CHS. Las zonas susceptibles a la contaminación por nitratos están situadas principalmente en las Vegas del Segura, el Campo de Cartagena y Mar Menor, el Valle del Guadalentín, sureste de Albacete, y afluentes de la margen derecha del río Segura. El 30% de las masas de agua superficial (34) y el 26% de las masas de agua subterránea (26) de la demarcación presentan presiones significativas por contaminación difusa de origen agrario. "Es necesario adoptar las medidas adicionales y acciones reforzadas que sean necesarias para revertir la situación y alcanzar los objetivos ambientales requeridos".
Otro punto de presión para la cuenca son los vertidos detectados en los últimos años, 173 en total, de los que la Comisaría de Aguas ha comprobado que la mayoría tienen autorización pero 34 son ilegales, por lo que ha abierto expediente sancionador. En el régimen de caudales ecológicos, la CHS reconoce que, aunque los volúmenes mínimos se fijaron para 77 masas de agua en el ciclo anterior, hay un total de 46 masas, que tiene marcado un caudal fijo pero "sin un control permanente del régimen de caudales circulantes", lo que denota una "falta importante de control foronómico".
