La salud mental de muchas mujeres en contextos de prostitución está "totalmente destrozada" como consecuencia de una trayectoria vital asolada por las violencias, que sufren incluso desde la infancia. Depresión, ansiedad, intentos de suicidio, ataques de pánico, estrés postraumático, trastornos de alimentación y enfermedad mental agravan la vulnerabilidad de las mujeres prostituidas. Para acompañarlas hacia la recuperación que les permita comenzar otra vida, Médicos del Mundo ha desarrollado el programa de salud mental "Espacios para ser".

"Son mujeres con mucho daño a nivel emocional. Son víctimas de muchas violencias a lo largo de su vida. Algunas sufren violencia en la infancia en el entorno intrafamiliar, otras padecen otros maltratos que se solapan a la violencia de la prostitución. El programa atiende esas violencias, presta atención psicoterapéutica para trabajar tanto la situación actual de las mujeres como los traumas que puedan llevar en la mochila", explica a El Periódico de España Patricia Montila, trabajadora social y técnica de personas en situación de prostitución de Médicos del Mundo en Asturias.

UNA HISTORIA DE VIOLENCIA

La organización presta este programa en Asturias, Baleares y la Comunidad Valenciana, convencida de que sólo ofreciendo a las mujeres prostituidas una atención integral (psicoemocional, socioeconómica y formativa) se podrá abolir la prostitución, horizonte entendido como una sociedad en la que las mujeres no se tengan que ver obligadas a ser prostituidas para poder sobrevivir, tanto ellas como sus familiares.

"La salud mental y sexual de las mujeres en situación de prostitución está destrozada. (...) Son mujeres que en su gran mayoría proceden de otros países, de situaciones de mucha injusticia, de haber visto vulnerados sus derechos durante muchos años y de haber sido objeto de acoso y violencia sexual por parte de sus entornos más próximos. Cuando hablamos de prostitución, hay que tener en cuenta que gran cantidad de mujeres han venido por los canales de la trata o por vías migratorias y acaban siendo víctimas de explotación sexual", señala Josefina Barandiarán, vocal del grupo de voluntariado de prostitución de Médicos del Mundo.

En España hay 45.000 mujeres y niñas en situación de prostitución, según datos del Gobierno, que calcula que entre el 90 y el 95 % de ellas son víctimas de trata.

LA PREGUNTA MÁS IMPORTANTE

La tramitación de la ley del sólo sí es sí en el Congreso de los Diputados ha reabierto el debate político sobre cómo se debe responder legalmente a la prostitución: las posturas oscilan entre los extremos del abolicionismo y el regulacionismo. El próximo martes, la Cámara Baja decidirá si toma en consideración una propuesta de ley del PSOE para endurecer el Código Penal con el objetivo de castigar todo tipo de proxenetismo y tercería locativa y de castigar a los puteros.

Pero mientras los políticos batallan desde sus privilegiados púlpitos ideológicos, hay organizaciones y asociaciones que tratan de ayudar a las mujeres prostituidas partiendo de una pregunta clave: ¿qué necesitan?

Cuando Médicos del Mundo hizo esta pregunta a mujeres en situación de prostitución, contestaron que la principal necesidad asistencial que tenían era una atención psicoterapéutica. Y así nació "Espacios para ser".

El programa consta de tres fases: en la inicial se evalúa la situación de la mujer y se le pregunta si siente la necesidad y quieren entrar en el recurso de intervención psicológica. Si accede, entra en contacto con la psicóloga que hace una evaluación más específica de su salud emocional y deciden si quiere hacer una terapia individual o una que combine las sesiones individuales con trabajo grupal. En las sesiones individuales se trabaja la recuperación de su salud mental y en los grupos, las emociones, la autoestima y los sentimientos.

Hay mujeres que necesitan sesiones semanales, otras quincenales. También se las ayuda en momentos de crisis, "tanto en situaciones de violencia como intentos autolíticos".

El abordaje difiere en función de cada usuaria, "no es lo mismo una persona que tiene síntomas de depresión o ansiedad que alguien que tiene estrés postraumático, un trastorno límite de la personalidad o intentos de suicidio".

Violencia sexual normalizada

No hay un perfil único de mujer, precisa Montila. Para empezar, algunas son víctimas de trata, otras lo han sido; algunas están en situación de prostitución, otras lo estuvieron en el pasado. Y la sintomatología que presentan es muy diversa: depresión, ansiedad, tristeza, miedo, ataques de pánico, duelo, soledad, intentos de suicidio, trastornos de alimentación, abuso de sustancias y/o enfermedades de salud mental como trastorno límite de la personalidad o esquizofrenia: "Te encuentras muchas situaciones complejas y hay una multiproblemática, no hay una única necesidad que abordar", apunta la trabajadora social.

El programa de Médicos del Mundo atiende a 51 mujeres cada año y junto a la salud mental se presta atención social. "Nosotras estamos ahí para acompañarlas, no para hacer un juicio sobre qué tipo de vida tienen. Las acompañamos y apoyamos en sus decisiones. Merecen la oportunidad, como cualquier otro ser humano, de poder elegir y lo que les sucede es que no tienen esa opción", lamenta Montila.

La experta sostiene que la prostitución "es una violencia sexual normalizada" que tiene un "elevado impacto en la salud mental". No se puede obviar que en la actualidad la prostitución es una actividad relacionada con negocios ilícitos y grupos criminales en todo el mundo. Además, estas mujeres -la mayoría migrantes o víctimas de trata en situación irregular- tienen historias plagadas de sufrimiento.

"Muchas veces me pregunto cómo pueden ser tan fuertes. Sorprende muchísimo el escucharlas, saber sus procesos vitales. Cuando las conoces, ves su fortaleza. Son unas luchadoras, unas supervivientes de la prostitución y la trata", subraya Montila.

"No tienen acceso a muchos derechos, al no cumplir los requisitos administrativos. No pueden acceder a muchos recursos, al no tener permiso de residencia, no pueden acceder a un mercado de trabajo que las pueda llevar a recuperar su vida. La burocracia es una barrera importantísima para que ellas puedan acceder a otro tipo de vida, incluso a la atención sanitaria", continúa.

Josefina Barandiarán incide en que "con medidas aisladas no se puede decir que se está aboliendo la prostitución", sino garantizando los derechos de esas mujeres a tener una vida digna y a no tener que sufrir violencia y eso requiere medidas de reparación en lo económico, en la salud sexual y mental, en formación, en trabajo y en vivienda. Además de acciones punitivas contra proxenetas y puteros y la educación afectivosexual desde edades tempranas.

La prohibición no es abolición, aclara, pues lo que hace es criminalizar a las mujeres.

Pide ayuda

El 016 atiende a las víctimas de todas las violencias contra las mujeres. Es un teléfono gratuito y confidencial que presta servicio en 53 idiomas y no deja rastro en la factura. También se ofrece información a través del correo electrónico 016-online@igualdad.gob.es y asesoramiento y atención psicosocial mediante el número de Whatsapp 600 000 016. Además, los menores pueden dirigirse al teléfono de ANAR 900202010Todos los recursos contra la violencia de género.