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«La ballena iba a morir y ahora tiene una oportunidad»

El fotógrafo Pedro Riera relata cómo fue el rescate del animal, atrapado por una red en Cala Millor

Tenía grasa almacenada para subsistir durante un tiempo, por lo que las previsiones de supervivencia son buenas. Pedro Riera

Las impresionantes fotografías de Pedro Riera sobre la salvación de una ballena jorobada el pasado viernes en Cala Millor muestran la magnitud del trabajo realizado por los buzos de Skualo Porto Cristo y Albatros de Cala Bona junto al equipo de Palma Aquarium. Los implicados estuvieron sumergidos casi dos horas, con la dificultad que eso conlleva, pero acabaron soltándola para que pudiera nadar mar adentro.

Cuatro buzos trabajaron a destajo para liberar al animal, que ahora tiene una oportunidad de sobrevivir. P.R.

«La ballena iba a morir, estaba fatal y no tenía ninguna posibilidad, pero ahora tiene una para sobrevivir». Riera relata que el velero Nereida estaba navegando por la zona de Punta de n’Amer cuando divisó al animal sobre las 14 horas y avisó rápidamente a Salvamento Marítimo, que se puso en marcha para tratar de actuar y salvar a la ballena: «Cuando nos sumergimos, había dos buceadores a cada lado para poder cortar bien la red. Era un trabajo muy delicado porque había mucha red, la tenía enganchada desde la boca hasta la cola, e incluso colgaba unos 10 metros».

La ballena no se podía mover a causa de la presión de la red, que la retenía de arriba abajo. P. Riera

Estas redes de deriva están prohibidas en la Unión Europea desde 2002, un hecho que aún entristece más a Riera porque se podría haber evitado. Además, explica que la ballena estaba en vertical cuando lo normal debería ser encontrarla en horizontal. Esto se debía a la presión que ejercía la red, porque cuando movía mínimamente la cola presionaba la red y se hacía daño a sí misma: «Empezaron a cortar la red por cada lado y después lo hicieron desde la boca hasta la parte de atrás. El problema llegó con las aletas, porque un golpe puede noquearte».

Uno de los momentos más especiales ocurrió cuando Riera decidió colocarse frente a la ballena y esta movía el ojo siguiendo al fotógrafo: «A los dos minutos me di cuenta que así se tranquilizaba y se dejaba hacer de todo, creo que identificó este gesto con la ayuda».

Cuando los buceadores consiguieron quitar toda la red y liberar a la ballena, el animal se quedó parado durante varios minutos hasta que, poco a poco, se alejó mar adentro: «Estuvimos nadando junto a ella durante un trecho, y finalmente dejamos que se fuera tranquila».

Riera espera que estas fotografías sirvan para concienciar sobre la necesidad de cuidar el entorno marino

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Pese al mal estado en que se encontraba, Riera argumenta que tenía mucha grasa almacenada porque suelen pasar bastante tiempo sin comer: «Esa puede ser su posibilidad para sobrevivir». Comenta también que una ballena como esta hacía muchos años que no se veía en Balears, por lo que el encuentro fue, a la vez, tenso y emotivo.

Confiesa que esta experiencia, como se puede observar en sus imponentes fotografías, no la olvidará nunca por todo lo que supone. Se considera un privilegiado por haber estado en un momento así y que, además, haya salido bien. Espera que la repercusión de esta noticia, que ya ha aparecido en multitud de medios y ha sido difundida por redes sociales, sirva para tomar conciencia sobre la importancia de cuidar el mar, sobre todo teniendo en cuenta que vivimos en unas islas: «Fue una experiencia difícil de explicar, porque salvar a un animal como este es un trabajo prodigioso. Cuando vi que se estaba alejando y todo había salido bien fue todo un alivio, estas fotografías ya quedarán para siempre en mi recuerdo y, espero, en el de todos».

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