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Justicia

Aluvión de denuncias "sin pruebas" de reclusos contra los funcionarios de prisiones en Murcia

"Nunca se habla de nosotros cuando salvamos la vida a un interno", dicen portavoces de las asociaciones APFP y Tu Abandono Me Puede Matar, que afirman que cada vez más trabajadores del penal se ven delante de un juez "porque un preso manda un anónimo que acaba archivado"

Funcionarios protestaban por la visita del secretario de Instituciones Penitenciarias.

José, de la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP) y Cecilio, de Tu Abandono Me Puede Matar (TAMPM) prefieren no dar sus apellidos por temor a represalias: las mismas que, aseguran, están sufriendo cada vez más trabajadores de las prisiones de Sangonera y Campos del Río (Murcia), en el punto de mira de reclusos que ponen "denuncias falsas" que les obligan a tener que defenderse "con abogado y procurador" delante de la jueza.

"Nunca se habla de nosotros cuando salvamos la vida a un interno", lamentan ambos funcionarios de prisiones, en declaraciones a La Opinión de Murcia, diario que pertenece al mismo grupo que este medio. Cuando un recluso les acusa de algo, de forma automática "se les abren unas diligencias previas". "Llegan denuncias anónimas a los juzgados imputándonos delitos sin prueba alguna", hacen hincapié.

"Somos carne de cañón", coinciden Cecilio y José, que, como sus compañeros, se ve "expuestos físicamente" día a día, ya que "una cárcel es un sitio delicado, eso lo tenemos asumido". Sin embargo, "ahora han añadido el riesgo jurídico". Aunque las denuncias terminan, aseguran, archivadas, el sufrimiento persiste.

"A mí me agredió un interno, lo denuncio, voy como parte acusadora al juzgado y un día me llega a la prisión una notificación, diciendo que estoy siendo investigado porque el interno dice que le he pegado yo", apunta Cecilio.

"Somos carne de cañón", coinciden José y Cecilio, que, como sus compañeros, cada día se exponen "físicamente"

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En este sentido, destaca que "solo con eso, la jueza abrió diligencias previas, a mí y a otro compañero, y hemos estado tres años detrás de demostrar nuestra inocencia". "Finalmente, el día del juicio quedó todo claro: salimos inocentes y el interno salió condenado. Pero pasé tres años dándole vueltas a la cabeza: porque, claro, ¡tú estás imputado!", manifiesta el funcionario.

"A día de hoy, el interno tiene más veracidad que nosotros, y así nos luce el pelo", remarca Cecilio.

Por su parte, José destaca que "en una situación violenta, que las hay casi a diario, no es posible reducir a alguien para que no se haga daño a sí mismo o a terceros sin utilizar la fuerza, siempre la mínima establecido por la ley y con visto bueno de quien corresponde cuando procede", a lo que añade que "eso es una lotería".

A este respecto, precisa que "si te quedas corto corres un riesgo físico real y, si te excedes, asumes un riesgo jurídico de dimensiones impredecibles". "O dicho de otra manera: si te quedas corto, das explicaciones al médico que te atienda, después de escuchar al inspector de turno decir que ‘obraste mal y por eso has recibido’; y, si te excedes, das explicaciones al juez de turno, diciendo ‘exceso de celo'", especifica.

Así, José se pregunta si "alguien sabe contener a una persona con un brote psicótico o violenta con un ‘buenos días, deponga su actitud o le privaremos del paseo vespertino’".

Por otro lado, desde la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) denunciaban esta semana, a raíz de la visita del secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Ortiz, a Murcia, la "dejadez institucional" que sufren las plantillas de los penales, que sufren "hacinamiento" de internos y cuentan con una plantilla "desmotivada" que exige "respeto" y salarios dignos.

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