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Salud mental

Cuando el duelo infantil se refleja en las notas

Niños que sufren la muerte de un progenitor tienen calificaciones académicas más bajas

Una niña con su peluche.

Los pequeños experimentan el dolor de manera diferente a los adultos. Ante un fallecimiento, es posible que ni entiendan lo que significa la muerte. Por un lado, podrían sentirse incluso culpables de que eso haya sucedido y de que esa persona no regrese más. O que se enfaden con esa persona (o con otros miembros de la familia) porque se acaba de ir “para siempre”. No todos lo demuestran del mismo modo, al igual que ocurre con los adultos aunque a otra escala. De hecho, según fuentes consultadas, puede ocurrir que se muestren como si no les importara. O que lloren por momentos pero lo combinen con el juego sin mayor problema.

En caso de niños y niñas en etapa escolar: ¿Puede afectar una situación así al rendimiento? ¿Está comprobado? Un estudio elaborado por el Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad de Estocolmo (Suecia), con escolares hasta los 17 años de edad, acaba de tratar este tema bajo el título 'School Outcomes Among Children Following Death of a Parent' y con una muestra de casi un millón de niños nacidos en Suecia entre 1991 y 2000, expuestos a la muerte de un progenitor.

Esta investigación, publicada en febrero, trata de aportar luz sobre los efectos de la muerte de los padres en el rendimiento escolar, en concreto “examinar si el fallecimiento de los progenitores se asocia con peores resultados escolares, independientemente de las características de cada familia, y si los niños de ciertas edades son especialmente vulnerables”.

Según los resultados de esta investigación, en este caso con población infantil sueca, “los niños que han sufrido la muerte de un progenitor antes de terminar la escuela obligatoria muestran calificaciones escolares significativamente más bajas”. Por ello y, analizando distintas variables, los niños en duelo en edad escolar “necesitan apoyo educativo adicional”, apunta el estudio.

Acompañamiento afectivo

Según Ricardo Fandiño, psicólogo clínico y especialista en salud emocional en la infancia y la adolescencia, “los niños y niñas en estas circunstancias necesitan de un acompañamiento afectivo que les de contención y les permita elaborar y simbolizar el dolor por la pérdida para integrarlo en su proceso de crecimiento”.

El propio estudio deja claro que es necesario un apoyo educativo adicional en la escuela. “Por lo tanto, es necesario seguir investigando para comprender mejor los factores que median en la asociación, a fin de apoyar adecuadamente a los niños que corren el riesgo de tener problemas escolares. Esto podría reducir el riesgo de trayectorias socioeconómicas adversas en la edad adulta en los niños que perdieron a uno de sus padres antes de completar la escolaridad obligatoria”, expresa la investigación en sus conclusiones.

Ya en la etapa adulta pueden presentar trayectorias socioeconómicas adversas

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Mayor riesgo de fracaso escolar

La idea clave del estudio es que los niños en duelo tienen un mayor riesgo de fracaso escolar que los niños sin duelo, “lo que puede requerir más investigaciones”. “En comparación con los niños que no sufrieron duelo, los niños que sí lo sufrieron tenían puntuaciones medias más bajas y un mayor riesgo de no poder acceder a la educación secundaria superior”, indica el informe.

“Los niños que experimentaron la muerte de sus padres antes de los 17 años mostraron una puntuación media más baja en comparación con sus hermanos mayores que experimentaron la muerte después de terminar la escuela obligatoria”, añade el estudio. La pérdida a una edad más temprana conlleva “un mayor déficit acumulativo de apoyo parental y durante una mayor parte de la infancia, lo que posiblemente se asocie a peores resultados”. También puede ser más impactante “en periodos de crecimiento rápido y transiciones”.

Según dicho estudio, los niños que pierden a un progenitor “pueden desarrollar un duelo complicado y estrés postraumático, baja resistencia al estrés, síntomas depresivos duraderos o comportamientos de alto riesgo”.

  • El estudio indica que los niños en duelo en edad escolar presentan notas más bajas y “necesitan apoyo educativo adicional”
  • Necesitan “apoyo educativo adicional”
  • Los niños que experimentaron la muerte de sus padres antes de los 17 años mostraron peores notas que sus hermanos mayores
  • Se nota más en hermanos pequeños
  • “Los niños pueden desarrollar un duelo complicado y estrés postraumático o síntomas depresivos duraderos”
  • Estrés postraumático o conductas de riesgo

"Una pérdida a esas edades puede provocar inseguridad"

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“Generalmente tendemos a asociar el rendimiento académico a aspectos cognitivos y actitudinales; la atención, la memoria, la comprensión, el esfuerzo, etc... pero desde un punto de vista funcional y madurativo lo emocional está entrelazado en cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje teniendo en cuenta, además, que estos están mediados por un contexto relacional”, expresa Ricardo Fandiño, doctor por la Universidade de Vigo (UVigo), psicólogo clínico y coordinador xeral de ASEIA (Asociación para a Saúde Emocional na Infancia e a Adolescencia).

Según este experto, las pérdidas en la infancia son particularmente significativas porque la capacidad para desarrollar procesos de duelo es limitada. “Debemos pensar que la construcción de la identidad está aún en proceso y la pérdida se puede traducir en sentimientos de gran inseguridad. Lo depresivo en la infancia no siempre se manifiesta a través de la tristeza o la inhibición, que es más habitual en el adulto, sino que puede llegar a tener expresiones más paradójicas como: irritabilidad, mayor impulsividad, dificultades para centrarse en una tarea o hiperactividad”, describe.

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