Durante la madrugada de este sábado 26 al domingo 27 de marzo los españoles tendrán que cambiar la hora de los relojes para adaptarla al horario de verano. Aunque hoy en día la mayoría de dispositivos (móviles, televisiones, ordenadores…) modifican solos su horario, todavía seguimos teniendo que hacerlo de manera manual en relojes de pulsera, microondas o en el reloj del coche. Y ahí es donde surge la duda habitual: ¿tenemos que adelantar o atrasar la hora?

Bien, la respuesta es sencilla, este 27 de marzo lo que tenemos que hacer es adelantar la hora. Esto es que a las 02:00 serán las 03:00. Esto supone que esta noche dormiremos una hora menos y que, a partir del domingo amanecerá y anochecerá más tarde.

¿Se ahorra con el cambio de hora?

Uno de los argumentos que avalan el cambio horario son los datos que aporta el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), que estima que el ahorro energético potencial ronda el 5% solo en España. Este porcentaje representa cerca de 350 millones de euros. De esta cantidad, en torno a 100 millones corresponderían al consumo doméstico (unos 7 euros por hogar), y el resto, a la industria o a la iluminación de edificios de servicios.

El origen del cambio de hora

El origen del cambio horario se remonta a la Antigua Roma, cuando las clepsidras o reloj de agua de los romanos tenían diferentes escalas en función del mes del año que fuera. Así, en la latitud de Roma, la tercera hora tras el amanecer, la hora tertia, empezaba (usando el horario moderno) a las 09:02 y duraba 44 minutos en el solsticio de invierno, pero en el de verano comenzaba a las 06:58 y duraba 75 minutos, según relata el historiador Jérôme Carcopino.